«LA EMISIÓN DE LA MISA EN LA 2 CUMPLE UNA LABOR SOCIAL Y HASTA CASI POLÍTICA DE VERTEBRAR LA NACIÓN»

Juan Carlos Ramos defiende que la Iglesia tiene que desempeñar y hacerse un hueco en las iniciativas de tipo de cultural, incluyendo su presencia en los medios, ya sean los católicos como tales o la propia institución

La emisión de la misa llega a cuadriplicar la audiencia media de La 2
La misa que se ofrece en directo cada domingo en Televisión Española es uno de los grandes clásicos televisivos y también uno de los espacios que lidera esa franja horaria. Cada domingo más de medio millón de personas asiste a la Eucaristía a través de su pantalla. 

Y aquí se cumple perfectamente el servicio público de una televisión estatal pues buena parte de la audiencia está formada por personas mayores o enfermos que desde su casa o el hospital cumplen con el precepto dominical, puesto de que no podrían hacerlo de otra manera. 

Pese a ello, la Misa de La 2 de TVE ha estado en la picota ante los ataques de partidos izquierdistas y anticlericales como Podemos. Pero al final, la audiencia es la mejor defensa de este programa. Analizando los datos del pasado 1 de diciembre se evidencia que mientras que la audiencia de La 2 es de un 2,6% la misa se sitúa entre el 8 y 11%, superando en la franja horaria de la mañana a los programas que emite La Sexta, Cuatro o Antena 3 y empatando con La 1 de TVE.

Una corriente "de afecto" incluso entre personas no practicantes

Recientemente la editorial de reciente creación Nueva Eva ha publicado el libro 50 preguntas al director de la misa de televisión, y en sus páginas el sacerdote Juan Carlos Ramos, responsable de esta emisión desde 2007, analiza lo que supone no sólo para los católicos sino también para todo el país, desde un ámbito también social y político, la emisión de la misa a través de la televisión.

Este sacerdote todavía recuerda la polémica de Podemos y la respuesta que dio la sociedad aupando al liderazgo en audiencia la misa con picos de hasta el 20%. “Esto revela claramente que a la gente le gusta verlo, ya que triplicamos la media de audiencia de la cadena. Evidentemente, lo que los niveles de audiencia demuestran es que hay una demanda”, cuenta el director de esta emisión.

En su opinión, tras casi 40 años en los hogares, la misa televisada en España ha acabado generando “una corriente de afecto muy grande” porque muchas personas se han visto “vinculadas” a ella “en momentos difíciles de su vida”.

"Una labor social y hasta casi política"

“A mí me han dicho muchas personas que veían el programa cuando su madre, su padre, un amigo o cualquier otro ser querido estaban enfermos. Y a lo mejor no eran personas que asistieran a Misa con regularidad, pero si su madre les pedía que pusieran la Misa de La 2, la complacían y compartían la celebración con ella. En momentos duros, eso genera un afecto que está pegado a la historia de cada uno, y aunque es posible que esa persona no vuelva a ver el programa, el hecho de que su madre lo viera le hace desear que no desaparezca”, afirma Juan Carlos Ramos.

En una de las respuestas que ofrece a Marta Moreno en el libro, el padre Ramos llega a afirmar que se atrevería “a decir que el programa cumple una labor social y hasta casi política de vertebrar la nación”. Y lo explica afirmando que “no quedan apenas programas en que presenten la realidad de tantos pueblos de España”.

La misa en televisión también vertebra España

Y es que cada domingo la misa se emite en directo desde un lugar diferente del territorio nacional, tanto en grandes ciudades como en pequeños pueblos de provincias. Este sacerdote revela que El día del Señor, el programa de La 2 en el que se incluye la Eucaristía, “es, con mucho, el programa que más pueblos ha visitado de toda España. Nuestras imágenes contribuyen a aumentar el archivo de Televisión Española, al igual que ocurre con otro programa religioso, Pueblo de Dios, que tiene imágenes del mundo entero y es el programa que más archivo produce para TVE”.

Por otro lado, la emisión de la Eucaristía además de los frutos espirituales tiene otras consecuencias buenas. El padre Ramos señala que también sirve para “ayudar a iglesias con problemas”. Pone el ejemplo de Lorca tras el terrible terremoto que sufrió. En aquel momento decidió cambiar la programación y se emitió la misa al aire libre desde la localidad murciana. “Mostramos las grietas que había en las iglesias y por todo el pueblo, y eso movió a la gente a ayudar”, recuerda.

Dar la batalla cultural y mostrar la Belleza al mundo

Por otro lado, Juan Carlos Ramos defiende que la Iglesia tiene que desempeñar y hacerse un hueco en las iniciativas de tipo de cultural, incluyendo su presencia en los medios, ya sean los católicos como tales o la propia institución.

Este sacerdote afirma que “la Iglesia ha luchado durante muchos, no sólo por ayudar a los más necesitados de la sociedad y por cuidar la vida espiritual de las personas, sino también por custodiar, promocionar y ser pilar del mundo del arte y la cultura. Desgraciadamente, en el último siglo hemos descuidado mucho el mundo del arte, donde siempre habíamos estado presentes”.

La escasa presencia pública de los católicos

Ante la situación actual, el padre Ramos se hace varias preguntas: “¿Por qué tenemos tan poca presencia pública? ¿Por qué, si van a misa todos los domingos ocho millones de personas en España, según los últimos datos, y a diario un millón de personas, eso luego no tiene ninguna repercusión pública?”.

De este modo, cree que muchos pueden pensar que los católicos son “un fenómeno residual, pero no es cierto”. En su opinión, “no tenemos presencia porque los profesionales católicos no dicen que lo son. Se ha conseguido introducir una espiral de silencio, de modo que la gente no lo cuenta, con lo cual iremos a menor, necesariamente, si eso no lo rompemos”.

En este análisis, el religioso también habla de que quizás “no haya empresarios católicos que pongan dinero en este tipo de iniciativas. O que tengamos unos católicos muy materialistas a los que tenga silenciados el miedo a perder su estatus”. 

Javier Lozano

Fuente: ReL