Un recorrido por las actuaciones históricas de este pontífice en relación con la tragedia del Holocausto
Pío XII, en una imagen vaticana de archivo © CATHOLICPRESSPHOTO
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3. Entre 1943 y 1945, en Roma, el General Karl Wolff amenazó en varias ocasiones con raptar y eliminar al papa, con exterminar a toda la curia, o con ocupar el Vaticano, mientras paralelamente afirmaba a Hitler que el papa cooperaba.
– El General en
jefe nazi en Roma confirmó estas cosas muchas veces antes de su muerte, y una
entrevista con él se encuentra disponible en la página web de la Fundación
“Pave the Way”. La deportación del papa debía hacerse a Lichtenstein, pero el
General, pensando que sería un desastre para Alemania, que correría el riesgo
de la deserción de los soldados católicos del ejército, aseguró constantemente
a Hitler de que el Papa cooperaba. Los informes, que hacían creer que el papa
se inclinaba a veces hacia las posiciones alemanas, son los únicos documentos
que han llevado a algunos a pensar en algún tipo de compromiso, pero hay que
analizar el contexto en que fueron escritos.
– Pío XII, por
su parte, estuvo permanentemente atormentado por la dramática alternativa en la
que se encontraba: actuar lo más posible pero solo en secreto para preservar a
las poblaciones, con el riesgo de aparentar que no hacía nada, o hacer
declaraciones públicas y pasar como un héroe, pero desatando una represión
terrible contra multitud de inocentes.
– El papa formó
un gobierno en el exilio para protegerse contra las amenazas nazis, y fijó las
disposiciones del Cónclave que debía elegir al nuevo Papa, en un país libre, si
él llegaba a ser arrestado.
4. Después de
la guerra, todos los judíos que habían vivido de cerca los acontecimientos
celebraron con admiración la política de acción secreta del papa en favor de
los judíos. Pero en 1963 la pieza teatral “El Vicario”, escrita por dos
comunistas con la ayuda de documentos de la KGB para dañar a la Iglesia, hizo
nacer una leyenda sobre Pío XII, presentándolo como indiferente e incluso
hostil a la causa de los judíos.
– Esta acción
de la KGB estaba motivada porque Pío XII era también un papa anticomunista.
– Después de
esta fecha, los pseudo-escándalos se sucedieron: la obra de John Cornwell, el
film Amen de Costa-Gavras, la placa contra Pío XII en el Yad Vashem, etc. Las
manipulaciones, a pesar de ser denunciadas por los historiadores serios,
permanecieron desgraciadamente desconocidas por el gran público…
– Pero antes de
1963, todos los responsables de Israel dieron sin cesar las gracias al papa y
aplaudieron sus esfuerzos:
– Después de la
guerra, por ejemplo, el anciano Cónsul de Israel en Milán Pinhas Lapide
declaró: “La Iglesia católica bajo el Pontificado de Pío XII fue el instrumento
que salvó a 700.000, incluso probablemente hasta 860.000 judíos de una muerte
cierta a manos de los nazis. Las cifras superan con mucho a las de las demás
iglesias, instituciones religiosas y organizaciones de socorro juntas” (Three
Popes and the Jews, 1967)
– A la muerte
de Pío XII, Golda Meir, primera ministro de Israel, declaró en la ONU en 1958:
“Durante los diez años del terror nazi, cuando nuestro pueblo sufrió un
espantoso martirio, la voz del papa se elevó para condenar a los verdugos y
para expresar su compasión hacia las víctimas. ¡Hemos perdido a un gran
Servidor de la Paz”…
– Albert
Einstein el 23 de diciembre de 1940, dirá al Time Magazine: “Sólo
la Iglesia permaneció de pie y firme para hacer frente a las campañas de Hitler
para suprimir la verdad. Antes no había sentido ningún interés personal en la
Iglesia, pero ahora siento por ella gran afecto y admiración, porque sólo la
Iglesia ha tenido la valentía y la obstinación de sostener la verdad
intelectual y la libertad moral. Debo confesar que lo que antes despreciaba
ahora lo alabo incondicionalmente”.
– De hecho,
todos los demás fueron cobardes u hostiles: el Gran Mufti de Jerusalén se
trasladó a Berlín para jurar lealtad a Hitler, y una legión musulmana combatirá
al servicio de los nazis en Bosnia, junto con el ejército alemán. Roosevelt,
Churchill, De Gaulle, Stalin, no hicieron declaración alguna a favor de los
judíos. Los miembros de la resistencia que hicieron volar trenes en toda Europa
nunca intentaron detener o sabotear los convoyes de deportados. Los EE.UU.
salvaron y acogieron solo a 22.000 judíos en total, cuando podrían haber hecho
bastante más. Al final de la guerra, los británicos rechazaron a los judíos
salidos de los campos de concentración que querían entrar en Palestina.
– El Rabino
David Dalin, de Nueva York, hizo en 2001 un precioso estudio histórico que
concluyó así: “Pío XII no fue el papa de Hitler, lejos de ello. Fue uno de los
apoyos más firmes de la causa judía, en el momento en que era más necesario… Se
puede leer en el Talmud que ‘quien salva una sola vida salva a la humanidad’.
Pío XII, más que algún otro hombre de Estado del siglo XX, realizó esto en un
momento en que el destino de los judíos europeos estaba amenazado. Ningún otro
papa fue tan alabado por los judíos antes que él, y no se engañaron. Su
gratitud así como la de todos los supervivientes del Holocausto prueba que Pío
XII fue verdadera y profundamente un Justo entre las Naciones”.
– Cientos de
otros testimonios parecidos están disponibles (cf. videos, abajo, 2 enlaces,
presentan testimonios grabados de judíos salvados en los conventos e iglesias
de Roma por Pío XII, en que proclaman que le deben la vida).
Fuentes/Referencias:
Presentados en el Yad Vashem nuevos documentos favorables a Pío XII
Guido Mendes, el amigo judío de Pío XII
Homilía del Papa en el 50 aniversario del fallecimiento de Pío XII
Presentados en el Yad Vashem nuevos documentos favorables a Pío XII
Guido Mendes, el amigo judío de Pío XII
Homilía del Papa en el 50 aniversario del fallecimiento de Pío XII
5. Todos los
investigadores, incluyendo los judíos, han confirmado la verdad histórica
conocida desde el final de la guerra, con el apoyo de innumerables testimonios
a favor de Pío XII y centenares de documentos. Los acusadores de Pío XII no han
podido identificar ninguna prueba documental contra él.
– La difamación
de Pío XII no es justa y, paradójicamente, corre el riesgo de reforzar las
tentaciones negacionistas, pues la gente descubrirá antes después la
verdad, y el sentimiento natural de cólera, tanto más fuerte cuanto más
fuertemente y durante más tiempo se haya propagado el error, provocará
inevitablemente cuestionamientos que podrían afectar injustamente a cuestiones
históricas mucho más graves.
– Es por esta
razón que entre los defensores más activos de las virtudes heroicas de Pío XII
hay muchos judíos (véase por ejemplo el sitio web de la Fundación Pave
the Way por Gary Krupp).
– Los archivos
del Vaticano fueron abiertos hasta 1939 y algunas secciones hasta 1947 a
petición de los detractores de Pío XII, pero parece que ninguno ha venido a
consultarlas en los dos últimos años.
– Seguir
difundiendo la leyenda nacida en 1963, contra la verdad histórica, constituye
una mentira y una difamación. No le hace ningún servicio ni a los judíos, ni a
la verdad, ni a la historia.
Fuentes /
Referencias:
Pío XII salvó más vidas de judíos que Oskar Schindler
El filósofo Bernard-Henri Lévy, en defensa de Benedicto XVI y Pío XII
La leyenda negra contra Pío XII, según el cardenal Bertone (I)
La leyenda negra contra Pío XII, según el cardenal Bertone (II)
Pío XII salvó más vidas de judíos que Oskar Schindler
El filósofo Bernard-Henri Lévy, en defensa de Benedicto XVI y Pío XII
La leyenda negra contra Pío XII, según el cardenal Bertone (I)
La leyenda negra contra Pío XII, según el cardenal Bertone (II)
6. Se puede
concluir este artículo con un pasaje del libro de Benedicto XVI “Luz del
Mundo”, en el que ofrece un análisis sintético:
[Pío XII] “hizo
todo lo que pudo de su parte para salvarlos. Por supuesto, uno puede
preguntarse, siempre de nuevo: ¿Por qué no protestó de forma más clara?. Creo
que vio las consecuencias que habría acarreado una protesta abierta.
Personalmente, lo sabemos, sufrió mucho por estas cosas. Sabía que, en
realidad, debía pronunciarse, pero la situación se lo impedía.
Ahora hay personas
razonables que afirman que, si bien salvó a mucha gente, tenía concepciones
anticuadas sobre los judíos, que no estaba a la altura del Vaticano II. Pero
ésa no es la cuestión. Lo decisivo es lo que hizo e intentó hacer, y creo que,
en ese punto, hay que reconocer realmente que fue uno de los grandes justos,
que salvó a muchos judíos, a tantos como ningún otro”.
Aleteia Team