Roma declara que todos perdonaron y «murieron por odio a la fe», muchos en defensa de la Iglesia
![]() |
Dominio público |
El
sacerdote y párroco Manuel
González-Serna Rodríguez encabeza el listado total de 10 sacerdotes y
9 laicos martirizados y 1 seminarista.
Entre
ellos, además de sacerdotes, había una sacristana de 68 años, un abogado, un farmacéutico, un
carpintero y varios miembros de consejos parroquiales. Aunque asesinados en la
diócesis de Sevilla, los había de Huelva, Cádiz y Granada. El más joven,
Enrique Palacios Monrabá, tenía 19 años. Fue fusilado junto a su padre, Manuel
Palacios Rodríguez.
Entre
los rasgos comunes, todos carecieron de un juicio regular y en su mayoría
fueron encarcelados antes
de su "muerte violenta" por "odio a la fe" en la
archidiócesis de Sevilla. Muchos de ellos "oraron, se animaron,
confesaron y expresaron palabras de perdón para los verdugos". La mayoría
pertenecían a la Adoración
Nocturna, Acción Católica o se significaron intentando impedir que se
cometieran actos violentos en templos o mientras se celebraba la Santa Misa,
como es el caso del sevillano Manuel Luque Ramos.
Juan José Asenjo,
arzobispo emérito de Sevilla, destacó hace unos años, en la fase diocesana
de la causa martirial, que todos ellos "invocaron filialmente a la Virgen
con el rezo del Santo Rosario" y que, en la cárcel "confortaron a sus
compañeros" al tiempo que "nunca renegaron de su condición de sacerdotes o laicos
fervientes".
"Sufrieron con fortaleza vejaciones
y torturas sin cuento y murieron perdonando a sus verdugos y orando
por ellos. Vivieron los instantes finales de su vida con serenidad y alegría
admirables, alabando a Dios y proclamando que Jesucristo era el único Rey y
Señor de sus vidas", detalló el arzobispo en 2016.
Manuel González-Serna, el párroco de
Constantina
El
primer mártir mencionado por el dicasterio es el sacerdote Manuel
González-Serna Rodríguez. Nacido en Sevilla el 13 de mayo de 1880, fue ordenado
sacerdote el 20 de septiembre de 1902 y nombrado párroco de Constantina el 30
de octubre de 1911. Detenido la noche del 19 de julio de 1936, el 23 de julio
siguiente fue conducido a la iglesia parroquial de Constantina, donde tras
sufrir todo tipo de
insultos en la plaza pública fue ejecutado en la sacristía. Ya desde antes
de su martirio, su fama de santidad era notoria entre los fieles.
María Dolores Sobrino Cabrera, la
sacristana de 68 años
La
segunda mártir de la localidad de Constantina era una piadosa mujer de 68 años,
comprometida con la parroquia como sacristana. Fue asesinada el mismo día y el
mismo lugar que el párroco González-Serna. Una vez martirizados, profanaron ambos cadáveres y los
dejaron en las calles hasta que, al día siguiente, un camión los llevó
al cementerio.
Enrique Palacios Monrabá, seminarista de
19 años, y su padre Manuel Palacios
Es
el único seminarista de los nuevos mártires. Tras concluir su primer año de
estudios de Teología, marchaba a su casa de vacaciones a finales de junio de
1936 cuando fue detenido y
asesinado junto a su padre, el también mártir Manuel Palacios Rodríguez en
la prisión de Cazalla de la Sierra el 5 de agosto de 1936. Tenía 19 años y seis
hermanos, que quedaron huérfanos.
Agustín Alcalá Henke, abogado asesinado
el primer día de guerra
Este
abogado y empresario fue fusilado en Sevilla el mismo día que comenzó el
alzamiento militar en África, el 17 de julio de 1936, y murió al día siguiente.
Sus dedicaciones,
marcadamente cristianas tanto en el ámbito laboral y político desde la
Doctrina Social de la Iglesia, como en la piedad popular y la caridad en las Conferencias de San
Vicente de Paúl le convirtieron en objetivo prioritario de la "justicia y
revolución popular". Sus verdugos desoyeron el compromiso cristiano de
Alcalá Henke con sus trabajadores como resultado del catolicismo social del
momento, que lloraron su pérdida.
José Vigil Cabrerizo, primer sacerdote
asesinado, el mismo 18 de julio
Agustín
Alcalá fue tiroteado el 17 de julio, pero era laico. El 18 de julio por la
tarde era asesinado el sacerdote José Vigil, encargado del barrio de San
Jerónimo de Sevilla. Los milicianos buscaban falangistas y entraron en su casa,
donde vestía de civil y estaba su familia. En la casa le dispararon dos veces,
con voluntad de dejarlo herido. Luego lo sacaron a la calle, le quitaron la
cartera, vieron que tenía estampitas para los niños y dijeron: "Este es beato",
disparándole otro tiro en el hombro izquierdo.
Parecía que iban a
dejarlo vivo, pero un miliciano dijo "No lo dejéis, que es el cura de San
Jerónimo" y
metiendo la pistola entre los cuerpos de su madre y hermanas le disparó otro
tiro en el vientre. Cayó declarando: "Yo los perdono como Dios Nuestro
Señor perdonó a sus enemigos". Rogó a los milicianos que no dañasen a sus
padres y hermanas. Aún le dieron otro disparo más sin acabar de rematarlo (su
hermana mayor le cubría la cabeza con su cuerpo) y agonizó durante una hora. Parece que fue el primer sacerdote
asesinado durante la Guerra Civil.
Mariano y Gabriel López-Cepero y Muru,
dos hermanos
Eran
dos hermanos de Cazalla de la Sierra; Mariano, nacido en 1883, había sido
teniente de alcalde del pueblo. Gabriel era padre de siete hijos y miembros del
consejo parroquial. Ambos fueron detenidos en la prisión de Cazalla de la
Sierra y ejecutados el 5 de agosto.
Cristóbal Pérez Pascual, el farmacéutico
de Cazalla
El
delito que le valió la condena a muerte a este mártir no fue otro que
pertenecer igualmente al consejo parroquial y haber abierto una farmacia, desde la que procuró
desarrollar una intensa
actividad asistencial y benéfica. También lo fusilaron en la cárcel de
Cazalla el 5 de agosto de 1936. Tenía 48 años.
José María Rojas Lobo, 26 años,
tiroteado mientras huía
Nacido
en Sevilla el 29 de septiembre de 1910, era abogado y miembro del partido
católico Acción Popular. Durante el verano de 1936 acudió con su familia a
Marchena donde fue detenido por milicianos republicanos. Cuando llegaron tropas
del bando nacional, muchos presos, incluyendo Rojas, trataron de huir y les
dispararon. Gravemente herido, falleció cinco días después.
J. M. C.
Fuente: ReL