Subrayó
varias formas en que los derechos afirmados no se mantienen en el mundo de hoy
y llamó la atención sobre la preocupación del Papa Francisco de que la
interpretación de algunos derechos ha cambiado progresivamente
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Mons. Bernadito Auza, Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas en New York |
El
Observador Permanente de la Santa Sede brinda discurso en la ONU sobre el 70
aniversario de la declaración de los Derechos Humanos, luego de participar en
la COP de Katowice, representando a la Santa Sede en la vigésima cuarta Sesión
de la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas
sobre el Cambio Climático.
El
4 de diciembre, el Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones
Unidas, Monseñor, Bernardito Auza, realizó un discurso en la apertura de la
conferencia celebrada en la sede de la ONU en ciudad de Nueva York sobre “La
Declaración Universal de los Derechos Humanos a los 70 años: Fundamentos,
logros y violaciones".
La
conferencia, patrocinada por la Misión de Observación Permanente de la Santa
Sede y ADF International, también contó con discursos de la Embajadora Mary Ann
Glendon, el Profesor Robert George, el Profesor Paolo Carozza y el Presidente
de la ADF Michael Farris. La Declaración Universal de los Derechos Humanos
(DUDH) fue adoptada el 10 de diciembre de 1948.
Máxima expresión de la
humanidad
En
sus comentarios, Mons. Auza citó al Papa San Juan Pablo II, quien calificó a la
DUDH como el documento fundamental de la ONU, inspiración básica y piedra
angular y una de las más altas expresiones de conciencia humana de nuestro
tiempo.
“La
Declaración Universal fue un gran paso adelante en este proceso de desarrollo
moral humano, y se convirtió en una de las más altas expresiones de la
conciencia humana de nuestro tiempo", como dijo Juan Pablo II en su
segunda visita a la ONU en 1995. Su impacto duradero, Sin embargo,
depende de que permanezca lo que él llamó el "valor básico" de la
ONU, inspirando y desafiando la conciencia de los miembros de la ONU y la gente
del mundo”, recordó el Arzobispo.
Atención a las nuevas
formas de derechos humanos
El
Observador Permanente destacó en particular cómo sus redactores presuponen la
universalidad, objetividad y unidad de los derechos humanos que reconoció.
Subrayó varias formas en que los derechos afirmados no se mantienen en el mundo
de hoy y llamó la atención sobre la preocupación del Papa Francisco de que la
interpretación de algunos derechos ha cambiado progresivamente.
“La
Declaración intentó formular derechos que serían válidos en todas las edades,
lugares y culturas. Las personas humanas en todas partes y en todo momento no
solo tienen una dignidad subyacente que nunca puede ser pisoteada con justicia,
sino también un sustrato ético subyacente o una conciencia que puede reconocer
esa dignidad en sí misma y en otras. Esta universalidad ha sido cuestionada en
ocasiones por aquellos que han argumentado que la Declaración es excesivamente
el fruto de las ideas occidentales, o por aquellos que piensan que toda verdad,
incluida la ética, es relativa al contexto, o por gobiernos o grupos que desean
violar a otros”.
Compromiso y defensa de
los Derechos Humanos
Por
último, el Nuncio de la Santa Sede en Naciones Unidas, resaltó que el 70
aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos, es una ocasión para
reafirmar la fe en los derechos humanos fundamentales y en la dignidad de la
persona humana de la que provienen, así como para comprometernos a defender y
promover esos derechos.
“Ahora
es el momento de poner aceite en esa lámpara y encenderla nuevamente en cada
sala de esta institución, en todos los organismos internacionales y nacionales,
en universidades, escuelas y hogares, y en cada uno de nuestros jefes y
corazones, para que la declaración, obtenida a un costo tan tremendo, podría
seguir siendo "una de las expresiones más elevadas de la conciencia humana
de nuestro tiempo", finaliza.
José
Villanueva – Ciudad del Vaticano
Vatican News