¿Para quién son estas
líneas?
Motivos comúnmente
aducidos para no ir a Misa
1. Pereza.
"Prefiero
quedarme durmiendo". En realidad los motivos que siguen son sólo excusas
para cubrir este primero. No parece que sea un motivo muy racional, meritorio o
valioso.
2. No tengo ganas/No lo
siento.
¿Desde
cuándo tus ganas son ley que hay que obedecer? ¿Es que tus ganas son más
importantes que la voluntad de Dios? Además a Misa no vas porque a ti te guste,
sino para agradar a Dios. Se va a Misa a honrar a Dios y no a honrarte a ti. Y
si te cuesta... ¿acaso Dios no merece ese sacrificio que incluso hace más
valioso y meritorio el acto?
3. Me aburro.
La
acusación más frecuente contra la Misa es que es aburrida. Refleja bastante
superficialidad, en cuanto que a Misa no vamos a divertirnos. Y es un problema
personal, en cuanto que no parece que Dios sea aburrido -es la perfección
absoluta-. Además si tanta gente va a Misa con gusto, algunos incluso todos los
días, será que algo le ven que a ti se te escapa. La solución será descubrir
qué tiene la Misa para que los cristianos la consideren tan importante.
4. Es siempre lo mismo.
Si
se tratara de una obra de teatro o de una película, estaría absolutamente de
acuerdo contigo. Pero no es una representación teatral. Es algo vivo, que pasa
ahora. No eres (al menos no deberías ser) un espectador. Eres partícipe.
Imagináte que alguien dejara de asistir a un asado porque en los asados siempre
pasa lo mismo... (perdón a la Santa Misa por la comparación).
5. Desinterés.
Las
cosas de Dios no me interesan. Si Dios te da igual, tienes un grave problema.
Habrá que ver como solucionar la falta de apetencia de lo divino que te hace no
apto para el cielo.
6. No tengo tiempo.
No
parece que lo que te pide Dios -1 de las 168 horas de la semana- sea una
pretensión excesiva. En concreto, quien te creó, te mantiene en el ser y te da
lo que te queda de vida -y sólo El sabe de cuánto se trata- se merece el 0,59%
del tiempo que Él te da. Si no tienes tiempo para Dios, ¿para quién lo vas a
tener?
7. Otros planes mejores.
No
parece que a Dios le interese competir con el fútbol, hockey, cine... No te
olvides que el primer mandamiento es "amar a Dios sobre todas las
cosas". Si tienes otros planes que te importan más que Dios, quizá el
problema más que en el tercer mandamiento está antes en el primero.
8. Tengo dudas de fe.
La
fe es un don de Dios, con lo cual hay que pedirla. Alejarte de Dios dejando de
ir a Misa, no parece el mejor método para resolver dudas de la fe e
incrementarla. La frecuencia de sacramentos -confesión y comunión- es la más
efectiva manera de aumentar la fe.
9. Estoy enfadado con
Dios.
"Hubo
algo que pasó en mi vida (la muerte de un ser muy querido, un fracaso muy
doloroso, una enfermedad o cualquier otra tragedia) que me hizo enfadarme con
Dios: si Él me hace esto... ¿por qué yo voy a ir a Misa? Es la manera de
mostrarle a Dios mi disconformidad con la forma de tratarme". Hay quienes
dejan de ir a Misa como una manera de vengarse de Dios. Pero, en los momentos
de dolor ¿no será mejor refugiarnos en Dios y buscar su fortaleza más que
reaccionar como un chiquito caprichoso de tres años? Él sabe mas... Además,
acusar de maltratarnos a quien más nos quiere y murió por nosotros... ¿no será
demasiado? ¿No seré yo el que pierdo alejándome de Dios?
10. "Hay gente que va
y después se porta mal".
"Yo
no quiero ser como ellos", decís seguro de ti mismo. "Además, hay
otros que no van, y son buenos". Es evidente que ir a Misa sólo no basta.
Pero, no se puede mezclar la física nuclear con el dulce de leche, ya que las
dos cosas no tienen nada que ver. En aquellos que van y después no son
honestos, lo que es malo es ser deshonestos, no el hecho de ir a Misa, que
sigue siendo algo bueno aunque ellos después se porten mal. Además, la causa de
su supuesta deshonestidad no es el ir a Misa. Lo mismo se puede decir de los
"buenos" que no van a Misa: su "bondad" no procede de su
falta de Misa y tan "buenos" no serán si les falta una dimensión tan
importante de bondad como la bondad misma, es decir Dios. Por otro lado, yo
creo que nadie en el mundo se atrevería a decir que los que no van a Misa son
mejores que los que van. Finalmente, esto no es un concurso de bondad, ni
comparaciones, sino tratar de determinar cuán bueno es ir a Misa. Y claramente,
el dejar la Misa no mejora a nadie, en todo caso lo empeora.
11. No me he confesado y
entonces no puedo comulgar.
No
es necesario comulgar, ni hay ninguna obligación de hacerlo. No comulgar no es
pecado; no ir a Misa, sí. Además el problema se solucionaría bastante
fácilmente con una breve confesión...
12. Llevarle la contraria
a mis padres.
Ofender
a Dios para hacer sufrir a tus padres no parece una actitud muy inteligente.
13. El cura me cae mal.
Por
mal que te caiga el cura, no vas a Misa para darle el gusto, ni para hacerle un
favor. Él no gana ni pierde nada con tu asistencia o ausencia. El que gana o
pierde, eres tú: tu amor a Dios. Además... estoy seguro de que la ciudad en que
vives es lo suficientemente grande como para que puedas encontrar alguno que te
caiga más simpático...
¿Cómo conseguir pasarlo
bien en Misa?
1. El sistema básico
consiste, primero, en ir a Misa: nunca nadie ha conseguido valorar la Misa a base
de no ir.
2. El segundo punto
consiste en tratar de vivir la Misa. Es decir, dejar de estar como una estatua y
comenzar a estar atento, responder, rezar, cantar, evitar las distracciones,
etc. Es decir, que "gozar" la Misa depende más de ti que de la Misa.
3. Estudiar. No se ha inventado otro
sistema para aprender lo que uno no sabe. Para gozar la Misa hay que
entenderla, para entenderla hay que saber qué es. Hay muchísimos libros y
folletos que los encontrarás en cualquier librería. Y además, tienes los webs
católicos como éste en Internet para informarte sin salir de casa.
4. Leer y meditar los
textos de la Liturgia.
Tiene una riqueza inagotable, de manera que nadie que medite las partes y
oraciones de la Misa puede aburrirse. Es absolutamente imposible. No se
encuentra un límite, de manera que siempre se les puede sacar nuevos sentidos,
matices, dimensiones, etc.
5. Prepararse. Hay oraciones lindísimas
para preparar el corazón para tan importante encuentro con Dios.
Fuente:
músicalitúrgica.com