SIGUE ESTOS PASOS PARA HACERTE AMIGO DE TU ÁNGEL GUARDIÁN

Entre tú y tu ángel hay una unión de alianza, una unión entre dos hermanos, aprovéchala

Leandro Gómez Guerrero
Los ángeles custodios son grandes amigos y compañeros que Dios mismo ha destinado a cada uno de nosotros.

Lejos de pensar que estos seres espirituales son seres que no tienen nada que ver con nuestra realidad, con nuestro diario vivir; la Iglesia, ayuda recordar la ayuda y presencia que el Ángel Guardián le presta al hombre.

Hoy, quiero mostrarte una de las grandes y fundamentales ayudas de tu ángel guardián.

En el corazón de cada hombre hay tres grades preguntas que, dependiendo de su respuesta, determinan el rumbo de toda existencia.  Esas preguntas son ¿quién soy?, ¿de dónde vengo? y, finalmente, ¿a dónde voy?

Estas tres preguntas se encuentran presentes a lo largo de toda la historia de la humanidad, acompañan el corazón del hombre sin importar condición, lugar o religión. Son preguntas trascendentales, marcan la existencia del hombre.

Pues bien, los ángeles, como compañeros de camino del hombre, nos ayudan a encontrar una respuesta a estos interrogantes. Los ángeles te enseñan quién eres, de dónde vienes y a dónde vas.

Para acoger esta ayuda que brindan los ángeles en tu vida hay que caminar por un camino de amistad con el ángel guardián. Ese camino tiene grados.

El primer grado es el de saber quiénes son los ángeles, conocerlos

Los ángeles no son energías o dioses, son criaturas de Dios, son personas.

Hay que conocer lo que se enseña sobre los ángeles. Pero también hay que saber que el papel del ángel va mas allá de ser una criatura de Dios; los ángeles tienen un interés por ti, por tu existencia y el rumbo que des a tu vida.

En este sentido, el ángel de la guarda busca que la respuesta que des a esas preguntas que hay en tu corazón sean respondidas de tal manera que tu vida se oriente hacia Dios, hacia la santidad y, por ende, a la plenitud de vida.

De estos se deriva que tu Ángel sea responsable de ti. Esta responsabilidad de tu Ángel hacia ti es llena de bondad y de fidelidad, pues entre tú y tu ángel hay una unión de alianza, una unión entre dos hermanos, donde el ángel es el hermano mayor, y tú, el hermano menor.

El ángel custodio busca que tu llegues a la plenitud de vida, y esa plenitud se encontrará sólo en la amistad con tu custodio, pues él te presta su luz y su fuerza, te inspira para que encuentres esa plenitud de vida.

De lo anterior se desprende que puedas oír a tu ángel y puedas hablar con tu ángel. De ahí que cultiva ese diálogo con tu custodio y permite que tu ángel se involucre en tu vida.

El segundo grado es el de escuchar

Entre tu ángel y tú debe haber un diálogo, no un monólogo. Un encuentro entre dos personas que se comunican. Hoy día, ese diálogo se ha corrompido con la Nueva Era que establece técnicas para entrar en comunicación con los ángeles; sobra decir que estas técnicas son falsas.

El libro de Tobías nos narra la experiencia que un joven, Tobías, tiene con su ángel.

Busca entrar en ese diálogo con tu ángel, busca ese diálogo, y será en ese diálogo donde encuentres luces para responder a esos interrogantes que hay en lo más profundo de tu corazón.

Y es que escuchar al ángel te lleva a ser lo que tú eres: imagen y semejanza de Dios, hijo de Dios, y te fortalece para que actúes de acuerdo a lo que tú eres; así mismo el ángel ilumina tu inteligencia para que des respuesta a tus interrogantes que abriga tu corazón

Esa proximidad de los ángeles nos fortalecen y es que los ángeles tienen como una irradiación sobre ti.

Santo Tomás enseña que el sólo contacto del ángel es suficiente para hacernos mejor. Así como cuando nos acercamos a una persona virtuosa, nos hace mejores, si nos acercamos a un santo nos sentimos penetrados por un deseo hacia la santidad, hacia el bien, así es cuando nos acercamos al ángel de la guarda.

Esta ayuda se representa en el arte cristiano donde en muchas ocasiones se representan a los ángeles señalando hacia lo alto. Así que a la pregunta de ¿dónde vengo?, ¿quién soy?, ¿a dónde voy? el ángel te dice: mira a lo alto. Es lo que nos doce San Pablo en la Carta a los Colosenses: “Buscad las cosas de arriba” (Col. 3,2).



Así como el ángel te fortalece para actuar de acuerdo a lo que eres, así también el ángel te purifica para dejar aquello que no te lleva a ser lo que eres.

Todo lo anterior lleva a entender que la devoción a los ángeles custodios sea de una utilidad grade para nuestras vidas.

El tercer grado de la amistad entre tu ángel y tú es la adoración

Al cultivar esa amistad con los ángeles te darás cuenta que eres el culmen de la creación y que Dios quiere hacer una alianza contigo. 

Los Ángeles te llevan a adorar, sabiendo quién eres, pues adorar a Dios es confesar con gratitud que Dios ha hecho grandes cosas en ti (Cfr. Cat. n. 2097): que te creó a imagen y semejanza de Él, que te llama a una unión con Él, que tienes un proyecto divino, entonces comienzas a agradecer, y tu vida comienza a ser un Magnificat, a proclamar las grandezas de Dios. Sabes que vienes del amor de Dios, que te diriges a ese Amor.

De ahí que el culto a los ángeles termine en un culto de adoración, y tu ángel custodio es el mensajero de tu vocación, de lo que eres, y te protege de todo aquello que quiera derrumbar lo que tú eres.

Te invito a consagrar tu vida a este buen compañero con la siguiente oración:

Santo Ángel a quien Dios, en su bondad, ha encargado del cuidado de mi conducta; tú me asistes en mis penas, me sostienes en mis combates, me acompañas en mi vida. Te doy gracias humildemente.

Yo me consagro a ti en presencia de Dios, de la Virgen Santa María y de todos los Ángeles. Desde este día quiero honrarte de manera especial.

Te invoco, amable protector, para que me defiendas de mis enemigos, me ayudes a reconocer la voluntad de Dios, alejes de mí las ocasiones de pecado, me hagas dócil a tus santas inspiraciones y me protejas en la hora de mi muerte. Amén

Padre Fernando Cárdenas Lee, Foyer de Charite

Fuente: Aleteia