EL PACTO DE LAS CATACUMBAS: UN MOMENTO HISTÓRICO

En él se asume el compromiso de trabajar por una Iglesia con rostro amazónico, pobre y servidora, profética y samaritana

Ayer, tuvo lugar un momento histórico: El Pacto de las Catacumbas por la Casa Común, en el que se asume el compromiso de trabajar por una Iglesia con rostro amazónico, pobre y servidora, profética y samaritana. Yesica Patiachi, del pueblo indígena Harakbut, Perú, da su testimonio

Ayer, se firmó el Pacto de las Catacumbas por la Casa Común, en el que se asume el compromiso de trabajar por una Iglesia con rostro amazónico, pobre y servidora, profética y samaritana.

En la firma de este compromiso estuvieron presentes unos 40 obispos, acompañados por otros padres sinodales, auditores, auditoras, peritos y peritas, así como algunos de los participantes del espacio «Amazonía: Casa Común». El acontecimiento, considerado como ‘un acto de amor cósmico’, tuvo lugar en las Catacumbas de Santa Domitila, en Roma, las mismas donde hace medio siglo se congregó un grupo de Padres Conciliares para afirmar su opción por los pobres a través de 13 compromisos que dieron forma al ‘Pacto de las Catatumbas’.

La Iglesia renueva, en el mismo lugar y con el mismo espíritu, el fuerte compromiso firmado el 16 de noviembre de 1965, pocos días antes del cierre del Concilio Vaticano II. Ese fue el día en que cuarenta y dos padres conciliares celebraron la Eucaristía en las Catacumbas de Domitila para pedirle a Dios la gracia de "ser fieles al espíritu de Jesús" al servicio de los pobres. Se firma el documento "Pacto por una Iglesia Sierva y Pobre": el compromiso asumido es el de colocar a los pobres en el centro del ministerio pastoral. Al texto, también llamado "Pacto de las Catacumbas", se unieron más de 500 padres del consejo.

Testimonio de Yesica Patiachi

Yesica Patiachi Tayori, docente bilingüe del pueblo indígena Harakbut, Perú, miembro de la Pastoral del Vicariata Apostólico de Puerto Maldonado estuvo presente y nos da su testimonio.  Afirma que antes de iniciar el sínodo había un desconocimiento y ahora Europa y el mundo sabe más la problemática de la Amazonía.  

Entre los cambios de estructuras que se están discutiendo Patiachi sugirió que el papel de la mujer es una respuesta a la falta de misioneros en la región, es necesario reconocer esta participación.


Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano

Vatican News