Es
un conquistador
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Esta
mañana, un poco antes de que me sonara despertador, mis hermanas del Novi
aparecieron por sorpresa en mi puerta.
No,
hoy no es mi cumpleaños. Sencillamente es que hoy hace 8 años que entré en el
Monasterio y, como para nosotras cada ocasión es motivo de celebración, pues
con su gesto me han alegrado el día.
Pero
no quedó ahí la cosa, sino que, como más o menos podía imaginar que vendrían
(porque no se les escapa una 😉), pues les tenía
preparado un truco de magia para evangelizar... ¡Creo que la sorpresa ha sido
por doble partida!
Hace
9 ó 10 años nunca me habría imaginado estar donde hoy estoy, y taaan feliz.
Porque, es cierto, hoy en día, en pleno siglo XXI... ¿quién quiere ser monja?
Eso parece que está fuera de época. Y creo que ese mismo planteamiento lo
tuvimos todas de alguna forma.
Pero,
¿sabes qué fue lo que me empujó a rendirme al Señor? Pues precisamente me
terminé de rendir porque su Amor es un Amor de conquista. Él no se rinde hasta
que te conquista para hacerte feliz. Él nunca se rinde, y vuelve y vuelve. Y,
al final, llega un punto en el que te dejas alcanzar por Él y no puedes más que
rendirte. De pronto, todo eso que antes te causaba resistencia se vuelve el
mayor regalo que pudieras haber soñado.
Y
es que todos hemos sido llamados para algo, una misión, una vocación, y, sea
cual sea, ahí está el Regalo de tu vida.
Él
sabe dónde está la felicidad plena para ti, y su tarea es atraerte con lazos de
amor para que descubras cuál es el propósito de tu vida, y te rindas a su Amor.
Recuerdo
perfectamente que siempre le preguntaba a Lety lo mismo: “¿Este Amor se va a
acabar?”. Entonces su respuesta era un “¡No!” rotundo, experimentado, con
certeza. Y hoy, tras algunos años, puedo responder con ella, que el Señor, que
Su Amor de conquista, siempre permanece, y, día tras día, vuelve a
reconducirnos, vuelve a enamorar el corazón, a avivar el fuego. ¡Y, cuando nos
queramos dar cuenta, estaremos en el Cielo!
Hoy
el reto del amor es hacer felices a los demás. Nosotros no sabemos cuál es la
vocación de los demás, ni dónde se esconde su felicidad, pero también podemos
ser conquistadores de felicidad, porque Él nos ha dado su mismo arma: el Amor.
Hoy, con Cristo, ten un gesto que le haga la vida más fácil al otro: un cariño,
un detalle... ¡No te rindas hasta que le arranques al menos una sonrisa!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma