JOYAS RELIGIOSAS DE LA ESPAÑA VACIADA

El patrimonio cultural y artístico de la Iglesia está llamado a ser uno de los puntales del renacimiento socioeconómico, y también de la evangelización, en las zonas más afectadas por la despoblación

Artesonado de la iglesia de San Facundo y san Primitivo,
en Cisneros, Palencia. Foto: Antonio Rubio
La clave radica, según la Conferencia Episcopal, en «cómo conservar ese patrimonio y hacerlo fructificar al servicio de estas poblaciones».

Ala Iglesia le preocupa mucho la España vacía. A nivel pastoral, la falta de sacerdotes y la edad avanzada de los que permanecen hace que cada vez sea más difícil la evangelización y atención de estas zonas. También generan desazón los problemas socioeconómicos derivados de la despoblación: escasez de servicios, falta de oportunidades y de empleo y, por ende, de desarrollo personal. 

En este contexto, el patrimonio cultural y artístico se está convirtiendo en una oportunidad para el desarrollo de estas zonas. Y dentro de él, el patrimonio religioso que, además, se convierte en oportunidad para la evangelización. Son numerosos los templos –entre iglesias, monasterios, ermitas, conventos...– repartidos por todo el país; muchos muy conocidos y visitados, pero otros, auténticas maravillas que quedan reservadas para unos pocos. Apenas se conocen.

Es por ello que desde la Conferencia Episcopal, a través de la Comisión para el Patrimonio Cultural, están trabajando durante este año en cómo poner en valor los bienes artísticos eclesiales en estas zonas. Y cómo hacerlo teniendo en cuenta la evangelización y el desarrollo socioeconómico. Se trata, según afirma el director de la citada comisión, Pablo Delclaux, de reflexionar sobre «cómo conservar ese patrimonio y hacerlo fructificar al servicio de estas poblaciones, de modo que sean fuente de riqueza».

A continuación compartimos algunas de estas joyas que se esconden en nuestros pueblos. Entre ellas se encuentra la catedral más antigua de España, pero también hay otras que nos hablan de personas concretas como el bibliotecario de Felipe II y editor de la Biblia políglota, o un discípulo de Antonio Gaudí, y de historias como la visita de Jovellanos a una ermita asturiana.