El pasado
domingo 2 de diciembre se produjo en la localidad murciana de Alcantarilla la
esperada ordenación sacerdotal de Héctor Madrona López, que a sus 58
años, es lo que se conoce como una vocación tardía
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Héctor, recién ordenado sacerdote este domingo, junto al obispo de Cartagena |
Este murciano
se ha ordenado mayor, porque su proceso radical de conversión también se
produjo siendo ya adulto. Durante estos últimos años él mismo se ha considerado
como el “último milagro del seminario”.
Una de las grandes voces de la comunicación en su
tierra
Durante más de
dos décadas, Héctor fue locutor y presentador de la Cadena Ser y la Cadena
Dial en Murcia, siendo considerado una de las grandes voces de la comunicación
en la región. Sin embargo, estando ya consolidado en su posición experimentó un
vacío enorme que acabó llevándole a la Iglesia para cambiar los micrófonos por
la cruz de Cristo.
Era reconocido
socialmente, tenía un buen sueldo y una buena casa, pero este periodista no se
sentía realizado. “Yo no era feliz. Dios se me cruzaba cada día, pero yo no
me daba cuenta”, relataba el ahora sacerdote a La Verdad.
Llenar ese vacío interior
Echando la
vista atrás es consciente que Dios “ha llamado” a su puerta en numerosas
ocasiones, pero el ruido del mundo le hizo entretenerse en otras cosas. Y
como no se sentía feliz intentó llenar ese vacío interior en una
religiosidad de “supermercado”.
Esta búsqueda
le llevó a buscar esa felicidad en muchos lugares. “Entonces me dio por
apuntarme a cursos de autoconocimiento, a yoga, a leer libros de autoayuda…”,
recuerda Héctor.
Buscaba maestros orientales en India y encontró al
Maestro
Tanto se
introdujo en este mundo que decidió viajar a la India para explorar más estas
espiritualidades orientales en las que se había introducido. “Iba buscando
maestros y encontré al Maestro, al Dios único y verdadero”, contaba a la
web de la diócesis. Su vida dio un giro completo en aquel momento, lo que él
denominó una “metamorfosis verdadera”.
El nuevo
sacerdote recuerda perfectamente aquel momento: “Encontré a Dios. Se metió
dentro de mí y me llamó. Me dijo que me quería para él y lloré como un niño,
no recuerdo cuanto tiempo”.
"Me enamoré de Jesucristo"
De vuelta en
España ya nada era igual. Su vida no era la misma. Ese vacío se estaba
llenando, pero de Dios. “Comencé a ir a la Iglesia, a pesar de que siempre
me había parecido una cosa obsoleta y fuera de lugar, y me encantó. Me
enamoré de Jesucristo entonces y cada día sigo más enamorado”, explica este
murciano de 58 años.En aquel
momento, Héctor decidió dejar “sin reparo y sin pena” su gran trabajo como
presentador de la Cadena SER, mientras poco a poco, y no sin dificultades,
Dios iba trabajando en él.
La peregrinación y el descubierto de la vida
eremita
Ya sin nada
que le atara para encontrarse con Dios a tiempo completo realizó varias
peregrinaciones a píe, la última al Santuario de la Fuensanta, también en
Murcia. Allí a Héctor se le hizo de noche y las monjas benedictinas que
custodian el lugar le dijeron que los eremitas de los hermanos de la Luz, que
estaban relativamente cerca, podrían darle alojamiento.
Una vez que
llegó a aquel lugar fue acogido por los hermanos a pasar allí la noche. Nunca
olvidará aquel día, pues fue el primero de los seis años y medio que
acabaría quedándose en esta ermita junto a ellos tras despojarse de todos
sus bienes.
El padre
Francisco se convirtió en su director espiritual y Héctor todavía lleva a fuego
grabadas en su corazón aquellas primeras predicaciones, que “parecían que
todo me lo decía a mí”.
Aplicar sus dones al servicio de la Iglesia
Mientras vivía
con estos eremitas “le preguntaba a Jesucristo qué quería de mí, para qué me
había llamado. Y entonces me dijo que mi labor era comunicar, algo que
siempre había hecho”. Héctor tiene que claro que “Dios me ha dado el don de
la comunicación y sentí que me llamaba para dar a conocer su Palabra a la
gente”.
Fue así como
decidió empezar los estudios en el Seminario mientras seguía viviendo con los
hermanos de la Luz. Y a la vez sintió la llamada al sacerdocio. Y cuando
ya llevaba varios años de estudio discernió que Dios le llamaba a dejar la
comunidad para ingresar en el Seminario de San Fulgencio en Murcia, donde ha
estado hasta su ordenación el pasado domingo.
El lema que ha
elegido para su ordenación ha sido: “Alegraos conmigo porque he hallado la
oveja que se había perdido”. Quiso esta cita del Evangelio de San Lucas
porque se considera que “ese borreguico que el Señor tiene en sus brazos y que
acoge con mucha misericordia. No sólo estaba perdido porque estuviera
desubicado en la vida, por buscar la felicidad donde no debía, sino porque no
conocía a Jesucristo”.
Sacerdote en una época "difícil y complicada"
La ordenación
sacerdotal de Héctor fue presidida por el obispo de Cartagena, José Manuel
Lorca Planes, y el arzobispo emérito de Burgos, Francisco Gil Hellín,
así como una treintena de sacerdotes.
Monseñor Lorca
Planes dijo al nuevo sacerdote: “Héctor, tú sabes que no vivimos de
romanticismos, que pisanos tierra y la realidad es que te ha tocado una época
difícil y complicada… Abre bien los ojos, hermano, que ha sido el mismo
Jesucristo el que ha salido a tu encuentro para que llevas a todos la frescura
que nace de la Sagrada Escritura, la libertad que regala el Señor a sus hijos”.
Javier Lozano
Fuente: ReL