La
tarea de informar la vida social y política de manera cristiana -escribe el
Papa- pertenece sobre todo a los laicos cristianos
Mensaje
del Santo Padre a los participantes en el Congreso Internacional promovido con
ocasión del Centenario de “La llamada a todos los hombres libres y fuertes” de
Don Luigi Sturzo, sobre el tema “La actualidad de un compromiso nuevo”.
La
enseñanza y el testimonio del Siervo de Dios Don Luigi Sturzo "no deben
ser olvidados, sobre todo en un momento en que la política debe ser previsora
para afrontar la grave crisis antropológica". "La primacía de la
persona sobre la sociedad, de la sociedad sobre el Estado y de la moral sobre
la política", pero también la centralidad de la familia, la defensa de la
propiedad con su función social y su libertad, la importancia del trabajo y de
la paz, son valores que "se basan en el supuesto de que el cristianismo es
un mensaje de salvación encarnado en la historia, que se dirige a todo el
hombre y que debe influir positivamente en la vida moral tanto privada como
pública".
La actualidad del
llamamiento de Don Sturzo
Así,
el Papa Francisco se dirigió en un mensaje a los participantes de la
Conferencia de Caltagirone, en la provincia de Catania, con ocasión del
Centenario del llamamiento "a todos los hombres libres y fuertes" de
Don Luigi Sturzo, acto fundador del Partido Popular Italiano y manifiesto de la
participación de los cristianos en la política después del non-expedit. Un
aniversario importante "para la historia de Italia y de Europa",
explica el Papa, que es también una oportunidad para reafirmar "el valor y
la pertinencia" de la llamada y "su previsibilidad entre los pueblos,
a través de un nuevo diálogo cultural y social que inspira, hoy como ayer, los
firmes principios del cristianismo".
El papel de los cristianos
laicos
El
centenario es también una oportunidad para reflexionar sobre la concepción
cristiana de la vida social y de la caridad en la vida pública para el
sacerdote siciliano. "La tarea de informar la vida social y política de
manera cristiana -escribe el Papa- pertenece sobre todo a los laicos cristianos
que, con su propio compromiso y con la libertad que les corresponde en este
campo, ponen en práctica las enseñanzas sociales de la Iglesia, elaborando una
síntesis creativa entre fe e historia que encuentra su punto de apoyo en el
amor natural vivificado por la gracia divina".
La debida participación de
los ciudadanos
Superando
el dualismo entre ética y política, según el cual el Evangelio y el amor están
ligados a la esfera privada, el P. Sturzo consideró correcto que los ciudadanos
participaran en la vida de su país. "Hacer una buena y mala
política", dice el mensaje del Papa, "depende de la rectitud de la
intención, de la bondad de los objetivos a alcanzar y de los medios honestos
que se empleen" para este objetivo: de hecho, "los cristianos de
todos los tiempos y de todos los países son la razón".
El amor es el verdadero
vínculo social
"La
moralización de la vida pública", dice el Papa Francisco, "está
ligada para Don Sturzo sobre todo a una concepción religiosa de la vida, de la
que deriva el sentido de la responsabilidad moral y de la solidaridad
social". El "amor", de hecho, "es para él el verdadero
vínculo social, el motivo inspirador de toda su actividad" que, de manera
original, une la ética y la vida teológica y entre la dimensión espiritual y la
dimensión social.
Un sacerdote ejemplar
Como
recordaba también San Juan Pablo II en su encuentro con los Obispos sicilianos
en 1982, "antes de ser estadista, político, sociólogo y polifacético
erudito", el P. Sturzo fue un sacerdote obediente a la Iglesia, un hombre
de Dios que luchó arduamente por defender y encarnar las enseñanzas
evangélicas, en su tierra de Sicilia, en los largos años de exilio en
Inglaterra y Estados Unidos y en los últimos años de su vida en Roma".
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