De “Telepace” Francisco evidenció la vocación al
servicio auténtico “a Dios y al hombre en la Iglesia”
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El Papa Francisco recibe a los colaboradores y amigos de “Telepace” (Vatican Media) |
Cuarenta años de transmisiones es cuanto festeja la
emisora televisiva italiana privada de la Fundación Artesanos por la Paz,
“Telepace”, que difunde de modo especial las actividades y celebraciones del
Papa. Al saludarlos con afecto Francisco les deseó que sigan siendo la voz de
quien no tiene voz
El Papa Francisco recibió esta mañana, en la Sala
Clementina del Palacio Apostólico, a los dirigentes, al personal, a los
colaboradores y a los amigos de “Telepace”, la emisora católica italiana que
festeja cuarenta años de actividad, en estrecha relación con la Sede de Pedro.
Ciento cuarenta personas, acompañadas por su Director, el Padre Guido
Todeschini.
Los instrumentos de la comunicación son un don de Dios
El Papa aprovechó esta ocasión para subrayar en
su discurso el valor de los medios de
comunicación, recordando cuanto ya ha afirmado en su mensaje:
En efecto, también los instrumentos de la comunicación
son un don de Dios: ellos “han traído consigo un alargamiento de los horizontes
para muchas personas. Esto es un don de Dios, y es también una gran
responsabilidad. Me gusta definir este poder de la comunicación como
‘proximidad’. (…) Una proximidad que se hace cargo, consuela, cura, acompaña y
celebra”. (Mensaje para la 50ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales,
24 de enero de 2016)
Un servicio auténtico a Dios y al hombre
De “Telepace” Francisco evidenció la vocación al
servicio auténtico “a Dios y al hombre en la Iglesia”, tal como se lee en el
lema de la emisora, y la elección de encomendarse totalmente a la Providencia
sin aceptar ningún tipo de publicidad. Y destacó el objetivo que animó a
proseguir: “ser la voz de quien no tiene voz”. Por lo que encomendó a
“Telepace” tres encargos:
El primero es: “Ser antenas de espiritualidad”
para “saber reconocer en todo lo que sucede los signos espirituales
del amor misericordioso del Padre”.
¡Ojalá en su profesión sean ‘canales vivos’ de
espiritualidad para Dios y para todos sus oyentes y espectadores! Sobre todo
los pobres, los últimos, los excluidos. ¡Nunca se olviden de ellos, los pobres
de al lado! Sigan estando al lado de los presos, de los condenados a
muerte – es horrible, pero todavía hay pena de muerte – como cuando fueron al
Pabellón de la Muerte en Texas, donde acompañaron al patíbulo y asistieron a
dos jóvenes después de haberlos consolado con los Sacramentos.
Los jóvenes merecen una atención especial
La segunda tarea que el Santo Padre indicó a este
canal televisivo es: educar a los jóvenes en la escuela del Evangelio. Es
un compromiso que toda la Iglesia se ha dado también en el reciente Sínodo
sobre las nuevas generaciones:
¡Cómo me gustaría que también los medios de
comunicación prestasen más atención a los jóvenes, no contando solo sus
fracasos, sino también sus sueños y sus esperanzas! El Evangelio de la alegría
nos llama a un compromiso educativo que ya no puede aplazarse. Educar a los
jóvenes en la escuela del Evangelio significa, ante todo, ser testigos de la
única Palabra que salva. Que su comunicación sea en salida, para dialogar e,
incluso antes, para escuchar a los jóvenes. Recordemos: ¡el Evangelio pide
atreverse!
No a una comunicación que crea división
“Ser narradores que no caigan en el cotilleo”, es el tercer compromiso. El Papa evidenció la gran difusión de “una forma
de comunicación que no tiene nada que ver con la atención al otro y con la
comprensión recíproca”.
De donde se deduce la necesidad de comunicar con
responsabilidad:
Renuevo, pues, la invitación a “promover un periodismo
de paz, un [...] periodismo hecho por personas para personas, y que se
comprende como servicio a todos, especialmente a aquellos – y son la mayoría en
el mundo – que no tienen voz; un [...] periodismo empeñado en indicar
soluciones alternativas a la escalada del clamor y de la violencia verbal”.
(Mensaje para la LII Jornada Mundial de las Comunicaciones, 24 de enero de
2018).
El logotipo de Telepace: una paloma con una ramita de olivo
El Papa se despidió de los miembros de “Telepace” con
el deseo de que se mantengan siempre como una “televisión de la paz”, don de
Dios y conquista de la humanidad, y al personal le pidió que sean “palomas de
paz que vuelen en el éter con las dos alas, la de la oración y la de la
caridad”.
Adriana Masotti – Ciudad del Vaticano
Vatican News