El cónsul de Costa de
Marfil pagó el envío de la guitarra en el avión. Habían firmado un seguro a
todo riesgo. Teresa se había despedido del colegio porque iba a cuidar a sus
padres enfermos
![]() |
Teresa Cardona. |
El colegio
Mayor Bonaigua de Barcelona, donde residía Teresa Cardona, relata al
detalle en su perfil de Twitter las últimas noticias sobre el accidente de
Costa de Marfil que costó le vida a la profesora y una de las monitoras
del grupo de 30 cooperantes que habían viajado al país africano para ayudar en
la reconstrucción de un colegio.
A las 13 horas aproximadamente, aterrizaba
el avión con 24 estudiantes. “Ahora se reencontrarán con sus familias y
se irán a casa a descansar. Esperamos que las que han quedado en Costa de
Marfil puedan volver a casa pronto”, explican en un tweet.
Las voluntarias iban a hacer tareas de rehabilitación en las
instalaciones de la escuela Ebenezer en Yamousukro, clases de higiene y
nutrición para mujeres y actividades con niños. El campo de trabajo era un
proyecto con voluntad de perdurar en el tiempo.
Atendidas en un hospital de la Orden de Malta
En un
primer momento las voluntarias heridas fueron atendidas "con todo
cuidado" en el Hospital Saint Jean Baptiste, gestionado por la Orden de
Malta, indica Bonaigua. Dos monitoras se han quedado en Costa de Marfil
acompañando a las que están esperando la autorización para viajar.
Se espera que los restos de
Teresa lleguen hoy miércoles que serán trasladados al
Colegio Mayor y con bastante probabilidad el funeral será el jueves, según han
confirmado fuentes de la
familia a Religión Confidencial.
Este Confidencial también ha podido saber algunos
detalles nuevos sobre este trágico accidente que ha
conmocionado a mucha gente.
Las residentes del Colegio Mayor Bonaigua acuden diariamente al
centro para rezar y apoyarse las unas a las otras. Están algo impactadas
también con los medios de comunicación, “cantidad de cámaras todos los días
frente a la residencia”.
"Salieron negritos a ayudar por todas partes"
Por otra
parte, el cónsul de Costa de Marfil, que está actualmente en Barcelona, está
muy afectado porque las conoció antes de irse. "Salían del
aeropuerto y Teresa tocaba la guitarra y animaba a todas las cooperantes. Como
era un bulto más costaba una pasta llevar la
guitarra, pero Teresa estaba tan motivada que el cónsul le pagó el
paquete para que se la pudiera llevar", informan las mismas fuentes a
RC.
También relatan como se
produjo el accidente y lo que ocurrió en esos momentos: "La
noche que llegaron, durmieron en el club del Opus Dei en la capital de
Costa de Marfil y al día siguiente partieron en dos autobuses para irse al
pueblo donde estaba el colegio que iban a restaurar. Cuando llevaban una
hora de viaje, reventó la rueda y el bus dio bastantes vueltas de campana. Teresa estaba sentada al final de bus y murió
en el acto. La que estaba a su lado no sufrió nada.
Todavía queda una estudiante ingresada y se ha quedado una responsable con
ella".
El autobús que iba delante paró y salieron dos monitoras a ayudar a
sacarlas a todas. "Estaban
en medio de la selva y empezaron a salir “negritos” de todas partes. Les
llevaron en sus coches a un centro de salud y luego las trasladaron al
hospital privado de la Orden de Malta. A las diez más afectadas les hicieron
todo tipo de pruebas. Ellas dicen que sus ángeles de la guarda son ahora
negritos".
Rezando un rosario tras otro
Las del
primer autobús estuvieron dos horas paradas, rezando un rosario tras otro.
Posteriormente, se fueron de nuevo al club de la Obra de Costa de Marfil
"que las han cuidado espectacularmente", señalan las mismas
fuentes.
Al día siguiente del accidente, las voluntarias se enteraron que
Teresa había fallecido. El conductor que fue trasladado
al hospital está muy afectado, pero impresionado por las muestras de
cariño y la oración.
Como era el segundo año que realizaban este proyecto, las monitoras se habían encargado de
contratar un seguro a todo riesgo que les cubre todo, hospitalización
y el traslado del cadáver de Teresa a España.
Teresa estaba muy contenta este
año
Amigas de Teresa
Cardona relatan a RC que ella había manifestado semanas atrás que este año
estaba muy contenta, que el año había sido genial y decía: "No sé qué me va a pedir Dios este
año porque estoy muy contenta".
Como si de un presentimiento se tratara, Teresa se había despedido
del colegio Canigó, porque dejaba la subdirección para pasar más tiempo con sus
padres enfermos de Alzheimer. Había recogido todas sus cosas, también de la
residencia de Bonaigua, y las había empaquetado en cajas.
El jueves, antes de viajar a Costa de Marfil, celebraron una cena de
despedida en el Colegio Mayor. "El periodista de la Vanguardia está
flipando con todo el cariño que está viendo entre los amigos y familiares de de
Bonaigua".
Fuente: ReligionConfidencial