Lugar de peregrinación
El
Papa Francisco dirigió un discurso a las autoridades eclesiásticas, frailes
capuchinos, autoridades civiles y fieles presentes en el Santuario de Loreto.
El Papa firma en este lugar la Exhortación Apostólica "Christus vivit -
Cristo vive", fruto del sínodo dedicado a los jóvenes.
El
Papa Francisco agradeció la bienvenida a Mons. Fabio Dal Cin, a los frailes
capuchinos, las autoridades y todos los fieles. Subrayó que el santuario posee
una identidad particular, es un “lugar privilegiado para contemplar el misterio
de la Encarnación del Hijo de Dios. Aquí, de hecho, se conservan los muros que,
según la tradición, proceden de Nazaret, donde la Santísima Virgen dijo su
"sí", convirtiéndose en la madre de Jesús”.
Francisco,
afirmó que viene como peregrino a este lugar, al igual que otros muchos, así lo
afirma: “Yo también estoy entre ellos hoy, y doy gracias a Dios que me lo ha
concedido precisamente en la fiesta de la Anunciación”.
La Casa Santa, un lugar
para silencio, oración y para los jóvenes
En
su discurso, el Papa describió la Casa Santa como “oasis de silencio y piedad,
muchos vienen, de Italia y de todas partes del mundo, para sacar fuerzas y
esperanza. Pienso en particular en los jóvenes, las familias y los enfermos.
La
Santa Casa es el hogar de los jóvenes, porque aquí la Virgen María, la joven
llena de gracia, sigue hablando a las nuevas generaciones, acompañando a cada
uno en la búsqueda de su propia vocación. Por eso he querido firmar aquí la
Exhortación Apostólica "Christus vivit - Cristo vive", fruto del
Sínodo dedicado a los jóvenes.
Anunciación: escucha,
discernimiento, decisión
Para
el Papa, en la Anunciación aparece la dinámica de la vocación, que se muestra
en los tres momentos que marcaron el sínodo: el primero es la escucha. “La
llamada a la fe y a un camino coherente de vida cristiana o de especial
consagración es una discreta, pero fuerte irrupción de Dios en la vida de un
joven, para ofrecerle su amor como don. Necesitamos estar preparados y
dispuestos a escuchar y acoger la voz de Dios, que no se reconoce en el ruido y
la agitación”.
El
segundo momento de toda vocación es el discernimiento. El Papa afirma que
“Esta es la actitud propia del discípulo: toda colaboración humana en la
iniciativa gratuita de Dios debe estar inspirada en la profundización de las
propias capacidades y actitudes, unida a la conciencia de que es siempre Dios
quien da, quien actúa; así también la pobreza y la pequeñez de aquellos a
quienes el Señor llama a seguirlo en el camino del Evangelio se transforma en
la riqueza de la manifestación del Señor y en la fuerza del Omnipotente”.
El
Papa Francisco afirma que la decisión es el tercer paso que caracteriza toda
vocación cristiana: “Es el "sí" de la plena confianza y de la total
disponibilidad a la voluntad de Dios. María es el modelo de toda vocación y la
inspiradora de toda pastoral vocacional”.
Loreto, lugar al
servicio de la pastoral vocacional
El
Papa insiste en la identidad de este lugar: “Pienso en Loreto como un lugar
privilegiado donde los jóvenes pueden venir en busca de su vocación, a la
escuela de María! Un polo espiritual al servicio de la pastoral vocacional.
Espero, por tanto, que el Centro "Juan Pablo II" sea relanzado al
servicio de la Iglesia en Italia y a nivel internacional”.
Francisco
subraya la importancia de este lugar como lugar de encuentro: “El Santuario de
la Santa Casa de Loreto, también por su situación geográfica en el centro de la
península, se presta a convertirse, para la Iglesia que se encuentra en Italia,
en un lugar de propuesta para la continuación de los encuentros mundiales de
jóvenes y de la familia”.
Loreto al servicio de la
familia y de los enfermos
El
Santo Padre, afirma que “La Casa de María es también el hogar de la familia. En
la delicada situación del mundo de hoy, la familia fundada en el matrimonio
entre un hombre y una mujer asume una importancia y una misión esenciales”.
Y
prosiguió: “El hogar y la familia son el primer cuidado de la persona enferma
para amarla, apoyarla, animarla y cuidarla. Por eso el santuario de la Santa
Casa es el símbolo de todo hogar acogedor y santuario para los enfermos”.
Finalmente,
el Papa remarcó la vocación Mariana del Santuario: llevar el Evangelio de la
paz y de la vida a nuestros contemporáneos, a menudo distraídos, tomados por
intereses terrenales o inmersos en una atmósfera de aridez espiritual.
Necesitamos gente sencilla y sabia, humilde y valiente, pobre y generosa. En
definitiva, personas que, en la escuela de María, aceptan el Evangelio sin
reservas en su vida.
El
Papa se despidió invocando a la Virgen María: “Que María, la fuente de todo
consuelo, traiga ayuda y consuelo a todos los que se encuentran en la prueba”.
Seguidamente rezó con la comunidad el Ángelus.
Manuel
Cubías - Ciudad del Vaticano
Vatican
News