
Hay
muchos fieles que cada domingo, debido al servicio que prestan dentro de la
Iglesia, participan de más de una celebración eucarística. Desde ministros
extraordinarios de la Sagrada Comunión, el sacristán, los acólitos, los de los
coros, etc. Ahora bien, ¿pueden ellos también comulgar el mismo número de veces que participen
en Misa?
El
Código de Derecho Canónico establece: “Quien ya ha recibido la santísima Eucaristía, puede recibirla otra vez
el mismo día solamente dentro de la celebración eucarística en la que
participe, quedando a salvo lo que prescribe el ⇒ c. 921 § 2” (CIC
917). Decir “de nuevo” se debe entender como una “segunda vez”, no a cuántas
veces se participe de la Misa en el mismo día. Por lo tanto, está claro que solamente se podrá recibir la comunión dos
veces al día.
Así
también, el Catecismo de la Iglesia Católica, reafirma lo anterior cuando dice: “Es conforme al sentido mismo de
la Eucaristía que los fieles, con las debidas disposiciones (cf CIC, cans.
916-917), comulguen cuando participan en la misa [Los fieles pueden recibir la
Sagrada Eucaristía solamente dos veces el mismo día. Pontificia Comisión para la
auténtica interpretación del Código de Derecho Canónico, Responsa ad proposita
dubia 1]” (CEC 1388).
Ahora bien, hay que
decir que esta “segunda vez” únicamente podrá hacerse dentro de la Misa, es
decir, tras participar de toda la celebración eucarística, no solamente en el
rito de la comunión. Así, por ejemplo, si alguien
primero recibe la comunión en casa, porque cuida a algún enfermo, podrá
recibirla de nuevo si participa después de la Misa entera. Lo anterior en ese orden, no al
revés.
Como
cita el numeral del Código Canónico, hay una excepción para recibir la comunión más de una vez fuera de la
celebración eucarística, y esto es para las personas que se encuentran en
riesgo de morir. “Aunque
hubieran recibido la sagrada comunión el mismo día, es muy aconsejable que
vuelvan a comulgar quienes lleguen a encontrarse en peligro de muerte” (CIC 921
§ 2).
Estas
disposiciones nos permiten cuidar y valorar el sentido real de la Eucaristía. No
por comulgar más de una vez en un día, seremos superiores a los demás ni
obtendremos el agrado de Dios. Lo verdaderamente importante es que, cuando participemos de la
eucaristía, lo hagamos con el mayor respeto y veneración que merece a quien
vamos a recibir. De modo que, debemos prepararnos para
hacerlo, es decir, estar en gracia. Eso sí hará de nuestra comunión un mar de
frutos abundantes para nuestra alma.
Evitemos caer en la
rutina y la superficialidad al momento de comulgar. Seamos
conscientes que vamos a recibir al mismo Cristo, a quien los ángeles y los
santos alaban gozosos. Él que por puro amor nos hace convertirnos en uno mismo
junto con Él.
Por: Daniel Alberto Robles Macías
Fuente: ConMasGracia.org