Este 27 de enero se ha conmemorado los 75 años
de la liberación del campo de concentración nazi de Auschwitz-Birkenau
(Polonia), donde más de un millón de personas fueron víctimas del genocidio
dirigido por el régimen nazi
Santa
Edith Stein, Beato P. José Kowalski, Sierva de Dios
María
Cecilia Autsch, Sierva de Dios Stanislawa Leszczynska
y
San Maximiliano Kolbe
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Entre tantas personas que sufrieron persecución,
podemos encontrar vidas ejemplares de católicos que decidieron entregar sus
vidas para defender su fe y sus principios. Conoce la historia de cinco santos,
beatos y mártires que nos enseñan cómo ser luz en medio de la oscuridad de la
crueldad humana.
1. San Maximiliano Kolbe
Maximiliano
Kolbe nació un 8 de enero de 1894 en la ciudad polaca de
Zundska Wola, que en ese momento se encontraba ocupada por Rusia.
Estando como estudiante en Roma, funda la
“Milicia de la Inmaculada” con la finalidad de promover el amor y el servicio a
la Virgen María y la conversión de las almas a Cristo. De regreso a Polonia,
publica la revista mensual “Caballero de la Inmaculada”.
En 1929 funda la "Ciudad de la
Inmaculada" en el convento franciscano de Niepokalanów, a 40 kilómetros de
Varsovia. Tiempo después se ofrece como voluntario para ir al Japón.
Regresa a Polonia en plena Segunda Guerra
Mundial, es apresado, liberado y nuevamente apresado. Fue enviado al campo de
concentración de Auschwitz. Cierto día se escapó un prisionero y los alemanes,
para dar muestra de severidad, escogen a 10 prisioneros que son condenados a
morir de hambre. El décimo número le tocó al sargento Franciszek Gajowniczek,
polaco también, quien exclamó: “Dios mío, yo tengo esposa e hijos”.
Ante esto, el P. Maximiliano ofrece
intercambiarse por el condenado. El sacerdote es llevado a un subterráneo,
donde alienta constantemente a los demás presos a seguir unidos en la oración.
Todos mueren y solo él queda vivo. Al final, le aplican una inyección letal que
acaba con su vida el 14 de agosto de 1941.
2. Santa Edith Stein
Edith Stein,
luego Sor Teresa Benedicta de la Cruz, nació en Breslau (1891), ciudad que
perteneció a Alemania y que luego pasó a Polonia. En la adolescencia dejó la
religión judía porque no encontraba en ella sentido a su vida.
Más adelante llegó a ser una brillante
estudiante de fenomenología en la Universidad de Gottiengen y el filósofo
Husserl la escogió antes que a Martín Heidegger (uno de los filósofos más
importantes del siglo XX) como asistente de cátedra. Finalmente Edith recibió
el título de Filosofía de la Universidad de Friburgo.
Entró en un estado de crisis profunda y a
la vez de purificación hasta que meses después decide ser bautizada. Busca la
ayuda de un sacerdote y recibe el sacramento en 1922. Poco a poco va brotando
la inquietud vocacional en ella, mientras es acompañada por su director
espiritual. El 15 de abril de 1934 toma el hábito carmelitano y cambia su
nombre a Teresa Benedicta de la Cruz.
Las fuerzas nazis de ocupación declaran a
todos los católicos-judíos como “apátridas”, un cuerpo militar nazi ingresa al
convento carmelita y se lleva a Edith con Rosa, su hermana, al campo de
concentración de Auschwitz, junto a unos mil judíos.
Inmediatamente los prisioneros son
conducidos a la cámara de gas y Santa Edith parte a la Casa del Padre el 9 de
agosto de 1942, ofreciendo su vida por la salvación de las almas, la liberación
de su pueblo y la conversión de Alemania.
Santa Edith Stein fue canonizada por San
Juan Pablo II en 1998, quien le dio el título de “mártir por amor” y en octubre
de 1999 fue declarada co-patrona de Europa.
3. Beato P. José Kowalski
José Kowalski nació
el 13 de marzo de 1911 en Siedliska (Polonia), un pequeño pueblo campesino.
Perteneció a una familia profundamente católica, por lo cual fue bautizado el
19 de marzo, día en el que se celebra la fiesta de San José.
El beato se destacaba por su servicio,
atención y trabajo arduo, así como por su disposición para apoyar a los jóvenes
y en el servicio de confesiones. Su celo por acercar a más personas a Cristo
llamó la atención del ejército nazi, que lo arrestó junto a otros once
salesianos el 23 de mayo de 1941.
Sin embargo, a pesar de los riesgos el P.
José realizó su pastoral en el campo de concentración de Auschwitz. De acuerdo
con los testimonios, el beato organizaba la oración cotidiana en el campo.
El P. José Kowalski falleció la madrugada
del 4 de julio de 1942, ahogado en la cloaca del campo, luego de haber sido
torturado. Fue beatificado el 13 de junio de 1999.
“Con pleno conocimiento, con voluntad
decidida y dispuesta a todas las consecuencias, abrazo la dulce cruz de la
llamada de Cristo y quiero llevarla hasta el final, hasta la muerte”, dijo el
beato, quien siguiendo el llamado de Dios se unió a la congregación salesiana
en 1927.
4. Sierva de Dios Stanislawa Leszczynska
Stanislawa
Leszczynska nació el 8 de mayo de 1896 en Polonia dentro de un
matrimonio católico. En 1922, años en los que las mujeres solían dar a luz en
sus casas, se recibió de matrona (partera) en la Universidad de Varsovia.
En 1916 se casó con Bronislaw Leszczynski,
con quien tuvo dos hijos y una hija. Sin embargo, fue separada de los varones
de su familia cuando Alemania invadió Polonia en 1939.
Tras ser capturada por los nazis, es
enviada junto a su hija al campo de concentración de Auschwitz, donde como
parte de las prácticas de los nazis, las mujeres que quedaban embarazadas eran
asesinadas, pues consideraban que los bebés eran “inútiles” y retrasaban las
labores de las madres en el campo de concentración.
Por ese motivo, “Mutti” (Madre) como
apodaron a Stanislawa en el campo, tuvo que improvisar una “sala de maternidad”
en las barracas que se encontraban junto a las calderas, que estaban infestadas
de toda clase de insectos y humedad. Sin embargo, ese lugar se convirtió en la
salvación de miles de madres y niños por nacer. La profunda fe católica de la
matrona la llevó a bautizar a cada recién nacido con la señal de la cruz en la
frente.
“Mutti” estuvo en Auschwitz hasta su
liberación por las tropas soviéticas el 26 de enero de 1945, falleció en 1974 y
su causa de canonización se ha introducido en la Diócesis de Lodz.
5. Sierva de Dios María Cecilia Autsch
María Cecilia
Autsch, bautizada bajo el nombre de Ángela del Sagrado Corazón,
nació en Röllecken (Alemania) en 1900.
El 26 de octubre de 1933, el mismo año en
que Adolfo Hitler subió al poder, María comenzó el postulantado en el convento
de las trinitarias de Mötz (Austria), pequeña población del Tirol austriaco.
Fue detenida por la Gestapo por “un
comentario que hizo mientras hacía la compra para su convento en el que
manifestó que 'Hitler es un azote para Europa’”, según se revela en la
documentación incorporada a su causa.
Fue llevada al campo de concentración de
Ravensbrück (Alemania) y después al de Auschwitz (Polonia), donde por ser
alemana y enfermera fue destinada al dispensario médico, donde se las ingenió
para dar a escondidas más raciones de comida o jabón a las mujeres enfermas.
En 1944, la religiosa murió tras ser
alcanzada por un proyectil durante un bombardeo en el campo de concentración,
mientras ayudaba a los enfermos a refugiarse.
Fuente:
ACI