Esta gran catedral será una ayuda fundamental para miles de católicos que viven en Arabia, será un lugar de evangelización y consuelo en una tierra donde Cristo no está permitido
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La catedral está dedicada a Nuestra Señora de Arabia,
patrona de toda la península arábiga
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Muchos cristianos que este año no han
podido celebrar la Navidad o han tenido que hacerlo en secreto en Arabia
Saudí podrían celebrar públicamente su fe dentro de tres años en la catedral de Nuestra Señora de Arabia, dedicada a la
Virgen María, y nombrada patrona de la toda la península arábiga, un lugar en
el que el cristianismo es perseguido y arrinconado, y en países como Arabia
totalmente prohibido.
El Rey de Bahréin, Hamad bin Isa Al
Khalifa, ha cedido un enorme terreno a la Iglesia Católica para que pueda
levantar el segundo templo del país. Gracias al tamaño de este espacio se
está ya construyendo una gran catedral que podrá albergar celebraciones con
capacidad para varios miles de personas, así como otros edificios para
formación del clero, residencias, y centros caritativos católicos.
La
Virgen, a la vanguardia de la evangelización de Arabia
Pero uno de los elementos más importantes
de esta nueva catedral dedicada a María es que está situada a tan sólo
a 24 kilómetros de la frontera de Arabia Saudí, país en el que el
catolicismo está prohibido pero en el que, sin embargo, viven cientos de miles
de católicos.
Camillo Ballín, vicario de Arabia del Norte, que reúne
Bahréin, Catar, Kuwait y Arabia Saudí destacaba que además de la prohibición
saudí en el resto de reinos “el mayor problema compete a los espacios donde
poder realizar las celebraciones. Muchas veces tenemos a disposición
una sola iglesia para todas las comunidades y lenguas. Por ejemplo, en
Kuwait, hay cinco ritos distintos sólo considerando el rito latino tenemos 13
lenguas distintas, frente a una sola parroquia donde poder oficiar misas y
celebraciones”.
Un
lugar esencial para los católicos que viven en Arabia Saudí
Precisamente, la falta de templos es un
problema mayor que la cantidad de sacerdotes disponibles. Monseñor Ballin
agregaba además que “es fundamental responder a las necesidades prácticas, como
la construcción de la catedral en Bahréin: el lugar donde se está levantando
está a sólo 24 kilómetros de la frontera con Arabia Saudí, y podrá ser
un lugar de oración esencial para cuantos viven y trabajan en el reino”.
Esta gran catedral será una ayuda
fundamental para miles de católicos que viven en Arabia, será un lugar
de evangelización y consuelo en una tierra donde Cristo no está permitido.
Este es un paso fundamental para la Iglesia Católica.
El Vicariato de Arabia del Norte recuerda
que la Iglesia en esta zona es una iglesia exclusivamente peregrina y migrante.
Desde principios de los años noventa, la Iglesia católica ha crecido en la
región a gran velocidad. Los expatriados constituyen casi todos los fieles
en el Vicariato. Aunque no existen cifras oficiales, se estima que solo
en Arabia Saudí hay más de 1 millón de católicos. Kuwait tiene alrededor
de 350.000; Bahréin alrededor de 80. 000 y Qatar entre 200.000 a 300,000
católicos.
Los fieles son todos trabajadores
migrantes de cien naciones, la mayoría de Filipinas y la India. Alrededor
del ochenta por ciento de los fieles pertenecen al rito latino, mientras
que el resto pertenece al rito oriental. No sería falso decir que Arabia
se ha convertido ahora en el rostro de una comunidad cristiana viva, en un
“puente” entre diversas áreas del mundo y, por lo tanto, entre diversas
culturas.
Ambos vicariatos, tanto el del Norte como
el del Sur, que incluye Omán, Yemen y Emiratos Árabes Unidos, han sido
puestos bajo la protección de Nuestra Señora de Arabia. El 16 de enero de
2011, en Kuwait, el cardenal Antonio Cañizares, entonces prefecto de la Congregación
para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, proclamó a
Nuestra Señora de Arabia Patrona de los Vicariatos y de toda la Península
Arábiga.
La
bendición de Pío XII
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Pío XII bendijo la imagen de Nuestra Señora de Arabia en el Vaticano |
Aunque el título de Nuestra Señora de
Arabia pueda parecer totalmente reciente, no es casual que la nueva catedral
que supondrá un consuelo para los cristianos de Arabia. La devoción a
esta advocación mariana comenzó en 1948, precisamente un 8 de
diciembre, fiesta de la Inmaculada, cuando la pequeña capilla de Ahmadi, en Kuwait
fue dedicada en su honor.
La escultura de la Virgen que se colocó en el
santuario kuwaití fue bendecida en el Vaticano en 1949 por el Papa Pío XII.
Incluso esta capilla fue asociada a la basílica papal de Santa María la Mayor
de Roma, otorgándola las mismas indulgencias.
El Papa Pío XII, mediante el
decreto pontificio Regnum
Mariae, fechado el 25 de enero de 1957, declaró a Nuestra
Señora de Arabia, patrona principal del territorio y del vicariato apostólico
de Kuwait.
Tras la petición del obispo Ballín y la
aprobación del cardenal Cañizares, la solemnidad en su honor se
celebra ahora el sábado anterior al segundo domingo del tiempo ordinario con el
permiso para celebrarlo también el domingo.
El
anuncio, en la festividad de Nuestra Señora de Lourdes
Pero todo fue a más cuando el rey de
Bahréin cedió este terreno para la construcción de un templo. Esta
decisión se transmitió oficialmente al obispo el 11 de febrero de 2013,
precisamente Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes. La noticia fue
recibida con gran alegría y emoción por todos los fieles en nuestro Vicariato.
La reacción inmediata del vicario al
escuchar la buena noticia fue agradecer a la Virgen por su intercesión
milagrosa y decidió que la nueva Catedral estaría dedicada a Nuestra
Señora de Arabia.
La catedral tendrá forma octogonal
y su aforo será de
2.300 personas. En los cuatro rincones del templo, se encuentran la Capilla del
Santísimo Sacramento (para 160 personas), la Capilla de Nuestra Señora de
Arabia (también para 160 personas) y la Capilla de los Confesionarios. La
cuarta esquina es para los ascensores de transporte hacia y desde la Catedral y
la zona de estacionamiento subterráneo.
El edificio tiene un anexo de cinco pisos
de altura. Están
destinados a las actividades de la comunidad parroquial (salas para catecismo,
varias reuniones de grupo, etc.) y la residencia y oficinas del obispo y
sacerdotes a cargo de la catedral. También hay una casa de huéspedes para la
formación en los pisos tercero y cuarto, y sedes de distintas organizaciones
católicas. Además, la catedral tendrá un enorme patio abierto que puede
albergar celebraciones de más de 6.000 personas.
Publicado originariamente en Cari Filii News.
Fuente: ReL