El
camino del éxito
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Estos
días estoy pintando unas vírgenes. No se trata de una o dos... ¡son nada menos
que siete!
Lo
más complicado de todo son las caras. Porque, por muy bonito que sea el manto,
como tenga “mala cara”, se estropea todo.
Hice
la primera. Lo cierto es que creo que me quedó “pasable”, pero no bien del
todo. Mi tentación en ese momento era callarme: simplemente, no comentar nada a
nadie y seguir adelante con el resto de caras. Admito que habría sido lo más
rápido... y agradable. Al fin y al cabo, creo que a nadie nos gusta que nos
digan que nuestro trabajo no es genial...
Sin
embargo, sentí que el Señor me ofrecía los dos caminos: o callarme y evitar
confrontar mi trabajo; o tomar este trabajo como una oportunidad para aprender.
Sí,
porque de los errores se aprende lo que no se debe hacer, pero solo quien sabe
puede enseñarte lo que sí se debe hacer.
Así
pues, a fuerza de preguntar y preguntar, creo que, ante la última Virgen que he
pintado, ya se puede rezar. Ha sido un largo camino, pero ha merecido la pena.
Del
mismo modo, Jesucristo quiere enseñarnos la mejor manera de pintar nuestra
vida. A mí me encantaría que siempre me dé la razón o me aplauda... pero el
hecho es que muchas veces, como buen Maestro, me corrige. ¡Él es el auténtico
artista, el que conoce cómo se colorea la felicidad!
Él
nos dice: “Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que os mando”. No promete
darnos la razón siempre... promete decirnos la verdad siempre. ¿Estás dispuesto
a seguir avanzando un poco más cada día?
Hoy
el reto del amor es tener paciencia con tus errores... ¡y con los de los demás!
Todos los que peregrinamos en esta tierra estamos aún aprendiendo. El Maestro
no se desespera ni se desanima, apoyémonos en su confianza: Él sigue teniendo
fe en la obra que puede realizar en cada uno... ¡confiemos nosotros también!
¡Feliz día!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma