Pidamos hoy al EspĆritu Santo de enseƱarnos a construir puentes con quienes no creen o tienen otra fe distinta a la nuestra
Aun cuando no lo esperamos, la semilla del Evangelio
“arraiga”: por eso debemos pedir al EspĆritu Santo “la capacidad de inculturar
con delicadeza el mensaje de la fe”, porque “el fuego de su amor, es capaz de
inflamar el corazĆ³n mĆ”s endurecido"
Prosiguiendo con el “viaje” por el libro de los Hechos
de los ApĆ³stoles, el Papa Francisco se detuvo este miĆ©rcoles 6 de noviembre en
la vivencia de Pablo en Atenas, “la gran ciudad de la cultura griega”. Al
llegar a Atenas, dijo el Papa, el espĆritu del ApĆ³stol “se enardeciĆ³ al ver que
la ciudad estaba entregada a la idolatrĆa”. Sin embargo, eligiĆ³
"familiarizarse”, con ella, comenzando a frecuentar "los lugares y
las personas mĆ”s significativas”.
El apĆ³stol frecuenta la sinagoga, sĆmbolo de la fe en
Dios; la plaza, centro de la vida ciudadana, y el AreĆ³pago, corazĆ³n de la vida
cultural y polĆtica. El contacto con el paganismo no le asusta, sino que lo
empuja a crear un puente para dialogar con aquella cultura. Con mirada
contemplativa, Pablo descubre que Dios habita en las casas de los atenienses,
en sus calles, en sus plazas; no mira el paganismo con hostilidad, sino que, en
un ejemplo extraordinario de inculturaciĆ³n, anuncia a Cristo partiendo de su fe
en un “Dios desconocido”, al que han construido un Ćdolo.
El ApĆ³stol
Pablo, constructor de puentes
La mirada de Pablo, que observa la ciudad
de Atenas “con los ojos de la fe”, nos hace interrogar sobre “nuestra forma de
ver nuestras ciudades”, planteĆ³ Francisco. "¿Las observamos con
indiferencia? ¿Con desprecio? ¿O con la fe que reconoce a los hijos de Dios en
medio de las multitudes anĆ³nimas?, cuestionĆ³. Y seƱalĆ³ la estela dejada por el
ApĆ³stol al elegir "la mirada que lo lleva a abrir una brecha entre el
Evangelio y el mundo pagano”.
En
el corazĆ³n de una de las instituciones mĆ”s famosas del mundo antiguo, el
AreĆ³pago, realiza un ejemplo extraordinario de inculturaciĆ³n del mensaje de la
fe: proclama a Jesucristo a los adoradores de Ćdolos, y no los hace
agrediĆ©ndolos, sino haciĆ©ndose "pontĆfice, constructor de puentes".
Dios no se esconde de los que lo buscan con
corazĆ³n sincero
DespuƩs de captar su benevolencia desde
este puente, prosiguiĆ³ el Papa, Pablo "comienza a explicar paso a paso la
revelaciĆ³n, desde la creaciĆ³n hasta la resurrecciĆ³n de Cristo". Comienza
por el altar de la ciudad, dedicado a “un dios desconocido”. A partir de
esa “devociĆ³n”, y para entrar en empatĆa con sus oyentes, proclama que Dios
“vive entre los ciudadanos” y “no se esconde de los que lo buscan con corazĆ³n
sincero, aunque lo hagan a tientas”:
Es
precisamente esta presencia la que Pablo quiere revelar: “yo vengo a
anunciarles a Aquel que ustedes adoran sin conocer”.
La semilla del Evangelio arraiga, aun cuando no lo
esperamos
Francisco aƱadiĆ³ que Pablo, “para revelar
la identidad del dios” que adoraban los atenienses, muestra la desproporciĆ³n
“entre la grandeza del Creador y los templos construidos por el hombre”.
Anuncia a Cristo, a “aquel a quien los hombres ignoran, pero que sin embargo
conocen”. Y alude a Cristo, definiĆ©ndolo como “el hombre a quien Dios ha
designado, dando a todos una prueba segura al resucitarlo de entre los
muertos”. Es allĆ cuando se presenta "el problema", dijo el PontĆfice:
Aparentemente
este camino no dio el resultado esperado, por un tiempo escucharon con
simpatĆa, pero la muerte y resurrecciĆ³n de Cristo se revelĆ³ como un escĆ”ndalo
para los judĆos y necedad para los paganos, suscitando desprecio y burlas. Pero
no es asĆ, algunos se convirtieron y quedaron como semilla de la fe tambiĆ©n en
Atenas.
“Incluso en Atenas el Evangelio arraiga y
puede correr a dos voces: ¡la del hombre y la de la mujer!”
Construyamos puentes con quienes no creen, sin
agresividad
El Papa Francisco concluyĆ³ su catequesis
llamando a “construir puentes”, tanto con la cultura, con los que no creen o
con quienes tienen un credo distinto al nuestro, y a hacerlo “sin agresividad”:
Pidamos
hoy al EspĆritu Santo de enseƱarnos a construir puentes con quienes no creen o
tienen otra fe distinta a la nuestra. Pidamos la capacidad de inculturar con
delicadeza el mensaje de la fe. Que el fuego de su amor que es capaz de
inflamar el corazĆ³n mĆ”s endurecido abra los ojos de los que todavĆa no conocen
a Cristo.
Griselda Mutual – Ciudad del Vaticano
Vatican
News