¿Se enamoraron? ¿Fue un matrimonio acordado? ¿Qué sabemos de ellos?
Martin Ellis | Flickr CC by NC ND 2.0 |
Antiguamente,
el matrimonio era algo bastante diferente de lo que es hoy en día. Lo habitual
era que las parejas no tuvieran el privilegio de escoger a su futuro cónyuge y,
en esto, la cultura judía no era ninguna excepción.
En la tradición
judía, un casamentero ayudaba con la propuesta de un esposo para una joven con
edad de casamiento. Dios recibía en última instancia la elección final, a
través de la oración, pero rara vez la decisión descansaba en manos de la joven
pareja.
Lo probable es
que una situación familiar fuera la que unió a san José con la Virgen María.
Diferentes
tradiciones sostienen que José era un viudo anciano, mientras que otras
tradiciones aseguran que era un joven en la plenitud de la vida. En cualquier
caso, solamente existe una narración, del Protoevangelio de
Santiago (un antiguo “evangelio” no canónico que conservó cierta
tradición oral), que ofrezca una explicación sobre cómo se conocieron los
susodichos.
Este texto
sostiene que la Virgen María fue confiada al Templo siendo muy joven y, cuando
alcanzó la pubertad, se le buscó un marido apropiado.
Y el Gran
Sacerdote, poniéndose su traje de doce campanillas, entró en el Santo de los
Santos, y rogó por María. Y he aquí que un ángel del Señor se le apareció,
diciéndole: Zacarías, Zacarías, sal y reúne a todos los viudos del pueblo, y
que éstos vengan cada cual con una vara, y aquel a quien el Señor envíe un
prodigio, de aquel será María la esposa. Y los heraldos salieron, y recorrieron
todo el país de Judea, y la trompeta del Señor resonó, y todos los viudos
acudieron a su llamada.
Y José,
abandonando sus herramientas, salió para juntarse a los demás viudos, y, todos
congregados, fueron a encontrar al Gran Sacerdote. Este tomó las varas de cada
cual, penetró en el templo, y oró. Y, cuando hubo terminado su plegaria, volvió
a tomar las varas, salió, se las devolvió a sus dueños respectivos, y no notó
en ellas prodigio alguno. Y José tomó la última, y he aquí que una paloma salió
de ella, y voló sobre la cabeza del viudo. Y el Gran Sacerdote dijo a José: Tú
eres el designado por la suerte, para tomar bajo tu guarda a la Virgen del
Señor. [José] recibió a María bajo su guarda, diciéndole: He aquí que te he
recibido del templo del Señor, y que te dejo en mi hogar. Ahora voy a trabajar
en mis construcciones, y después volveré cerca de ti. Entretanto, el Señor te
protegerá.
Hay otras
versiones de la historia en un estilo similar, aunque sustituyen al José
anciano por uno más joven.
Fuera cual
fuese el caso, se afirma que Dios escogió a José como marido de María, sabiendo
que era un “hombre justo”, digno de proteger a la nueva “arca de la alianza”
que llevaría en su interior al salvador del mundo.
Aunque quizás
no fuera un encuentro romántico acorde a las sensibilidades modernas, su unión
fue providencial y, poco a poco, creció el amor entre ellos, suministrando así
un hermoso hogar donde creciera el niño Jesús.
Philip Kosloski
Fuente:
Aleteia