¿Qué criterios se tienen en cuenta en la Iglesia católica para nombrar a una persona cardenal?
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Shutterstock | giulio napolitano |
Los cardenales son nombrados entre los obispos. Los procedimientos
de nombramiento de los obispos pueden variar, pero solo el Papa -él mismo
obispo de Roma- tiene capacidad de nombrar a los obispos libremente. Para
comprender cómo se eligen los cardenales, es necesario volver brevemente al nombramiento
de los obispos.
Un obispo es nombrado primero por el
Papa, pero no asume el cargo hasta su ordenación episcopal.
La ordenación episcopal es la tercera parte del mismo sacramento,
el del orden, dispensado al diácono, al presbítero y al obispo.
¿Cómo se elige un obispo?
Sólo un obispo puede ordenar a un obispo, que promete obediencia
«al sucesor de Pedro».
Los procedimientos de nombramiento han variado durante mucho
tiempo y aún hoy difieren de un país a otro, aunque la ordenación sigue siendo
el mismo sacramento en todos los casos.
No son los sacerdotes mismos los que se presentan, sino que son los
obispos en ejercicio los que los indican al nuncio, es decir, a
un representante del Papa ante un gobierno extranjero (una especie de
embajador del Vaticano).
Sin embargo, el derecho canónico exige ciertos criterios
para ser obispo: tener al menos 35 años, haber sido sacerdote
durante más de cinco años y tener una licenciatura en teología, Sagrada
Escritura o derecho canónico.
Luego, el nuncio realiza una investigación mantenida
bajo secreto con el séquito de estos pastores, religiosos o laicos, para
determinar si estos últimos pueden recibir el oficio episcopal.
En última instancia, el nombramiento
del obispo pertenece al Papa, entre tres nombres que se le proponen (la
terna).
El que finalmente es designado queda enteramente en libertad de
aceptar o no esta misión que en modo alguno le es impuesta.
Una elección específica del Papa
De entre el colegio de obispos son
nombrados los cardenales, cuya
función es asistir al Papa en el gobierno de la Iglesia.
Los cardenales menores de ochenta años son también los que eligen
al Papa en el cónclave.
Si es costumbre que los cardenales
sean elegidos por el Papa entre los obispos, este puede de hecho crear cardenal
a cualquier sacerdote (aunque esto sigue siendo excepcional),
sin más restricción que la de ser reconocidos por sus méritos «notables».
San Juan Pablo II distinguió así a varios sacerdotes, como los
teólogos Henri de Lubac en
1983 y Hans Urs
von Balthasar en 1988.
En cualquier caso, el Papa tiene libertad total para elegir cardenal
a quien quiera, siempre que sea al menos ordenado sacerdote y
reconocido por su piedad y su moralidad ejemplar: estos
criterios se dejan a la apreciación exclusiva del Papa.
La reforma litúrgica de Pablo VI realizada en 1973 fijó en 120 el
número de cardenales electores, de entre los cuales se elige al Papa en caso de
vacante en la Santa Sede.
Los cardenales son nombrados de por vida, pero siguen siendo
electores del Papa solo hasta los 80 años, edad en la que quedan excluidos
del cónclave.