La
tarde del V Domingo de Cuaresma fue una fiesta para la Parroquia romana de San
Julio en el barrio de Monteverde que recibió al Obispo de Roma en visita
Pastoral
Aquí Francisco fue testigo del afecto y agradecimiento de esta
comunidad viva que festeja la conclusión de los trabajos de consolidación de su
templo
“Atravesar las puertas del Señor con himnos de
gracia y cantos de alabanza”. Es la fórmula que pronunció el Santo Padre al
abrir la entrada de la iglesia de San Julio – la 19ª Parroquia de su diócesis
que visita desde el inicio de su pontificado – donde celebró diversos encuentros
con todos sus miembros. Una iglesia restaurada y reabierta tres años después
del hundimiento de un piso.
Rito de la dedicación del
altar
El
Pontífice presidio el rito de la dedicación del altar. No pronunció la homilía,
sino que permaneció en oración, en silencio, con las manos juntas y la cabeza
inclinada. Rezó el Credo, la profesión de la fe cristiana y las letanías de los
santos, a lo que siguió la deposición de las reliquias en el altar. Y antes de
la celebración de la Misa, como suele hacer en estos casos, el Papa Bergoglio
confesó, en esta ocasión, a tres jóvenes y a una madre.
Saludo del párroco
Al
final de la celebración, al tomar la palabra, el Párroco de San Julio, el Padre
Darío Frattini, manifestó la alegría de su comunidad por esta visita del Papa.
Aseguró la oración diaria por el pontificado de Francisco y subrayó que se
habían preparado con la oración. Además, se le ofreció a Francisco una pequeña
contribución, fruto de las donaciones recogidas durante los cuatro domingos de
Cuaresma, destinadas al proyecto de Caritas: “Como en el cielo, así en la
calle”, una iniciativa de apoyo a las personas sin hogar.
De
los diversos encuentros que protagonizó el Santo Padre con los parroquianos de
San Julio, destacamos el dedicado a los jóvenes. Sí porque Francisco había
comenzado esta visita deteniéndose unos momentos con los enfermos, además de
con quienes contribuyeron a la creación del pesebre viviente – que les permitió
recaudar fondos para la para la obra de consolidación del templo – con los
recién casados y con quienes asisten a los cursos de preparación para el
matrimonio; con la realidad de Caritas y con los trabajadores, sin olvidar
saludar a cuatro personas sin techo que fueron acogidas por esta Parroquia.
Acompañaron al Papa el Cardenal Vicario, Angelo De Donatis y el Obispo Auxiliar
del Sector Oeste de Roma, Monseñor Paolo Selvadagi.
Un coro de voces
En
la gran carpa que acogió a los fieles durante los trabajos de restructuración
lo esperaban los niños y jóvenes que se preparan para recibir los Sacramentos
de la Comunión y la Confirmación, acompañados por sus catequistas y las
familias de los niños que han recibido o están a punto de recibir el Bautismo.
Un coro de voces le dio la bienvenida al Santo Padre con el entusiasmo
característico, agitando muchas banderas amarillas y blancas.
Dar de comer a los pobres
Durante
este encuentro, dos chicas, en nombre de todos los jóvenes de la Parroquia, le
dirigieron algunas preguntas al Papa. La pequeña Eleonora le preguntó si alguna
vez le dio de comer personalmente a una persona pobre. A lo que el Santo Padre
respondió:
“Sí,
lo hice algunas veces”. Y subrayó que se trata de una acción que “todos
nosotros deberíamos hacer siempre”. Porque “debemos dar de comer a los demás,
como Dios nos da de comer”.
No tener miedo de dudar
Carlotta,
una de las animadoras adolescentes, le dijo: “Durante estos meses hemos
reflexionado con los chicos acerca de la relación con Dios y durante este
recorrido fueron surgiendo dudas”. De ahí la pregunta: “¿Cómo podemos
encomendarnos a Él sin reservas?”.
“Todos,
en algún momento tienen dudas, forma parte de la vida dudar – respondió el Papa
– y explicó que debemos apostar a la fidelidad de Jesús. Porque es una
fidelidad que jamás decepciona, dado que “antes o después el Señor se hace
sentir”. Por eso es importante “no tener miedo de dudar. Dudo, pero esta duda
está bien compartirla con los demás”, dijo Francisco.
Hablar de las dudas con
Jesús
También
la duda estuvo en el centro de la segunda pregunta de la joven Carlotta que le
preguntó al Obispo de Roma si alguna vez esto lo puso a prueba. La respuesta de
Francisco, llena de sugerencias, fue:
Enojarse con el Señor es
un modo de rezar
“Jamás
se puede salir solos de la duda” porque “se necesita la compañía de alguien que
te ayude a ir adelante”. Por esta razón, explicó, es importante hablar de las
dudas con alguien y, sobre todo, con Jesús. “Enojarse con el Señor es un modo
de rezar”, agregó Francisco. Y afirmó que “a Jesús le gusta ver la verdad de
nuestro corazón. Él es tan paciente y nos respeta”, dijo. A la vez que explicó,
una vez más, la importancia de compartir la duda. En la vida – prosiguió – todos
debemos ayudar a levantarse al que ha caído” y dijo que “el único momento en el
que es lícito mirar a una persona de arriba abajo es para ayudarla a
levantarse, de lo contrario no se puede mirar con superioridad”.
Los regalos de los chicos
al Papa
Después
de haber respondido a los jóvenes, Greta y Maria Chiara, otras dos pequeñas
parroquianas, entregaron al Santo Padre los dibujos realizados por los niños de
la escuela infantil de Plaza Forlanini que ha adherido al proyecto caritativo:
“Excedamos”. Se trata de una iniciativa que consiste en donar las
meriendas a las personas más necesitadas.
Tras
rezar el Avemaría e impartir su bendición a los presentes, el Papa Francisco
invitó a algún niño a hacer el signo de la cruz “de la manera correcta”, y se
despidió en medio de la algarabía de chicos y grandes.
María
Fernanda Bernasconi – Ciudad del Vaticano
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