El cardenal arzobispo
de Madrid visita las parroquias que este verano se han organizado como lugares
de acogida de emergencia
El cardenal Osoro estuvo con voluntarios
y personas acogidas en la basílica de Atocha
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«A mí no me gustaría que un
sobrino o un amigo mío tuvieran que salir de España y no les acogieran en
ninguna parte. No puedo entenderlo desde mi visión cristiana. No me imagino que
alguien a quien quiero tuviera que irse de España y no encontrara un lugar para
aposentar su vida.
Nadie está exento de vivir
situaciones similares, a todos nos pueden llegar en cualquier momento. ¿No nos
gustaría que la humanidad en cualquier lugar del mundo nos abriese los
brazos?», ha afirmado a Alfa y Omega el cardenal Carlos Osoro
tras la visita que hizo el miércoles a dos parroquias que este verano se han
organizado como lugares de acogida de emergencia para solicitantes de asilo.
Concretamente, el arzobispo
de Madrid se encontró con un grupo de jóvenes en Nuestra Señora de la Paz, y
con varias familias atendidas por los dominicos de la basílica de Nuestra
Señora de Atocha. Son dos ejemplos de las diversas parroquias que este verano
han respondido a la llamada de la Mesa por la Hospitalidad pidiendo a comunidades
y familias realizar una acogida de emergencia a solicitantes de asilo que se
encuentran desatendidos por las administraciones públicas.
«Han sido dos visitas que
me han tocado el corazón –afirma el cardenal Osoro–. He conocido a jóvenes que
han venido de África, de América, de Siria… por situaciones de hambre y de
guerra. Y me ha gustado ver la relación que tienen entre todos, porque necesitan
apoyarse unos a otros».
Para el cardenal, la
acogida a los refugiados «no es sentimentalismo», sino que es «una actitud que
nace de esas situaciones que alcanzan el corazón». «Lo que uno quiere para uno
mismo y para los que quiere, lo debe querer también para los demás. Eso es lo
que nos enseña el Evangelio».
De este modo, «no podemos
cruzarnos de brazos». «Es verdad que la situación de la inmigración es muy
compleja, y es verdad que hay otros problemas. Pero debemos ser inteligentes y
capaces no solo de acoger a la gente, sino de darles también los instrumentos
necesarios para que vayan descubriendo dónde vienen: qué costumbres hay, qué
cultura tenemos… y que puedan integrarse con los demás de una forma sencilla»,
ha señalado.
Para el arzobispo de Madrid,
la acogida de los refugiados es un deber, «porque desentendernos de un ser
humano es desentenderse de Dios, y uno que tiene fe no puede desentenderse de
una imagen de Dios que tiene necesidad de recomponerse».
Asimismo, Osoro ha
ratificado la petición que la Mesa por la Hospitalidad hizo en julio a la
Fiscalía General del Estado y al Defensor del Pueblo para que las tres
administraciones –estatal, autonómica y local– se pusieran de acuerdo para
resolver los problemas de estas personas: «Es urgente, porque la Iglesia está
haciendo lo que puede y mucho más de lo que puede. Sacerdotes y laicos están
haciendo esfuerzos sobrehumanos.
Es muy bonito verlos atendiendo a las familias
y regresar a su casa tarde porque quieren hacerles vivir la amistad y hacerles
sentir a estas personas que son importantes, que no son un desecho que ha
llegado a España. Son seres humanos y familias a los que tenemos que atender».
Juan Luis Vázquez
Díaz-Mayordomo
Fuente: Alfa y Omega