“No
se puede seguir a Jesús sin libertad”
Misa en la Casa Santa Marta, 5 mayo 2020 © Vatican Media |
Francisco
dirigió sus pensamientos a los que han muerto a causa del coronavirus: “Recemos
hoy por los muertos que murieron por la pandemia. Murieron solos, murieron sin
la caricia de sus seres queridos, muchos de ellos, ni siquiera con el funeral.
Que el Señor los reciba en la gloria”.
Estas
son las palabras del Santo Padre hoy, 5 de mayo de 2020, lunes de la cuarta
semana de Pascua, en la introducción de la Misa en la Casa Santa Marta,
transmitida en directo por Vatican News y por la página de Facebook de zenit.
En
su homilía el Papa Francisco reflexionó sobre el Evangelio de hoy (Jn
10:22-30) en el que los judíos le piden a Jesús que diga abiertamente si es el
Cristo, informa el citado medio vaticano.
Entonces
el Señor responde: “Os lo dije y no creéis. Las obras que yo hago en nombre de
mi Padre dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis porque no sois ovejas de
las mías”.
Esta
última frase, dijo el Papa, plantea la duda sobre si verderamente se cree y
cuestionó sobre que es lo que detiene a las personas frente a la puerta, que es
Jesús.
“Hay
actitudes previas a la confesión de Jesús. Incluso para nosotros, que estamos
en el rebaño de Jesús. Son como ‘disgustos prejuiciosos’, que no nos permiten
avanzar en el conocimiento del Señor”, indicó.
Estas
actitudes que nos impiden formar parte de las ovejas de Jesús son la esclavitud
de la riqueza, la rigidez, el clericalismo, la pereza y la mundanidad.
Riqueza
Así,
en primer lugar, el Pontífice se refiera a la riqueza, pues, “incluso muchos de
nosotros, que hemos entrado por la puerta del Señor, nos detenemos y no
seguimos adelante porque estamos prisioneros de las riquezas”.
Y
continúa, “el Señor ha sido duro, con las riquezas» porque «son un impedimento
para avanzar. ¿Pero debemos caer en el pauperismo? No. Pero no ser esclavos de
las riquezas, no vivir por las riquezas, porque las riquezas son un señor, son
el señor de este mundo y no podemos servir a dos señores. Y las riquezas nos
detienen”.
Rigidez
Con
respecto a la “rigidez”, habló de la “la rigidez de corazón. También la rigidez
en la interpretación de la Ley. Jesús reprocha a los fariseos, los doctores de
la ley, por esta rigidez. Que no es la fidelidad: la fidelidad es siempre un
don para Dios; la rigidez es una seguridad para mí mismo».
En
este sentido, el Obispo de Roma ilustró con una anécdota en la que una señora
que había asistido a una boda el sábado por la tarde le preguntó si era válida
como Misa dominical. Las lecturas eran distintas y por ello temía haber pecado,
porque quizás había ido a “una Misa que no era verdadera, porque las lecturas
no eran verdaderas”.
“Esa
señora pertenecía a un movimiento eclesiástico… Rigidez. Esto nos aleja de la
sabiduría de Jesús, de la sabiduría de Jesús; te quita la libertad. Y muchos
pastores hacen crecer esta rigidez en las almas de los fieles, y esta rigidez
no nos deja entrar por la puerta de Jesús”, explicó el Santo Padre.
Pereza, clericalismo y
mundanidad
Después,
se refirió al impedimento de la pereza, un cansancio que “nos quita la voluntad
de seguir adelante” y “te hace cálido y tibio”.
Además,
el Papa Francisco aludió al clericalismo como otra actitud fea porque “se pone
en el lugar de Jesús”: “Esto es así, así, y así, y si no haces así, así
entonces, no puedes entrar”.
Se
trata de un clericalismo que quita la libertad de la fe de los creyentes, “una
enfermedad, esta; fea, en la Iglesia: la actitud clericalista”, apuntó.
Asimismo,
el Papa describió que “el espíritu mundano” también nos impide avanzar:
“Cuando la observancia de la fe, la práctica de la fe termina en la mundanidad.
Y todo es mundano. Pensemos en la celebración de algunos sacramentos en algunas
parroquias: ¡cuánta mundanidad hay! Y la gracia de la presencia de Jesús no es
bien entendida”.
Importancia de la libertad
En
todas estas actitudes, afirma Francisco, “falta la libertad. Y no se puede
seguir a Jesús sin libertad”. A veces “la libertad va más allá y uno se
resbala”, “pero peor es resbalar antes” de comenzar a caminar hacia Jesús.
Finalmente,
de acuerdo a Vatican News, el Pontífice pidió al Señor que nos ilumine
“para ver dentro de nosotros si hay libertad” para ir hacia Jesús y
“convertirnos en ovejas de su rebaño”.
Comunión espiritual,
adoración y bendición
Más
tarde, el Obispo de Roma invitó a hacer la Comunión espiritual con esta
oración atribuida a San Alfonso María de Ligorio
“Creo,
Jesús mío, que estáis realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar.
Os amo sobre todas las cosas y deseo recibiros en mi alma. Pero
como ahora no puedo recibiros sacramentado, venid a lo menos espiritualmente a
mi corazón. Y como si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno del todo a Ti.
Señor, no permitas que jamás Me aparte de Ti. Amén”.
El
Papa ha concluido la celebración con la adoración y la bendición eucarística.
Antes de abandonar la Capilla dedicada al Espíritu Santo, se cantó la antífona
mariana del Regina Coeli, cantada en tiempo Pascual:
Regína
caeli laetáre, allelúia.
Quia
quem merúisti portáre, allelúia.
Resurréxit,
sicut dixit, allelúia.
Ora
pro nobis Deum, allelúia.
Larissa
I. López
Fuente:
Zenit