Los
pilares de la familia humana, tal como Dios la ha constituido, son el “esposo y
la esposa, iguales en dignidad"
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Crédito: José Luis Castañeda |
“La
familia es el lugar más apreciado por todos. En ella nacemos, somos amados de
manera gratuita, vamos creciendo, y siempre es el lugar al que acudir para
cualquier eventualidad, sea para compartir la alegría de un éxito como para
compartir los contratiempos y desgracias de la vida”, reflexionó el Prelado en
su carta semanal.
Mons.
Fernández señaló que el fundamento último de la familia se encuentra en la
“realidad de Dios, quien es “comunidad de amor en tres personas”. En ese
sentido, el plan de Dios es “introducirnos en su gran familia, que es la Iglesia,
reflejo de la comunidad trinitaria”.
Explicó
también que los pilares de la familia humana, tal como Dios la ha constituido,
son el “esposo y la esposa, iguales en dignidad, diferentes para ser
complementarios biológica, sicológica y espiritualmente, que se prolongan de
manera natural en los hijos”.
“La
ecología humana tiene este patrón original, y cuando es alterado, queda
alterada la armonía de la creación y de la convivencia”, advirtió.
El
Obispo de Córdoba reconoció que la familia hoy tiene “inmensas posibilidades,
que generan esperanza, y sufre también erosiones y amenazas, que hay que
atender”, pero que en ningún caso ella es un obstáculo, “sino la solución a
tantos problemas”.
Uno
de esos problemas tiene relación con la soledad, la que “proviene en primer lugar
por la desconexión con Dios”.
Esta
soledad explica la “cerrazón a la vida naciente, que solo se entiende si el
corazón está cerrado a Dios”, así como la “cerrazón para acoger a los ancianos
en una sociedad llena de prisas y falta de espacios familiares para compartir”.
“Si
el corazón está cerrado a Dios, busca su interés y en ese camino hasta el
cónyuge puede convertirse en enemigo, con lo que duele eso”, continuó Mons.
Fernández, “las rupturas matrimoniales tienen aquí su explicación. Son demasiadas
rupturas las que conoce nuestra época, con la consiguiente falta de felicidad
para el ambiente familiar”.
Por
ello destacó que la familia “es el futuro de la humanidad. Jesús ha venido al
mundo en el seno de una familia para indicarnos que ese nido, ese hogar es
querido por Dios para la felicidad del hombre y de la mujer”.
El
Obispo destacó el trabajo que hace la Diócesis de Córdoba en el acompañamiento
de la familia y subrayó la urgencia de “que los jóvenes se sientan atraídos por
esta realidad, porque ven matrimonios que viven con normalidad su vida de
familia. Y gracias a Dios son la inmensa mayoría”.
Al
finalizar, Mons. Fernández invitó a las parroquias a celebrar las bodas de
plata y de oro de los matrimonios, “que nos recuerdan que la fidelidad entre
los esposos y el compromiso para toda la vida es posible y llena de felicidad
el corazón de quienes lo viven”.
“Damos
gracias a Dios por nuestra familia, y estemos abiertos para acompañar a las
familias que pasan por alguna dificultad, especialmente por las que se sienten
solas ante tales situaciones”, concluyó.
Fuente:
ACI