MONICIÓN DE ENTRADA
Buenos
días, sed bienvenidos a la celebración del Domingo.
El
tiempo de Cuaresma avanza, y la liturgia de estos domingos del Ciclo C, una y
otra vez, nos insite para que nos confrontemos con la misericordia de Dios.
Daría la impresión de que no haría falta insistir, pero bien sabemos que nos
cuesta reconocer nuestros pecados y debilidades y que nos asusta asomarnos a
nuestra propia verdad.
Seamos
humildes y con toda sinceridad pongámonos en la presencia de Dios para celebrar
con fe los Misterios de nuestra salvación. En cada Eucaristía Cristo nos
entraña en la misericordia del Padre.
MONICIÓN A LAS LECTURAS
¡Qué
bien se nos da ver la mota en el ojo ajeno! ¡Qué ciegos somos para las vigas
que nos impiden ver a nosotros! Todos somos pecadores y, sin embargo, nos es
más fácil reconocer las faltas en los otros que en nosotros mismos.
La
lectura evangélica que hoy vamos a escuchar nos confronta a cada uno de
nosotros con nuestra verdad, esa que muchas veces queremos ignorar y que, sin
embargo, es preciso reconocer para que Dios pueda hacer con nosotros algo
nuevo.
Escuchemos
con atención la Palabra de Dios y dejemos que ella nos lleve a confiar en la
misericordia divina.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A
cada petición respondemos: ¡Señor, ilumina con tu gracia nuestra verdad!
-
Por el Pueblo santo de Dios, para que fiados en la gracia bautismal no nos
cansemos de pregonar el Evangelio de la misericordia. OREMOS.
-
Por los que tienen responsabilidades políticas y sociales, para que sean
veraces en sus propuestas y decisiones, y no traten de manipular las voluntades
de los ciudadanos. OREMOS.
-
Por los inmigrantes, por los que padecen esclavitud en el tránsito hacia los
países de destino, por lo que han llegado y viven en precario, por aquellos que
viven separados de sus familias…, para que encuentren la solidaridad humana que
necesitan y el testimonio del amor de Dios. OREMOS.
-
Por los que en nuestra diócesis se preparan para recibir los sacramentos de la
Iniciación cristiana en la noche pascual, para que sean generosos en su
preparación y se abran a la gracia de Cristo. OREMOS.
-
Por nosotros, para que fiados en la palabra evangélica, seamos veraces con
nosotros mismos, reconozcamos nuestros pecados y nos acerquemos a la
misericordia divina. OREMOS.
ORACIÓN FINAL
Gracias,
Jesús, hermano nuestro,
porque
de un modo sencillo
nos
confrontas con lo que verdaderamente somos:
Tú
nos invitas a quitarnos nuestras caretas,
a
reconocer nuestras debilidades y pecados
y
a volvernos a la misericordia del Padre.
Señor,
cuánto nos cuesta aceptar nuestra verdad,
cuánto
sentir nuestra debilidad,
y
cúanto reconocer nuestros pecados.
Nos
asusta, no tener valía
y
nos da miedo sucumbir a lo que no queremos ser.
Señor,
Jesús, danos la voluntad de convertirnos,
de
aceptar lo que somos
y
de dejarnos entrañar en la misericordia del Padre.
Derrama
sobre nosotros tu Espíritu,
que
sea Él el que nos fortalezca en la verdad
y
nos libere de nosotros mismos.
Espíritu
de Cristo, fuente de santidad,
derrama
sobre nosotros tu gracia,
para
tener el valor de volvernos al Padre,
y,
a semejanza de Jesús,
poder
nacer de sus entrañas como hijos suyos.
Amén.