18 Domingo Tiempo Ordinario (Ciclo C)
Buenos
días, sed bienvenidos a la celebración de la Eucaristía dominical.
Ya
va mediado el verano y las vacaciones estivales se van repartiendo entre
nosotros. Pero una cosa permanece invariable: la celebración de la Eucaristía.
Sí,
domingo tras domingo, el Señor nos convoca a celebrar el Misterio central de
nuestra fe: su Pascua victoriosa. La mesa del altar se nos ofrece como la
fuente de nuestra vida y nuestra salvación. Imposible vivir cristianamente sin
participar cada domingo de ella.
Dispongámonos
con fe y alegría a celebrar el Banquete en donde se nos anticipan los bienes
del Reino de Dios.
MONICIÓN A LAS LECTURAS
Nuestro
corazón, y aún nuestra vida, va detrás de lo que consideramos que son bienes.
Hacemos cualquier cosa por lograr aquello que nos beneficia y nos da seguridad.
Pero,
¿cuáles son los verdaderos bienes?, ¿por cuáles merece arriesgar la vida? ¿No
estaremos jugando nuestra vida, dedicando tiempo y salud, por bienes pasajeros
que, en realidad, no dan lo que parecen prometer?
Las
lecturas que hoy se nos proclaman nos ayudarán a responder a estas preguntas, y
nos darán los criterios necesarios para no errar en nuestras opciones.
Escuchemos
con atención la Palabra que hoy se nos proclama.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A
cada suplica respondemos: ¡Señor, escuchanos!
-
Por el papa Francisco, por nuestro obispo y por todos los que en la Iglesia
ejercen el ministerio pastoral, para que sean verdaderos mediadores de la
caridad de Cristo en favor de su pueblo. OREMOS.
-
Por nuestros políticos, por los que tienen una responsabilidad administrativa
en nuestros país, para que alejándose de cualquier interés particular la
ejerzan como un servicio. OREMOS.
-
Por las víctimas de la trata, por los que de cualquier modo son esclavizados,
para que la sociedad sea consciente de su situación y haya personas que se
impliquen en la liberación de su situación. OREMOS.
-
Por los jóvenes que viven con incertidumbre su futuro, para que no caigan en la
tentación de la evasión y luchen por sus derechos. OREMOS.
-
Por los que tienen grandes fortunas, para que lejos de aferrarse a sus bienes,
ejerzan una solidaridad efectiva con los más necesitados. OREMOS
-
Por nosotros, para que el Espíritu de Cristo nos ayude a discernir dónde están
los verdaderos bienes y nos dé la gracia necesaria para alcanzarlos. OREMOS.
ORACIÓN FINAL
Gracias,
Padre de bondad,
porque
al darnos a tu Hijo, Jesús,
nos
has dado la fuente de toda riqueza:
Él
es el tesoro que anhelamos
desde
el día de nuestro nacimiento,
la
promesa por la que merece arriesgar la vida,
y
el premio que nos espera en tu Reino.
Padre
de misericordia,
compadécete
de nosotros;
mira
que somos tan ciegos
que
nuestro corazón va detrás de cualquier baratija
y
perdemos la vida por bienes sin sustancia.
Te
pedimos, Padre providente,
que
tu gracia nos conduzca hasta tu Hijo, Jesús,
que
ella nos haga soborear cuan buen es
e
ilumine nuestra esperanza
de
que será nuestra definitiva herencia.
¡Oh
buen, Jesús!,
Hijo
del Padre y Hermano nuestro,
gracias
por tu amor y tu entrega,
gracias
porque estás tan cerca de nosotros
que
al aceptar tu presencia
te
podemos experimentar
como
nuestro bien y nuestra esperanza.
Amén.