Discurso
del Santo Padre a los miembros de la Delegación del Comité Judío Americano, a
quienes recibió en Audiencia la mañana de este viernes, 8 de marzo, en la Sala
del Consistorio del Vaticano
“Debemos hacer como aquel padre, que había
visto cosas trágicas y nunca se cansó de transmitir a sus hijos los fundamentos
del amor y el respeto. Y debemos mirar al mundo con los ojos de las madres, con
los ojos de la paz”, lo dijo el Papa Francisco a los miembros de la Delegación
del Comité Judío Americano, a quienes recibió en Audiencia la mañana de este
viernes, 8 de marzo, en la Sala del Consistorio del Vaticano.
Buenas
relaciones entre judíos y católicos
En
su discurso, el Pontífice recordó, las buenas relaciones que mantiene esta
organización con los sucesores de Pedro, desde el inicio del diálogo oficial
entre la Iglesia católica y el judaísmo. Citando al distinguido Rabino Abraham
J. Heschel observador del Comité Judío Americano, el Papa dijo que, “su
compromiso en favor del diálogo judeo-católico tiene tantos años como la
Declaración Nostra Aetate, un hito en nuestro fraterno camino de
redescubrimiento. Estoy contento que con el tiempo hayamos conseguido mantener
buenas relaciones e intensificarlas aún más”.
El
secreto de la solidez de la familia
En
este sentido, el Papa Francisco precisa que, cultivar buenas relaciones
fraternas a lo largo del tiempo es un don y una llamada de Dios. Y narrando un
episodio ocurrido a un joven católico en la segunda guerra mundial, el
Pontífice dijo que al final de la guerra, este joven regresó a los Estados
Unidos y formó una familia, compró una casa de una familia judía y en la puerta
de ingreso había la Mezuzah y no quería que se quitara de ahí y a sus hijos les
decía que ese rectángulo pequeño custodiaba el secreto de la solidez de la
familia y de hacer de la humanidad una familia. En ese rectángulo, afirma el
Papa, estaba escrito lo que no hay que olvidar de generación en generación:
‘amar al Señor con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas’
(cf. Dt 6, 4). “Queridos amigos – exhorta el Pontífice – juntos estamos
llamados a construir un ambiente de hogar, de familia, eligiendo con todas
nuestras fuerzas el amor divino, que inspira respeto y aprecio por la
religiosidad de los demás. No es bondad, es nuestro futuro”.
La paz es mujer
Haciendo
alusión al Día Internacional de la Mujer, el Santo Padre resaltó la
contribución irremplazable de las mujeres a la construcción de un mundo que sea
hogar para todos. “La mujer es la que embellece el mundo, la que lo protege y
lo mantiene vivo. Ella trae la gracia que hace nuevas las cosas, el abrazo que
incluye, la valentía de donarse. La paz es mujer. Nace y renace de la ternura
de las madres. Por lo tanto – precisa el Papa – el sueño de la paz se realiza
mirando a la mujer”. Por lo tanto, la mujer trae el sueño del amor al mundo. Si
nos preocupamos por el futuro, si soñamos con un futuro de paz, necesitamos dar
espacio a las mujeres.
Resurgir de los ataques
antisemitas
Dando
una mirada al contexto actual, el Papa Francisco manifestó su preocupación por
la propagación de un clima de maldad e ira en muchos lugares, en el que se
arraigan perversos excesos de odio. “Pienso en particular en el resurgimiento
bárbaro, en varios países, de los ataques antisemitas. Incluso hoy quiero
reiterar que es necesario estar atentos a este fenómeno: La historia nos enseña
a dónde pueden llevar incluso aquellas formas de antisemitismo que al principio
sólo se daban a entender, a la tragedia humana del Holocausto, en la que dos
tercios de los judíos europeos fueron aniquilados (Comisión para las Relaciones
Religiosas con el Judaísmo, Porque los dones y la llamada de Dios son
irrevocables, 47). Repito que para un cristiano cualquier forma de
antisemitismo es una negación de sus orígenes, una contradicción absoluta”.
“Debemos
hacer como aquel padre, que había visto cosas trágicas y nunca se cansó de
transmitir a sus hijos los fundamentos del amor y el respeto. Y debemos mirar
al mundo con los ojos de las madres, con los ojos de la paz”
Importancia del diálogo
interreligioso
Por
ello, señala el Santo Padre, en la lucha contra el odio y el antisemitismo, un
instrumento importante es el diálogo interreligioso, destinado a promover el
compromiso con la paz, el respeto mutuo, la protección de la vida, la libertad
religiosa y la protección de la creación. “Los judíos y los cristianos también
comparten una rica herencia espiritual, que les permite hacer muchas cosas buenas
juntos. En un momento en que Occidente está expuesto a un secularismo
despersonalizador, corresponde a los creyentes buscar y colaborar para hacer
más visible el amor divino por la humanidad. Y poner en práctica gestos
concretos de cercanía, contrarrestando el crecimiento de la indiferencia”.
“En
un mundo donde la distancia entre los muchos que tienen poco y los pocos que
tienen mucho aumenta cada día, estamos llamados a cuidar de los hermanos más
indefensos: los pobres, los débiles, los enfermos, los niños, los ancianos”
Educar a los jóvenes en el
diálogo judeo-cristiano
En
el servicio a la humanidad, así como en nuestro diálogo, los jóvenes esperan
participar más intensamente, deseosos de soñar y abiertos al descubrimiento de
nuevos ideales. Por lo tanto, afirma el Papa Francisco, me gustaría subrayar la
importancia de la formación de las generaciones futuras en el diálogo
judeo-cristiano. “El compromiso común en el ámbito de la educación de los
jóvenes es también un instrumento eficaz para combatir la violencia y abrir
nuevas vías de paz con todos”. Al darles las gracias por su visita, el Santo
Padre les deseó todo lo mejor en su compromiso de promover el diálogo,
alentando intercambios fructíferos entre religiones y culturas, tan valiosos
para nuestro futuro, para la paz.
Renato
Martínez – Ciudad del Vaticano
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