Vatican News entrevistó al sacerdote jesuita, Luis
Ovando Hernández, rector del Colegio Loyola Gumilla en Venezuela
El padre Luis Ovando Hernández, rector del Colegio
Loyola Gumilla en Venezuela, explica cuáles son las respuestas alternativas y
democráticas que podrían aplicarse para que el país saliera de la crisis,
empezando por crear un ambiente adecuado en el que poder celebrar unas
elecciones democráticas, logrando que el gobierno y la oposición se sienten a
dialogar considerándose "como pares" y acabando con la impunidad,
"un mal enraizado en la cultura venezolana".
El 4 de julio, tuvo lugar en la Universidad
Católica Andrés Bello en Caracas, un seminario organizado con el fin
de dialogar y reflexionar sobre la posibilidad de encontrar salidas viables y
democráticas a la crisis del país.
Vatican News entrevistó al sacerdote jesuita, Luis
Ovando Hernández, rector del Colegio Loyola Gumilla en Venezuela, quien explica
que este seminario fue programado con la intención de poder aportar a nivel
eclesial respuestas alternativas para la actual situación desde tres aspectos
fundamentales.
En primer lugar, analizar el panorama que vive el
pueblo venezolano. En segundo lugar, destacar las propuestas democráticas a las
que se están apuntando y finalmente definir cuál es el rol de la Iglesia en
todo este contexto.
La pregunta es clara: ¿es posible salir de
la crisis en Venezuela? y si es así, ¿de qué manera?
«Tengo fuertes esperanzas de que
efectivamente podemos salir de esta crisis. Esta esperanza está fundada en la
"estatura democrática" de la población venezolana: más del
80% del pueblo venezolano desea una salida democrática a la actual crisis.
Esta posible salida, apuntaría a su vez, a unas elecciones legislativas pero en
condiciones diversas a las que tenemos actualmente».
«Para ello, los distintos actores sociales
deberían ponerse de acuerdo en que este es el camino a recorrer, y en este
punto estaría entonces la maniobra que debería hacerse contando con la
colaboración internacional para que ello se lleve a cabo», argumenta el padre
Luis Ovando, añadiendo que la Iglesia aspira y trabaja desde distintos frentes
para que, tanto el gobierno como el sector opositor, puedan comprender que dada
la dramática situación y ante la total carencia de sentido en propuestas no
democráticas, ha llegado la hora de "ponerse a andar por este
sendero".
El
resto de factores son evidentemente, la buena voluntad, el diálogo y la
búsqueda del bienestar del pueblo.
Usted
como ciudadano venezolano y también como sacerdote conoce de cerca esta
realidad que sufre su país. ¿Qué factores cree que deberían darse entre las
partes implicadas para solucionar la inestabilidad política, económica y
social?
El
primer factor que debería darse para lograr una salida democrática tiene que
ver con el gobierno. Por decirlo con una imagen futbolística, "el balón
está del lado del gobierno" y la cuestión es bien sencilla: el gobierno
tiene que tomarse en serio aquello que suele proclamar de palabra.
“Tengo fuertes esperanzas de que efectivamente podemos salir
de esta crisis. Esta esperanza está fundada en la estatura democrática de la
población venezolana: más del 80% del pueblo venezolano desea una salida
democrática a la actual crisis”
Entonces,
si efectivamente estamos en presencia de un sistema democrático, tal y como
suelen insistir en sus discursos sus personeros, bueno... pues esas palabras
deberían convertirse en hechos concretos", afirma el sacerdote jesuita.
El aporte de la Compañía de Jesús
Sin embargo, lo que se observa
cotidianamente es, que una cosa son los discursos y otra cosa son los hechos.
Lo
cierto es que el pueblo ya no puede soportar más y en este sentido, la Iglesia
venezolana ha desempeñado durante mucho tiempo un papel fundamental en la
protección de los más pobres, los más olvidados y en la recomposición de las
fracturas institucionales. Al respecto, preguntamos al padre Ovando ¿cuál
es la ruta de actuación y el aporte de la Compañía de Jesús en medio de este
escenario tan complejo que están viviendo?
«La Compañía de Jesús como institución
eclesial juega un papel fundamental en Venezuela, ya desde los tiempos de la
colonia, sobre todo aportando en el ámbito educativo. Tenemos diferentes
apostolados en diversos ambientes y todos propiciamos lo que consideramos que
frente a Dios debe ser nuestra aportación ante esta crisis», explica el rector
del Colegio Loyola, asegurando que los jesuitas "combinan su misión
con un contacto especial hacia las poblaciones más desfavorecidas" y esto,
en definitiva, les da un punto de vista concreto desde el cual observar esta
realidad y en cierta medida, "los convierte en portavoces de esta
situación".
Acabar con la impunidad para frenar la violencia
Teniendo en cuenta los últimos incidentes
violentos en el que murió el capitán Rafael Acosta Arévalo, así como el
deliberado ensañamiento que sufrió el joven Rufo Chacón Parada, quien quedó
ciego tras recibir disparos de perdigones en el rostro durante una
manifestación; hablamos con nuestro entrevistado sobre ¿cómo
se puede luchar contra la violencia de un modo pacífico, en una nación que se
encuentra sumergida en un ambiente de crispación total?
«Venezuela
hoy día, es el país más violento del planeta. Tiene un promedio de entre 24 mil
y 25 mil muertes violentas al año. Caracas está entre las tres ciudades más
violentas del mundo, alternándose con alguna ciudad de Honduras y de El
Salvador. Vivimos por tanto, en un ambiente de zozobra en el que pareciera
que todos nosotros participamos en la lotería de ¿a quién le sale el número
hoy?», dice el padre Ovando haciendo hincapié en que a esto se le suma la
violencia política que logra mermar aún más, "la armadura espiritual"
de las personas.
“La Compañía de Jesús como institución eclesial juega un papel
fundamental en Venezuela, ya desde los tiempos de la colonia, sobre todo
aportando en el ámbito educativo. Tenemos diferentes apostolados en diversos
ambientes y todos propiciamos lo que consideramos que frente a Dios debe ser
nuestra aportación ante esta crisis”
La esperanza tiene dos bellas hijas
Concluimos esta entrevista hablando de
esperanza y lanzando un mensaje que dé aliento al pueblo venezolano.
“No se está atacando el problema de raíz, que a mi juicio es
el tema de la impunidad. Hay una impunidad que se ha enraizado en la cultura
venezolana y que en no pocas ocasiones, quienes promueven esa impunidad tienen
que ver con el ejercicio de la justicia en el país”
El
padre Luis Ovando se despide citando unas palabras de San Agustín: "La
esperanza tiene dos hijas que son bellísimas. Estas son la indignación y la
valentía. La indignación, en este caso, ante la situación dada que no queremos
que continúe siendo así. Y la valentía de comprometerse por cambiarla. Este es
el mensaje que me doy a mí mismo cada día y que ahora comparto:
Tenemos
que hacer renacer la esperanza, comprometernos a decir NO a aquello que
contradice al plan de Dios y a construir su Reino en Venezuela
también".
Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano
Vatican News