23 Domingo Tiempo Ordinario (Ciclo C)
MONICIÓN DE ENTRADA
Buenos
días, hermanos, sed bienvenidos a la celebración de la Eucaristía.
Como
cada domingo, el Señor nos reune para darnos a participar de su amor. Él nos
comunica la Palabra del Padre, nos introducen en su entrega pascual por la
comunión en su Cuerpo y en su Sangre y nos da la gracia de su Espíritu para
poder ser testigos suyos en medio del mundo.
La
Eucaristía dominical es la fuente de nuestro discipulado y la condición de
posibilidad para el ejercicio de nuestra misión en la vida cotidiana.
Dispongámonos
a celebrar con fe el Banquete del Reino que el Señor por anticipado nos prepara.
MONICIÓN A LAS LECTURAS
Mucha
gente se llama cristiana: “cristianos no prácticantes” se denominan. También
nosotros nos consideramos cristianos; pero, ¿qué es ser verdaderamente
cristiano?, ¿ir a misa?, ¿cumplir los mandamientos?, ¿orar regularmente?,
¿pertenecer algún grupo de la parroquia?... ¿Qué es lo que nos convierte en
verdaderos discípulo de Cristo?
Hoy,
en el Evangelio que se nos va a proclamar, Jesús mismo nos dará la respuesta.
Estemos atentos. No nos asusten sus palabras. Confiemos en que Él, con su
compañía y con la gracia de su Espíritu, nos ayudará a vivir lo que nos pide.
Escuchemos
la Palabra con la apertura que da la fe.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A
cada suplica respondemos: ¡Danos tu gracia, Señor!
-
Por todos los miembros de la Iglesia, para que en virtud de la fe y la gracia
del Bautismo seamos un Pueblo de discípulos misioneros. OREMOS.
-
Por los dirigentes de las naciones, para que no se entreguen a la tentación populista
y vivan con responsabilidad sus labores de gobierno. OREMOS.
-
Por los niños, adolescentes y jóvenes que inicián el curso escolar, para que
aprovechen su tiempo de formación, maduren como personas y lleguen a cumplir la
vocación a la que Dios les ha llamado. OREMOS.
-
Por los enfermos, por los que padecen muchos dolores, por los que se enfrentan
a un pronóstico incierto, para que el Señor se haga fuerte en su debilidad.OREMOS
-
Por los que celebramos esta Eucaristía, para que descubramos en nuestras cruces
la condición de posibilidad del verdadero seguimiento de Cristo. OREMOS.
ORACIÓN FINAL
Gracias,
Jesús, Señor y Hermano nuestro,
porque
te has fijado en cada uno de nosotros,
nos
has sacado del anonimato de la masa
y
nos has llamado para ser discípulos tuyos
y
compañeros de tu misión.
Señor,
Camino que conduce a la Vida,
ayudanos
a no poner reparos a tu llamada.
Haz
que tu gracia nos ilumine para que comprendamos
que
es en medio de nuestra existencia
y
cargando con nuestras cruces
que
podremos seguir tus huellas y ser testigos tuyos
ante
los que nos das como familiares y amigos.
Padre,
de bondad, muchas gracias
porque
nos has asociado a tu Hijo querido,
y
deseas amar en nosotros
lo
que, desde toda la eternidad, amas en Él.
Espíritu
Santo, Amor entre el Padre y el Hijo,
ayudanos
a dar el justo valor a nuestras vidas
y
danos la gracia necesaria
para
arriesgarlas en el seguimiento de Cristo,
y
así lograr la Vida que no acaba.
Amén.