El
Papa Francisco pronuncia un discurso frente a las autoridades civiles y
eclesiásticas de Sudán del Sur para la conclusión del Retiro Espiritual que los
ha reunido en el Vaticano del 10 al 11 de abril
“Es muy importante recordar que
"paz" fue la primera palabra que la voz del Señor pronunció a los
Apóstoles después de su dolorosa pasión y después de haber vencido a la muerte”
ha recordado el Pontífice a las autoridades civiles y eclesiásticas de Sudán
del Sur reunidas en el Vaticano, asegurando que él también les dirige “el mismo
saludo” y espera que estas palabras “resuenen en el cenáculo de esta Casa como
las del Maestro, para que todos puedan recibir nuevas fuerzas para llevar
adelante el progreso deseado de su joven nación” y sea posible “encender una
nueva luz de esperanza para todo el pueblo de Sudán del Sur”.
Un retiro para estar
juntos ante Dios y discernir su voluntad
“Aquí
no se trata de una habitual y común reunión bilateral o diplomática entre el
Papa y los Jefes de Estado; tampoco de una iniciativa ecuménica entre los representantes
de las diferentes comunidades cristianas: se trata de un retiro espiritual” ha
subrayado el Papa ante las autoridades de Sudán del Sur y ha señalado además,
los propósitos de este retiro: “El propósito de este retiro es estar juntos
ante Dios y discernir su voluntad; también es reflexionar en la vida de uno y
en la misión común que nos confía; es tomar conciencia de la enorme
corresponsabilidad por el presente y el futuro del pueblo de Sudán del Sur; es
un compromiso, revitalizado y reconciliado, para la construcción de su nación”.
Jesucristo, Príncipe de la
paz y modelo a seguir
Continuando
su alocución, el Papa ha afirmado que “la paz” es el primer regalo que el Señor
nos ha dado y es también “la primera tarea que los líderes de las Naciones deben
realizar”: “es la condición fundamental para el respeto de los derechos de cada
hombre y para el desarrollo integral de todo el pueblo”. Además, ha
puntualizado que Jesucristo, a quien Dios Padre envió al mundo como el Príncipe
de la Paz, “nos dio el modelo a seguir”.
La mirada de Dios
Francisco
también ha hablado a cerca de "los ojos de Dios", es decir, la
“mirada del Señor Jesús”, la cual – ha expresado – “es benévola y
misericordiosa” y “nos anima a abandonar el camino que conduce al pecado y la
muerte y nos apoya para continuar el camino de la paz y el bien”. En este
sentido, ha recordado el gemido de los pobres que tienen hambre y sed de
justicia; un gemido que “nos obliga en conciencia y nos compromete a nuestro
servicio”. Ellos, “son pequeños a los ojos del mundo pero son preciosos a los
ojos de Dios”.
También
ha asegurado que Dios nos ha dado a cada uno de nosotros una misión en nuestro
pueblo: “nosotros mismos somos miembros del pueblo y tenemos una
responsabilidad y una misión particulares: servirlo” y además, nos ha elegido –
puntualiza – “para ser sus colaboradores en la construcción de un mundo más
justo”.
La mirada del pueblo
Frente
a esta mirada de Jesús, el Papa habla de otra mirada más que está puesta en
ellos, la de “su pueblo”: “es una mirada que expresa el ardiente deseo de
justicia, reconciliación y paz”. Y al igual que Noé esperó a que la paloma le
trajera la rama de olivo para mostrar el final del diluvio y el comienzo de una
nueva era de paz entre Dios y los hombres, “su pueblo – ha dicho – espera su
regreso a la patria, la reconciliación de todos sus miembros y una nueva era de
paz y prosperidad para todos”.
El Papa implora la paz
para el pueblo de Sudán del Sur
En
su alocución, el Santo Padre ha afirmado que piensa incesantemente en las almas
que sufren e implora que el fuego de la guerra se apague de una vez por todas y
que puedan regresar a sus hogares y vivir en serenidad: “Mis pensamientos se
dirigen principalmente a las personas que han perdido a sus seres queridos y
sus hogares, a las familias que se han separado y nunca se han vuelto a
encontrar, a todos los niños y ancianos, a las mujeres y hombres que sufren
terriblemente debido a conflictos y la violencia que siembra muerte, hambre,
dolor y lágrimas”.
La paz es posible
¡Nunca
me cansaré de repetir que la paz es posible! Ha exclamado el Santo Padre al
final de su discurso y ha expresado su deseo de que todos “sepan acoger la más
alta vocación de ser artesanos de la paz, en un espíritu de fraternidad y
solidaridad con cada miembro de nuestro pueblo, un espíritu noble, recto, firme
y valiente en la búsqueda de la paz, a través del diálogo, la negociación y el
perdón”. Por último, les ha exhortado a “buscar lo que les une, a partir de la
pertenencia al mismo pueblo, y superar todo lo que les divide”, pues – ha puntualizado
– “la gente está cansada y agotada por las guerras pasadas: ¡recuerden que con
la guerra se pierde todo! Su gente hoy anhela un futuro mejor, que pasa por la
reconciliación y la paz”.
El Papa expresa su deseo
de ir a Sudán del Sur
Tras
pronunciar el discurso, el Santo Padre ha hecho una oración junto a los líderes
de Sudán del Sur y ha expresado su deseo y esperanza “de poder ir pronto a su
amada nación” y ha recordado el reciente encuentro que tuvo con la Conferencia
Episcopal de Sudán y Sudán del Sur en el Vaticano, con motivo de la visita ad
limina Apostolorum, en la cual – ha dicho – le impresionó su optimismo, “basado
en la fe viva y expresado en sus esfuerzos incansables, así como por sus
preocupaciones en medio de numerosas dificultades políticas y sociales”.
Mireia
Bonilla – Ciudad del Vaticano
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