La
afirmación del Papa se da en el marco del 30 Curso sobre Fuero Interno
organizado por la Penitenciaría Apostólica. Cerca de setecientos los
participantes, entre sacerdotes ordenados y por ordenar
Papa Francisco en la Audiencia a los participantes en el Curso sobre Fuero Interno |
Es
indispensable para la santidad del sacramento y para la libertad de conciencia
del penitente, que el diálogo sacramental permanezca en el secreto del
confesionario. Lo dijo el Papa Francisco al recibir, en la mañana del 29 de
marzo, a los participantes en el trigésimo Curso sobre Fuero interno organizado
por la Penitenciaría Apostólica.
Ministerio de la Misericordia exige
formación adecuada
En su
discurso, previo saludo a los participantes y al Cardenal Mauro Piacenza,
Penitenciario Mayor, el Romano Pontífice habló de la importancia del
“ministerio de la Misericordia”, que “justifica, exige” y casi “impone” una
formación adecuada, para que el encuentro con los fieles que piden el perdón de
Dios sea siempre un verdadero encuentro de salvación.
La
Penitenciaría Apostólica, el tribunal más antiguo al servicio del Papa, “un
tribunal de misericordia”, lo llamó Francisco, en esta época que “corre tan
velozmente”, tiene la necesidad de formación y seguridad con respecto a asuntos
importantes para la vida misma de la Iglesia y la misión confiada por Jesús.
Primero pecadores perdonados y sólo después
ministros de perdón
Es
necesario recordar, dijo el Papa, “que el Sacramento de la Reconciliación es un
verdadero y propio camino de santificación; es el signo efectivo que Jesús dejó
a la Iglesia para que la puerta de la casa del Padre permaneciera siempre
abierta y para que el retorno de los hombres a Él fuera siempre posible”.
Además,
“es un camino de santificación tanto para el penitente como para el confesor”:
lo es para el penitente porque “restaura su inocencia bautismal”. Y lo es
también para los sacerdotes, porque cuando “humildemente”, expresó, “nos
arrodillamos ante el confesor e imploramos para nosotros mismos la Misericordia
divina”, “recordamos que somos primero pecadores perdonados y, sólo después,
ministros de perdón”. El hombre, lamentó el Papa, a veces elude la
comunión con Dios “usando mal el estupendo don de la libertad”.
Ningún poder humano tiene jurisdicción
sobre el sigilo sacramental
El Santo
Padre puntualizó que “la reconciliación misma es un bien que la sabiduría de la
Iglesia siempre ha salvaguardado con toda su fuerza moral y jurídica con el
sigilo sacramental”. Algo que “aunque no siempre sea comprendido por la
mentalidad moderna, es indispensable para la santidad del sacramento y para la
libertad de conciencia del penitente, quien debe tener la certeza, en todo
momento, de que el diálogo sacramental permanecerá en el secreto del
confesionario, entre la propia conciencia que se abre a la gracia y Dios, con
la necesaria mediación del sacerdote”.
“El
sigilo sacramental es indispensable y ningún poder humano tiene jurisdicción,
ni puede reivindicarla sobre él”, subrayó.
Fuero es “interno”, tomar decisiones sobre
el mismo al exterior “es pecado”
En el
inicio del discurso, el Papa enfatizó que la palabra "interno” -
refiriéndose al Fuero interno - debe ser tomada en serio, en el sentido de que
el mismo “no puede salir al exterior”. Esto porque, según explicó el Pontífice,
en “algunos grupos en la Iglesia”, “los superiores mezclan las dos cosas y
toman del Fuero interno para tomar decisiones al externo, y viceversa”.
“Esto es
un pecado que va contra la dignidad de la persona que confía en el sacerdote,
que hace ver su realidad para pedir el perdón y luego se la utiliza para arreglar
la cuestión de un grupo o movimiento”. “Fuero interno es fuero interno, es una
cosa sagrada”, aseveró, expresando su preocupación sobre el asunto.
Griselda
Mutual – Ciudad del Vaticano
Vatican
News