Entrevista del Papa Francisco con Valentina Alazraki para el medio de comunicación mexicano Televisa
R.- Sí, yo no sé si todos las han visto o
no, si alguno no, pero la buena voluntad de verlas estaba, eso ciertamente me
consta. Además de las propuestas estas del elenco que pusieron al inicio que yo
las asumí todas, las ocho finales que yo les puse, en el discurso final - y
sobre esto quiero decir una cosa - o sea creo que está bien. ¿Cómo está
siguiendo? Bueno salieron una serie ya de decretos, de documentos, que se
están...
P.- A la denuncia por ejemplo de
todos los sacerdotes....
R.- Sí, son cosas que están andando. Lo
interesante de esto es que estamos en un proceso. Mi política es abrir
procesos. Digo, mi política, mi modo de ser es no ocupar espacios, allá,
"copé esto, copé el otro".... no. La vida es procesos y abramos
procesos en este caso de sanación, de curación, de corrección. Entonces,
estamos en un proceso bueno, que va a ser controlado, cada seis meses etc. Acá
esto en los documentos está. A mí me causó la impresión, una impresión
triste cuando en un diario no italiano, el título de esto, sobre todo al final,
sobre todo, en mi discurso final - que algunos no lo escucharon bien - dice:
"El Papa en su discurso hizo un panorama del problema de la pedofilia
mundial, le echó la culpa al diablo, y se lavó las manos". Ese era el
título.
Evidentemente que el porcentaje de
sacerdotes que han caído en esto forma parte de todo, una corrupción mundial en
la pedofilia, es de terror ¿no? es de terror... Y por eso quise que todos
tuvieran las estadísticas de Unicef, de las Naciones Unidas, las más serias,
las estadísticas serias. Lo cual no quiere decir que 'ah, como todos lo hacen,
no es para tanto'. ¡No! Aunque fuera uno solo y lo digo, es monstruoso, ¡es
monstruoso! El cura tiene que llevar a Jesús a un chico. Y con eso lo destruye,
lo sepulta. Esa es la gran monstruosidad. Que es más grave que todo lo demás. Y
después, las pautas finales. Ese discurso lo hice lentamente y he rezado y
pidiéndole a Jesús que me ayudara a dar línea seria, que hablara como pastor,
no como conclusión de un congreso. Y eso es inspirador también.
P.- A mucha gente no le gustó
porque decía justamente eso, de que había hablado de todas esas estadísticas y
hablaba mucho del diablo, como si la culpa la tuviera el diablo...
R.- Es la verdad, hija. El que nos ayuda a
esto es el diablo, que se nos mete. O sea, yo toqué el tema del diablo cuando
toqué el tema de la pedofilia mundial, dos páginas fueron, más o menos de la
situación mundial, la pedofilia... y ahí me paré y dije: "esto se puede
explicar pero no tiene significación", usando una definición de un
filósofo francés. No tiene significación. Solamente vemos aquí el espíritu del
mal, que incita todo esto. Y digo la verdad, yo no puedo explicarme el problema
de la pedofilia, - pongamos ese - sin ver el espíritu del mal ahí. Soy creyente
y Jesús nos enseñó que el diablo es así.
P.- Me acuerdo que justo antes de
la cumbre, me parece que en una audiencia general, usted había dicho también
algo del diablo, que los que critican a la iglesia o critican al Papa o
critican en general digamos a la Iglesia, son amigos o primos o parientes del
diablo. Entonces mi pregunta es ¿Dijo algo así en una audiencia?
R.- No me acuerdo el texto pero no, no. Yo
eso no lo siento así, que si fue malentendido.
P.- Ah bueno, se le salió entonces…
R.- No, no, no, no es... hay que buscar qué
es lo que dije porque ahí sí que... Yo soy incapaz de decir una cosa así porque
no creo que sea así. Si vos criticás a la Iglesia, por ahí está bien la
crítica, ¿no? Ahí ese texto, búsquelo usted, a ver, porque no, no es lo que yo
dije, al menos, no es lo que yo pienso, en serio. Y si lo dije bueno ahí hay un
error, se me fue la cosa, pero no, no. Que el diablo nos tienta a todos, pero
también tienta a los que son criticados (risas) y somos tan pecadores
nosotros como quizás el que nos critica, o capaz el que nos critica es un
santo. Santa Catalina de Siena como criticaba a los cardenales y, a veces, lo
bastoneaba al Papa. ¡Y era una santa! Entonces ¡no vas a decir que el diablo
estaba en Santa Catalina de Siena! Eso, búsquelo usted porque, sí, porque no es
verdad eso eh, hay un error de información.
P.- En su último discurso,
justamente después de la cumbre, cuando hablaba de la prensa, ahí sí creo que
había una alusión un poco a la presión mediática, a veces, detrás de esa
presión mediática hay grupos de poder. Pero antes por ejemplo, a la Curia, en
diciembre, había agradecido la labor de la prensa y de las víctimas porque
ayudaron a descubrir el caso de los abusos. Entonces, como que no quedó muy
claro como ve a la prensa.
R.- Y hay de todo, hija, hay de todo. Es
una buena 'macedonia'. Yo les hablé del juicio mediático a esos curas en
España. El daño que ha hecho la prensa española ahí. No la prensa española, un
grupito de prensa española. Y fueron declarados inocentes. ¿Quién rescata a
esos hombres ahora? Uno ya pidió la reducción a estado laical porque quedó
destruido psicológicamente. Yo ahí ataco los prejuicios, el juicio mediático
con fuerza. La opinión no, la opinión abierta no. Nos ayuda a todos. Y vuelvo a
mi viaje de vuelta de Chile, como los dos o tres que me ayudaron, con opiniones
respetuosas y no juicios... eso me ayudó. La prensa, solamente la prensa, el
juicio mediático creo que es injusto. La opinión y siempre el pro el contra, o
sea, el equilibrio en el juicio.
P.- Me permito una sola referencia
personal porque me llamó un poco la atención, después de mi intervención en la
cumbre, en la sesión de preguntas. Yo había hablado de la Iglesia como madre,
porque yo soy madre y obviamente la veo así. Entonces, un obispo me dijo:
"bueno pero si la Iglesia es madre, es madre también de los abusadores, no
sólo de las víctimas, de los encubridores, de los abusadores"... Yo no
sabía qué contestar Papa Francisco, le dije: "Yo soy mamá, a ver, si un
hijo mío se porta mal, una hija mía, pues la castigo, aunque sea mi hija,
porque le tengo que dar un ejemplo, tengo que poner". Entonces me quedé un
poco...
R.- No. Ser madre es hacer lo que usted
hace con sus hijos: lo castiga, pero sigue siendo madre, es decir, no le corta,
"ya no sos más hijo mío". Me refería a las madres de los presos por
ejemplo. Una madre, sí, por ahí castiga, tolera, pero sigue siendo hijo. Y la
Iglesia tiene que castigar, tiene que poner penas serias - en eso estamos todos
de acuerdo - pero a la vez...
P.- Papa Francisco, no todo
afortunadamente son abusos en la vida de la Iglesia, hay muchas cosas
positivas, digamos, y muchos temas. También su pontificado no lo podemos
reducir sólo a este tema. Hay mucha gente que a veces tiene alguna duda, o se
queda un poco perplejo con alguna de sus.... Por ejemplo: hay gente que dice:
"es que al Papa me parece que le gustan más los lejanos a los suyos".
R.- ¡Es un piropo para mí! Eso es un
piropo, es lo que hacía Jesús, que lo acusaban de eso. Y Jesús dice:
"médico necesitan los enfermos, no los sanos, los lejanos". A Jesús
lo acusaban continuamente: "este va con los pecadores, come con los
pecadores, se junta con los zurdos..."
P.- ¿Usted prefiere los de fuera a
los de adentro?
R.- No prefiero no. Prefiero no. Pero
prioridad sí. Prioridad sí. Si vos tenés ya en la casa, están cuidado estos, yo
voy a buscar a los otros. Me aseguro que estén cuidados los otros, voy a buscar
a los otros. A un pastor que no cuida bien a los de adentro, le pego.
P.- Ese es otro tema. Se quejan
mucho, dicen que usted les pega mucho a los suyos, ¿sabe? ¿Sabe lo que me ha
dicho alguien? "Es que parece el jefe de la oposición"...Me dice:
"todo el tiempo nos está pegando, a los obispos, los sacerdotes... y que
pasa aquí que él es el bueno y nosotros somos los malos".
R.- Bueno por un lado, me acusan algunos
periodistas de que tolero demasiado la corrupción en la Iglesia, por otro lado
si les pego "es demasiado que les pega". Está lindo. Así me siento
pastor. Gracias.
P.- Les voy a decir eso.
R.- Sí. De todas maneras esa preferencia
por los alejados Jesús la tiene y le echaron en cara eso, siempre. No
descuidaba a los otros, yo trato de no descuidar a los otros.
P.- Lo que pasa es que a veces se
sienten descuidados, no sé por ejemplo usted va a una parroquia, luego se para
en un campo rom antes de la parroquia, llega tarde a la
parroquia, a lo mejor los parroquianos no lo ven pasar porque se paró en el
campo rom y dicen pero "y por qué se para en el
campo rom si los parroquianos somos nosotros". Se escucha
de todo.
R.- Bueno entonces eso hay que dejarlo. De
todas maneras, cuando voy a una parroquia está todo pautado lo que hago ¿eh? O
sea, si me paro en un lugar no es por casualidad. Ya está pautado pararse ahí.
De todos modos, eso sucede, es una familia, la iglesia es así. Pero
evidentemente que Jesús iba siempre a buscar a los que estaban alejados, ir a
buscar... salir. Eso es clave. No lo hago siempre y me acuso, a veces me
encuentro en pecado por eso, por no haber cuidado eso. Pero creo que es mi
deber y debo hacerlo.
P.- Hay un tema, bueno, a usted se
lo han dicho mil veces, es el tema de los migrantes, de los refugiados. Hay
gente que dice: "y bueno siempre está hablando de este tema de los
migrantes y habla mucho más de este tema que a lo mejor de hablar de los temas,
de los valores que antes se decían valores irrenunciables del catolicismo como
la defensa de la vida, por decir uno. Entonces, por qué siente que es su
prioridad, porque yo siento que quizás es una de sus grandes prioridades este
tema.
R.- Porque es una prioridad hoy día en el
mundo. Empezamos hablando de migrantes, ¿eh? Es una prioridad en el mundo, el
mundo migratorio hoy día es tal punto que yo he tomado en mis manos la sección
migrantes del Dicasterio del Desarrollo Humano Integral para darle un
significado, no es cierto, estamos teniendo todos los días noticias que el
Mediterráneo es cada vez más cementerio, por poner un ejemplo.
Valentina Alazraki
Vatican News
* Nota del blog: Dada la extensión de la entrevista, la iremos publicando en días sucesivos
* Nota del blog: Dada la extensión de la entrevista, la iremos publicando en días sucesivos