La elección de cargos
en la Asamblea Plenaria de los obispos va a provocar un cambio en la Iglesia de
España
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Rueda de Prensa al final de la Comisión Permanente |
Este
miércoles concluyeron los trabajos de la última Comisión Permanente previa
a la celebración de la Asamblea
Plenaria que elegirá al nuevo Presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE). Asamblea en la que
se renovarán los órganos de gobierno de la CEE, el Comité Ejecutivo, la
Permanente y las Comisiones Episcopales.
Aunque las informaciones sobre esta reunión de
la Permanente han discurrido por otros derroteros, el proceso de elección del
nuevo Presidente ha sido uno de los temas más frecuentes de conversación
durante estos días de trabajo.
No hay candidaturas
La Plenaria
de elección de nuevos cargos, que se celebrará previsiblemente en la primera
semana de marzo, va a suponer
un cambio en la Iglesia en España. Como en todos los procesos
electorales dentro de la Conferencia Episcopal no hay candidaturas, pero no son
pocos los nombres que ya se barajan.
El primero de ellos es el del arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, candidato apoyado
por un sector en auge y que dice controlar en gran media a la Iglesia en
España. Un sector compuesto por el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro –descartado como
candidato por la escasa aceptación que tiene en el resto de los obispos-, y un
grupo de obispos que se consideran privilegiados por su conexión directa con la
Curia de Santa Marta. También tiene como muñidor al omnipresente jesuita
Germán Arana.
Aunque la avanzada edad del cardenal J. J. Omella, -el 21 de abril cumplirá
74 años- y el hecho de que sea arzobispo de Barcelona no
favorecen esta posibilidad. En el caso que fuera elegido, como arzobispo
de Barcelona vería mermada su libertad y credibilidad a la hora de tomas de posiciones
públicas en materias que afecta al conjunto de la Iglesia y de la sociedad
española, lo que le coloca en una posición difícil. Además concentraría en sus
manos demasiado poder –cardenal, español miembro de la Congregación de
Obispos…-, algo que no agrada en estos tiempos de equilibrios de poder en la
Iglesia.
Jesús Sanz Montes
El candidato
primero del sector más crítico con
la actual forma de llevar la Conferencia Episcopal Española, sobre todo con el
mutismo sobre los asuntos públicos que afectan a la conciencia cristiana, es el
arzobispo de Oviedo, monseñor Jesús Sanz Montes, a
quienes algunos consideran demasiado libre como para ocupar el cargo de
Presidente.
La segunda
fila de candidatos la componen, por el sector continuista con la actual
presidencia, el obispo de Getafe, monseñor Ginés García Beltrán, al
que en algunos ámbitos se le denomina el candidato
de la revista “Vida Nueva”, y el obispo de Málaga, monseñor Jesús
Catalá, por el sector que pide cambios.
García Beltrán y Jesús Catalá
Monseñor
Ginés García Beltrán es un obispo que algunos consideran aún joven, con un
futuro prometedor, que acumula una serie de cargos que le acreditan como buen
gestor. Además de titular de la diócesis de Getafe, es presidente de la
Fundación Pablo VI, de la Comisión Episcopal de Medios y Consiliario in solidum
de la Asociación Católica de Propagandistas. Algunas fuentes apuntan a que
monseñor García Beltrán quiere retirarse de esta carrera hacia la Presidencia
porque considera que sería delicado que el obispo de Getafe fuera Presidente de
la CEE dependiendo como sufragáneo del arzobispo de Madrid, cardenal Carlos
Osoro.
De monseñor
Jesús Catalá, un perfil más desconocido, se valora su experiencia
pasada de trabajo en la curia romana, así como su capacidad de trabajo. Pero
también se le atribuyen algunas decisiones en Málaga de carácter patrimonial
que han causado polémica en los últimos meses. Al final de su vida, el cardenal
Fernando Sebastián se convirtió en un valedor de monseñor Catalá.
No hay que olvidar que la opción cardenal Antonio Cañizares, actual vicepresidente de la
CEE, siempre está sobre la mesa, pese a que su edad ya es
avanzada. Sería bien vista por algunos obispos dada la valentía y claridad con
la que el arzobispo de Valencia está afrontando los retos por los que atraviesa
la Iglesia en España. Los rumores sobre su salud se desmienten a diario con la
hiperactividad de este arzobispo.
Mario Iceta y López Llorente
Un candidato
que va tomando fuerza es el obispo de Bilbao, monseñor Mario Iceta. Un
perfil de una generación más joven, bregado en una diócesis nada fácil, con un
currículum que no es común en el episcopado. Además ha desmontado en los
últimos meses la imagen de que los obispos no pueden afrontar temas polémicos
en la opinión pública.
Pero la sorpresa puede llegar por algún nombre
del que no se habla aún. Por ejemplo, el del obispo de Segorbe-Castellón, monseñor Casimiro López Llorente,
presidente de la Junta episcopal de Asuntos Jurídicos, canonista, un obispo
tranquilo, de experiencia y solidez en el gobierno de su diócesis. Un jurista
para tiempos difíciles.
O el del arzobispo castrense de España, monseñor Juan del Río, que
durante largo tiempo perteneció al Comité Ejecutivo de la CEE y con notables
contactos en el ámbito de las instituciones del Estado, en un momento delicado
de las relaciones entre la Iglesia y el Gobierno. Además es muy reconocida la
capacidad de comunicación del arzobispo castrense de España.
Operación Argüello
En estas
próximas semanas no se descartan algunos movimientos que coloquen a un obispo
en una buen posición de salida. Por ejemplo, la denominada “Operación Argüello”, destinada
a hacer arzobispo coadjutor de Valladolid al actual obispo secretario general
de la CEE, monseñor Luis Argüello, con el fin de promoverle a Presidente de la
Conferencia Episcopal. Pero parece ser que el tiempo se vuelve en contra.
Tampoco se descarta que el cardenal Ricardo Blázquez, renuente a apoyar a
ningún obispo en público, incline la balanza hacia algún nombre.
Por cierto, que el secretario general de los
obispos españoles se desempeñó nuevamente bien en la rueda de prensa ofrecida
tras la reunión de la Permanente, en la que los periodistas le preguntaron por
cuestiones de actualidad, desde el pin parental hasta las relaciones con el
Gobierno.
En este mes de febrero, sin duda, pueden darse
muchas sorpresas. Pero lo más probable es que estos nombres ocupen los cargos
más destacados en el organigrama de la futura Conferencia Episcopal Española.
Fuente: ReligionConfidencial