Sor Sara del
Amor de Dios es monja
de clausura en el convento de las clarisas
de Santa Isabel la Real del barrio del Albaicín de Granada
![]() |
Sor Sara, el día de sus votos perpetuos en 2019 |
Esta joven de 33
años hizo sus votos perpetuos el pasado año y dada la situación de
confinamiento que vive la población española ofrece su pequeña experiencia de
la clausura para que en ciertos aspectos pueda servir a los que no pueden salir
de sus casas en este tiempo.
Esta joven también pasó del bullicio total a la
vida contemplativa casi de un día para otro. Además del día a día normal de una
joven ella era la mayor de
15 hermanos de una familia que pertenece al Camino Neocatecumenal.
El "silencio",
indispensable para la "escucha"
Después de siete años de vida contemplativa, sor
Sara explica a Europa Press que “los
encuentros más importantes siempre ocurren en el silencio”, indispensable para
“la escucha”, por lo que este tiempo de confinamiento obligado puede
también ser para muchos una “oportunidad” para adentrarse en su “Interior”,
apreciar el “silencio” y escuchar más claramente a Dios, pues la realidad es
que “una sobreinformación puede manipular la mente”.
En ese sentido, esta religiosa de clausura cree que
es un buen momento para descubrir "para
quién" y "por qué" viven las personas, y el lugar que, en
este tiempo "tan fuerte" marcado por la pandemia del coronavirus,
pueden pasar a ocupar cuestiones en otro momento fundamentales como el
"dinero" o las "redes sociales", las cuales muchas veces
"distancian del otro".
Los españoles llevan ya un mes de confinamiento
obligatorio aunque esta monja aclara que no se puede comparar con su caso pues “la mirada es distinta” si se
compara con la elección que ella ha hecho “para toda la vida”. En su
caso, “no es una imposición” como sí lo es para millones de españoles.
Aún en la prueba, "bendecir al
Señor"
Sin embargo, confiesa que al principio
"cuesta" y reconoce que pudo echar en falta fumar un cigarrillo o
"salir con el coche", si bien ella tenía la posibilidad de "acudir a la palabra de
Dios" con la oración, y, "aún en momento de prueba, bendecir al
Señor".
Para las personas que no tienen fe, sor Sara
recomienda escuchar al otro. Pese a la vida contemplativa, está cerca de los
suyos, de quienes puede recibir visita cada mes, y conoce "los sufrimientos" que está produciendo el
coronavirus en la sociedad actual, con un caso cercano en su entorno.
Pensar en la vida eterna
Tras "pararse en seco" a causa del
confinamiento, también invita
a los demás a desconectar para plantearse algo tan "humano" como es,
a su parecer, "la vida eterna", y huir de la
"sobreinformación" pues "dar vuelta al mismo tema aumenta la
ansiedad", mantiene.
"El silencio es un misterio", agrega,
incidiendo en que, en estos días, en el claustro del Albaicín, "se escucha a la
creación cantar", y lamentando que "normalmente" la mayoría no
sea capaz de "callar". El confinamiento, en resumen, puede
ser "una prueba" de la que salir fortalecido, como sor Sara lo ha hecho
en este último año.
Fuente:
ReL