Virtudes
forzosas
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hay
elementos en la vida que te obligan a practicar la virtud. Quieras o no. Por
ejemplo, el grifo del refectorio (comedor). Es un elemento magnífico... para
fomentar la virtud de la paciencia.
Después
de cada comida, con una jarra grande, voy rellenando de agua las jarras que hay
repartidas por las mesas. Bueno, eso es en teoría. En realidad, pongo la jarra
grande bajo el grifo y me voy a recoger las migas, poner los cubiertos,
preparar los platos... A lo mejor para entonces, el hilito de agua que cae del
grifo ha conseguido llenar la jarra.
Lo
cierto es que a veces una pierde la paciencia, y acaba emigrando jarra en mano
en busca de otro grifo...
Hace
un par de días fui a poner la mesa y, como siempre, abrí el grifo al máximo
esperando el hilito de agua... ¡¡y casi salgo en canoa!! ¡¡Parecían las
cataratas del Niagara!!
-¡¡Ay,
ay, ay!! ¡¡Que nos ahogamooooos!! -grité cerrando el grifo a toda prisa.
La
procuradora se echó a reír ante mis aspavientos.
-Teníais
el filtro atascado; os lo he limpiado -me explicó.
Desde
luego que aquello parecía un milagro, ¡qué bien funciona ahora! El pobre grifo
lo único que necesitaba era una parada para desatascarse...
¡Y
lo mismo nos sucede a nosotros! ¿Te has fijado alguna vez en que uno de los
mandamientos de Dios es precisamente eso? ¡¡Descansar!!
Ya
el Génesis habla de que “el séptimo día, Dios descansó”, y así nace el Sabat,
el descanso del sábado. Y, si todo eso te pilla un poco lejos, resulta que el
tercer mandamiento dice “Santificarás las fiestas”, lo que no significa solo ir
a misa, sino dejar de trabajar, hacer lo que no haces durante la semana,
descansar.
Orando
esto, creo que, en realidad, se trata de una estupenda estrategia de nuestro
Padre para liberarnos de la “tiranía de la productividad”. ¡Parece que siempre
tenemos que estar haciendo algo, siempre corriendo y siempre ocupados! Nos
prometemos que descansaremos cuando acabemos, pero el hecho es que nunca está
todo acabado, todo perfecto.
San
Pablo dice que el Señor nos ha dado tantas cosas buenas “para que las
disfrutemos”. ¿Cuándo fue la última vez que obedeciste al Señor en este punto?
¿Has parado últimamente a “disfrutar”?
Como
te decía, es pura estrategia del Señor. El que ha descansado y disfrutado,
¡rinde más y es capaz de amar mejor! Se convierte... ¡en un grifo desatascado!
Hoy
el reto del amor es “santificar las fiestas”. Te invito a que, en este domingo,
busques un buen rato para hacer algo que te gusta, para disfrutar con los
tuyos. Lo mejor de todo, ¡es que el Señor lo quiere, y sonreirá con tu
descanso!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma
