Discusiones
con la impresora
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Nada
peor que ponerse a trabajar y que los aparatos decidan declararse en huelga. Y
sin posibilidad de negociación.
Estaba
yo el otro día elaborando unos cuadernos de liturgia. Los necesitábamos para
esa misma tarde. En cuanto le di a imprimir, la impresora lanzó el aviso de
guerra:
“Papel
agotado”.
“Ya
empezamos”, pensé resignada. “Tal vez he metido demasiados folios...”. Revisión
a la bandeja y...
“Papel
agotado”.
Quité
otras hojas más y...
“Papel
agotado”.
A
fuerza de abrir y cerrar la bandeja, conseguí que me aceptara los folios...
¡¡metiéndolos de uno en uno!!
Entre
folio y folio, no hacía más que pedirle al Señor una solución... ¡y de pronto
me la dio!
¿Sabes
qué le pasaba a la impresora? ¡Que no era capaz de separar un folio de otro! Si
se los ponía según los sacaba del paquete, se atascaba; pero, si antes yo los
hojeaba, separándolos unos de otros, ¡funcionaba a las mil maravillas!
Y,
poco después, en la oración, descubrí que nosotros también somos como la
impresora: corremos el riesgo de atascarnos con los folios.
En
estos días de fiesta, parece que se acumulan las cosas por hacer, y acabamos
corriendo de un sitio para otro, sin llegar a disfrutar de nada, ¡sin conseguir
imprimir bien!
Jesús
es precisamente esa mano amiga que no va a quitarte los folios, va a
ordenártelos para que no te atasquen. Él quiere ir viviendo contigo cada una de
tus hojas, pasarlas contigo, imprimirlas a tu lado.
En
estos días de Navidad, solo puedo asombrarme del Amor que Cristo nos tiene.
¿Sabes? Al hacerse bebé... Jesús ha hecho alianza con nuestra debilidad. ¡Es
una promesa irreversible! Es su forma de prometer y demostrar que siempre va a
ser fiel a nuestra pobreza. Donde nos sentimos más pequeños y pobres, ahí le
encontramos. Con nosotros, dispuesto a pasar folios a nuestro lado.
Él
no te dejará de lado, no se desesperará. No te pide que seas una impresora
último modelo, capaz de cualquier cosa... ¡sabe de sobra que no eres así! Solo
te pide que le abras tu bandeja, que le dejes imprimir contigo, viviendo el
presente, el folio que tienes entre manos, como único.
Hoy
el reto del amor es dejar que Cristo ordene tus folios. A estas horas, seguro
que ya tienes una lista de cosas para hacer, pero, ¡espera! Antes de empezar,
para unos minutos con Cristo, pídele hacer cada tarea con Él, poniendo amor,
disfrutando de cada instante. Y, si en algún momento se te atascan los folios,
¡haz una parada, ponte en Sus manos! ¡Feliz día!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma