Con
salero
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Después
de un fin de semana tan lleno de ilusión, de detalles de cariño, en medio de
una Navidad muy especial... el martes, de pronto, comenzábamos la jornada de
trabajo. ¡No pegaba nada! Entre bromas y risas decíamos que “sería mejor ‘día para
jugar con los juguetes’...”
Y
me acordaba rezar por tantas personas a las que imaginaba que les sucedería lo
mismo al ir a trabajar. Así que me puse a mi tarea de decorar la porcelana.
Para mi sorpresa, esa mañana habían puesto sobre mi mesa un montón de saleros.
“¡Qué
gracia, esto tienes que ser Tú, Señor!”, me surgió decirle al Señor. Porque,
después de ese proceso interior para bajar a trabajar, llego y me encuentro
aquello...
Era
Él, desde luego, que me decía que la vida hay que tomársela siempre con un
toque de sal: con Alegría, con Amor, con Buen Humor...
Pero
aquello dio para mucho, claro, porque cada salero me llevaba un rato, y me daba
cuenta de que, a la hora de hacer un guiso... la sal lo cambia todo. ¡Cómo se
nota cuando está y cómo se echa de menos cuando no está!
Y
es que Jesús nos dijo: “Vosotros sois la sal de la tierra”; lo que sucede es
que necesito que antes sea Él quien sale mi vida, que sea Él mi sal y yo el
salero para poder transmitirlo a los demás.
Porque
con Él todo cambia: un día, una jornada de trabajo, se puede llenar de Vida si
lo vivimos con Él, porque Él es la Alegría que colma el corazón, la Paz que
llena de confianza, la Ilusión por la vida, el Amor que me ama así, como soy y
como estoy, la Luz que llena de Vida cada instante de mi día... ¡Cristo es
quien lo cambia todo!
Hoy
el reto del amor es vivir el día “con salero”. Hoy, hagas lo que hagas, estés
donde estés, sé el salero de Cristo. Deja que abra tu corazón para amar al
otro, para escucharle con paciencia, deja que tu sonrisa alegre el ambiente, y
que tu ilusión por la vida se contagie a los demás... ¡deja que Cristo llene tu
día de sentido!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma