A
menudo olvidamos que fuimos creados para alabar a Dios y servirle, no para
poner a Dios a nuestro servicio
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Rezar
no es un ocio piadoso, una meditación en busca de bienestar, o una ocupación
opcional para las vacaciones. La oración no busca en primer lugar el alivio o
el apaciguamiento.
La oración es ante todo una
virtud cardinal de la justicia. La justicia consiste en dar a cada uno lo
que le corresponde. Todo se debe a Dios.
¿Qué tenemos que no hemos
recibido de él? (1 Corintios 4:7). No podemos decir que estamos sedientos de
justicia y al mismo tiempo omitir esa primera justicia: dar gracias a nuestro
Creador.
“En
verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor”, como se dice en la misa. Rezamos porque
es justo.
El próximo 20 de octubre, la Iglesia celebra el DOMUND (Domingo Mundial de las Misiones) en todo el mundo, a lo largo de sus ya 1126 terri...
PAPA FRANCISCO
CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA
OBISPO DE SEGOVIA
VIRGEN MARÍA
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LO HUMANO Y DIVINO
Dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los ganados y los reptiles de la tierra». Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y mujer los creó. (Génesis, 1,26-27)