El P. Marreddy Allam, quien sirve como
exorcista en la Diócesis de Charleston (Estados Unidos), señaló que en los
últimos cinco años ha aumentado el número de personas que solicitan un
exorcismo; sin embargo, aclaró que no todos son casos de posesión diabólica
Imagen referencial - Foto: Flickr de Michal (CC BY NC ND 2.0) |
Cuando
el sacerdote llegó en 2013 a Carolina del Sur –donde se encuentra Charleston–,
recibió diez pedidos de exorcismo. Para el 2018 estos aumentaron a unos 45.
Sin
embargo, estos números distan de los mencionados por el P. Vincent Lampert,
exorcista de la Arquidiócesis de Indianapolis. En un informe de The
Atlantic dijo que para 2018 había recibido unos 1.700 pedidos
de exorcismos.
Uno
de los casos mencionados por el P. Allam, pero que no necesitaron de un
exorcismo, fue el de una mujer que sufrió abuso sexual cuando era niña y que de
adulta cayó en las drogas. Además mantenía contacto con personas que hacían
cosas malas y por tanto no tenía paz interior ni podía comer.
Esta persona creyó que estaba poseída por
el demonio y buscó al P. Allam para un exorcismo. Sin embargo, el sacerdote le
dijo que no, y decidió acompañarla con la oración, le ayudó a comprender que
Dios estaba presente y luego la derivó donde un terapista para que siguiera un
tratamiento médico.
Actualmente
la mujer toma medicamentos, tiene un trabajo estable y lleva una vida constante
de oración. "Tú tienes la capacidad. Si pides tu vida de vuelta, puedes
hacerlo. Literalmente ella lo hizo”, afirmó el sacerdote en declaraciones
citadas por The
Post and Curier.
Sin
embargo, ¿por qué más personas buscan la expulsión de espíritus malignos? El P.
Jeff Kirby de la Diócesis de Charleston señaló que "a medida que nuestra
sociedad comienza a involucrarse con áreas de oscuridad, esto tiene
consecuencias espirituales". Entre estos aspectos están la pornografía,
las drogas y el alcoholismo. Mientras más oscuridad, más “malos espíritus”,
advirtió.
Según
el medio, algunos sacerdotes dicen que este giro hacia lo oscuro ha sido más
evidente a mediados del siglo XX cuando, incluso dentro de la Iglesia, se
empezó a ver lo sobrenatural como algo medieval o supersticioso. Esto se
combinó con un aumento de actividades espiritistas como la ouija.
“Uno
no debería invitar algo que no conoce”, advirtió el P. Bryan Babick, de la parroquia
Nuestra Señora del Buen Consejo en Folly Beach.
“Con la crítica de la post ilustración
contra la religión organizada y, por supuesto, los escándalos en todas sus
formas, la gente buscó y está buscando lo sobrenatural en otros lugares, como
la wicca –una religión neopagana vinculada con la brujería– e incluso la
adoración de Satanás”, señaló.
A pesar de ello, los sacerdotes aclararon
que la mayoría de las personas que buscan exorcismos no están controladas por
demonios. Recordaron que entre las características de alguien poseído está la
fuerza sobrenatural o revelar secretos del pasado del exorcista. Además los
demonios se niegan a decir el nombre "Jesús", señaló el P. Allam. En
ese sentido, dijo que en sus cinco años como exorcista solo tuvo un caso de
posesión demoniaca.
La mayoría de las veces las personas
tienen problemas físicos, psicológicos o mentales que creen que son causados por demonios. En esos casos, los
sacerdotes rezan con la persona, le brindan apoyo espiritual y los dirigen a
los especialistas.
“No todos los que piensan que están
poseídos, lo están”, dijo el P. Babick. Sin embargo, señaló que “a veces la
ciencia médica relacionada con la salud mental no está tan equipada para tratar
todas las afecciones como cree".
Fuente:
ACI