Sagrada Familia (Ciclo C)
MONICIÓN DE ENTRADA
Buenos días, hermanos, sed bienvenidos a la
celebración de la Eucaristía dentro de la Octava de la Navidad.
Hoy celebramos, la Fiesta de la Sagrada Familia, una
festividad que nos permite profundizar un poco más en el misterio de la
encarnación. En efecto, el Hijo de Dios al hacerse uno de nosotros, lo hizo en
el seno de una familia. María y José formaban ese seno familiar donde Jesús
nació, creció, se formó y aprendió a tratar humanamente con Dios su Padre.
Desde entonces las relaciones familiares de Jesús,
María y José son la referencia necesaria de toda familia cristiana.
Contemplemos y celebremos hoy este misterio de fe que nos ilumina.
MONICIÓN A LAS LECTURAS
No vivimos tiempos buenos para nuestras
familias. Parece que todo se pone en su contra y dificulta la realización de su
vocación.
¿Dónde encontrar la luz necesaria para
orientarnos ante tanta confusión? ¿Dónde la gracia para poder dar la respuesta
que los tiempos requieren? Dios nos ofrece un icono como referencia e
inspiración: la Familia de su Hijo Jesús. Pongamos nuestros ojos en ella.
Escuchemos con atención las lecturas que hoy
se nos proclaman ellas nos ayudarán a penetrar en el Misterio de la Sagrada
familia.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A cada petición
respondemos: ¡Señor, escúchanos!
- Por la Iglesia,
familia de Dios, para que las relaciones fraternas de todos los que la formamos
den testimonio del amor paternal de Dios. OREMOS.
- Por los gobernantes de nuestro país, para que promuevan políticas en
favor de la familia de modo que sus miembros puedan vivir de manera estable sus
relaciones personales. OREMOS.
- Por los
miembros de las familias rotas, por aquellos que han tenido una experiencia
negativa en su vida familiar, para que con la gracia de Dios y la necesaria
ayuda humana puedan curar sus heridas y rehacer sus vidas. OREMOS.
- Por los jóvenes
que quieren vivir juntos, para que vivan su amor delante de Dios y sean
generosos a la hora de tener hijos. OREMOS.
-
Por las familias cristiana para que sean familias abiertas y den testimonio de
la novedad de vida que brota de la fe en el Evangelio. OREMOS.
ORACIÓN FINAL
Gracias, Señor, porque al encarnarte
has formado parte de una verdadera familia.
Sí, Jesús, no solo María fue tu madre,
también, José, su esposo, fue tu padre.
Él no solo cuido de la unidad familiar;
sino que además representó ante ti
el amor y la autoridad que tiene tu Padre
del cielo.
Jesús, como nos gustaría
aprender en la escuela de Nazaret
lo que es ser una verdadera familia
cristiana,
ese proyecto pensado por Dios desde la
eternidad
para construir una sociedad más justa y
humana
y para alumbrar a sus propios hijos.
Y, sin embargo, Señor, hemos de confesarte,
que hoy no son tiempos fáciles para nuestras
familias,
que nos resulta difícil cumplir la misión
que tenemos encomendada.
¡Tenemos tantas dificultades!
Muchas veces no sabemos por qué camino
seguir.
Te pedimos, llenos de confianza,
que tomes de tu mano a nuestras familias,
especialmente las que tienen mayor
dificultad,
y que providentemente nos guíes por tus
caminos,
esos por los que Tú anduviste con José y
María,
y que no son otros que los que discurren
por el cumplimiento de la voluntad de Dios,
tu Padre.
Amén.