Los
hijos de las tinieblas, son más astutos que los hijos de la luz
No
son pocos los católicos que ante los problemas, dificultades y males que ven
dentro o fuera de la Iglesia, adoptan una postura pasiva de inhibición o de
inútil crítica, sin arrimar el hombro para nada en mejorar la situación.
Mientras, las fuerzas contrarias hablan menos y actúan más, en un empeño común
de desprestigiar la institución eclesial, enturbiar la situación religiosa o
atacar los valores cristianos.
Se comprueba lo dicho en el Evangelio: "Los hijos de las tinieblas, son
más astutos que los hijos de la luz". Si el mal avanza y se consolida en
el mundo, no pequeña parte de responsabilidad la tenemos ante el Señor, los que
nos llamamos cristianos y nos dedicamos a sestear o, quizás, a que el Papa o la
Jerarquía, den la cara y nos saquen las castañas del fuego. Como si los laicos
no fueran Iglesia y fuera suficiente ser buena persona, cumplir con la Iglesia
y dejar que arreglen otros lo que está mal.
Constato, a título de ejemplo, un hecho corriente y en el que se ven pocos
católicos implicados. Ahora, en democracia, con la libertad de expresión y las
facilidades que se dan en todos los medios para intervenir u opinar sobre miles
de temas que aluden al cristianismo, por pereza, por cobardía o por otras
causas, pocos se deciden a dar la cara.
Creo sinceramente que mucho mejor irían las cosas en todas partes, si los
católicos-sobre todo los bien formados en su fe- en nombre de Jesús, dieran por
escrito, o por palabra su valiente testimonio.
Católico, frente a la oscuridad que te rodea, no te limites a maldecir las
tinieblas...
ENCIENDE TU CERILLA y habrás colaborado a que todos vean algo más claras las
cosas.
Por: Miguel Rivilla San Martín, Pbro.
Fuente:
Catholic.net