Jesús no tolera la hipocresía y llama a los fariseos
"sepulcros blanqueados"
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El Papa Francisco
celebra la Misa matutina en la capilla de la Casa de Santa Marta
(Vatican
Media)
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Lo recordó el Santo Padre en su homilía en la misa de
esta mañana celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. Debemos curarnos
de la hipocresía y la medicina es saber acusarse a sí mismo ante Dios. Quien no
sabe cómo hacerlo "no es un buen cristiano", dijo Francisco
La hipocresía fue el tema que abordó el Papa en su
homilía de la Misa matutina. Y comenzó a partir de la sugerencia del pasaje
evangélico del día, en el que se relata que Jesús, invitado a comer por un
fariseo, fue criticado por el dueño de casa porque, antes de ponerse a la mesa,
no había hecho las abluciones rituales. Francisco comentó al respecto:
"Hay una actitud que el Señor no tolera: la hipocresía. Y esto es lo que
leemos en el Evangelio. Invitan a Jesús a comer, pero para juzgarlo, no para
hacer amistad". A lo que añadió que “la hipocresía es precisamente
presentarse de un modo y ser de otro". Es pensar en secreto de manera
diferente a como uno se presenta.
La hipocresía
nace del diablo: el mentiroso
Jesús no soporta la hipocresía. Y a menudo llama a los
fariseos “hipócritas”, “sepulcros blanqueados”. Pero no es un insulto de Jesús,
“es la verdad”. "Desde afuera eres perfecto”, es más, “almidonado” –
reafirmó Francisco – precisamente “siendo correcto”, pero “dentro eres otra
cosa". Y afirmó que "la actitud hipócrita nace del gran mentiroso, el
diablo". Él es el "gran hipócrita" y los hipócritas son sus
"herederos".
La hipocresía es el lenguaje del diablo, es el
lenguaje del mal que entra en nuestro corazón y es sembrado por el diablo. No
se puede convivir con gente hipócrita, pero existe. A Jesús le gusta
desenmascarar la hipocresía. Él sabe que será ciertamente esta actitud
hipócrita la que lo llevará a la muerte, porque el hipócrita no piensa si
utiliza medios lícitos o no, va adelante: con la calumnia. "Calumniemos,
¿el falso testigo?” … “Busquemos un
falso testigo”.
La hipocresía
es un veneno que mata
El Papa prosiguió diciendo que alguien podría objetar
"que no existe tal hipocresía” en el propio entorno. Sin embargo, añadió,
“pensar esto es un error”:
El lenguaje hipócrita, no diré que sea normal, pero es
común, es de todos los días. El hecho de presentarse de un modo y ser de otro.
En la lucha por el poder, por ejemplo, las envidias, los celos, te hacen
parecer con una forma de ser y desde dentro hay veneno para matar, porque la
hipocresía siempre mata, siempre, tarde o temprano mata.
La medicina es
la acusación de uno mismo
Es necesario sanar de esta actitud. Pero ¿cuál es la
medicina? se preguntó el Papa. Y la respuesta es decir "la verdad, ante
Dios". Es acusarse a sí mismo:
Debemos aprender a acusarnos a nosotros mismos:
"He hecho esto, yo pienso así, malamente.... Tengo envidia, me gustaría
destruir aquello...", lo que está dentro, lo nuestro, y decirlo ante Dios.
Este es un ejercicio espiritual que no es común, no es habitual, pero tratamos
de hacerlo: acusarnos a nosotros mismos, vernos en el pecado, en las hipocresías
y en la maldad que hay en nuestro corazón. Porque el diablo siembra la maldad y
decirle al Señor: "¡Mira, Señor, cómo soy!", y decirlo con humildad.
Pedro se dio
cuenta de que era un pecador
Aprendemos a acusarnos a nosotros mismos, reafirmó el
Papa, a la vez que añadió textualmente:
“Una cosa tal vez
demasiado fuerte, pero es así: un cristiano que no sabe acusarse a sí mismo no
es un buen cristiano y corre el riesgo de caer en la hipocresía”
Y concluyó recordando la oración de Pedro cuando dijo
al Señor: "Aléjate de mí porque soy un hombre pecador”. "Aprendamos –
dijo Francisco – a acusarnos a nosotros mismos".
Adriana Masotti – Ciudad del Vaticano
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