La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) ha publicado un mensaje
pastoral «con ocasión del proceso de consulta del Proyecto de Constitución de
la República de Cuba»
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| Conferencia Episcopal de Cuba |
«Nuestro pueblo ha sido convocado y está inmerso en
un proceso de consulta con el fin de que todos los ciudadanos aportemos
criterios y proposiciones que contribuyan a enriquecer la redacción de una
nueva Constitución de la República de Cuba. La misma será presentada, a todos
los cubanos, en referendo para ser aprobada o rechazada. El referendo
popular será la última palabra de todo nuestro pueblo sobre la Constitución.
Por eso, conviene resaltar la importancia del mismo como un acto en el que cada
ciudadano está llamado a expresarse con el ‘sí’ o el ‘no’ mediante su voto, o
absteniéndose de hacerlo».
... aunque
aseguran comprender a quienes dudan de que se tenga en cuenta de verdad la
voluntad popular:
«Como pastores comprendemos, a partir de los
procesos que ha vivido nuestra Nación, a quienes piensan que su opinión no
cuenta».
A pesar
de lo cual, animan a participar:
«Sin embargo, queremos invitar a todos nuestros
compatriotas a optar por una participación consciente y responsable. De
igual forma solicitamos a las autoridades que guían el siguiente proceso que
las opiniones y aportes recogidos sean tenidos en cuenta.
Tras una larga disertación sobre el constitucionalismo
político moderno, basado en los principios emanados de la Ilustración, los
obispos quieren recalcar que...:
«... la persona humana es, por su intrínseca
libertad y dignidad, el sujeto y centro de todos los derechos y deberes que
garantiza una Constitución, que siempre debe estar en beneficio de la
persona para así sustentar la convivencia de todos».
Y recuerdan con agrado el papel de Cuba en la
Declaración Universal de los Derechos Humanos:
«A lo largo de la Historia, por el mal uso de la
libertad que Dios le dio al hombre, los seres humanos no nos hemos tratado con
el respeto que merece nuestra dignidad. A través de los siglos han sido
muchas las guerras, tiranías, violencias, discriminaciones, injusticias y
muchos desastres más, por lo que no es de extrañar que, terminado el horror de
la Segunda Guerra Mundial, las naciones sintieran la necesidad urgente de poner
por escrito y ratificar públicamente los derechos que todo ser humano tiene por
la simple razón de serlo. Nuestro país tuvo mucho que ver en este empeño que
se materializó en los 30 artículos de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos del 10 de diciembre de 1948, aprobada por la Asamblea General de
las Naciones Unidas».
Derecho a
la vida ausente
Los obispos cubanos sostienen que el proyecto
constitucional quiere tener en cuenta los derechos humanos pero, además de
criticar que no se reconozca la diversidad de la opinión pública, lamentan que
no se explicite el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte
natural así como que no se descarte la pena de muerte.
«Visto lo anterior, apreciamos que el proyecto
constitucional (art.39) haya querido tener en cuenta el respeto y la aplicación
de los derechos humanos reconocidos en diversos tratados internacionales de los
cuales Cuba es signataria. Igualmente valoramos la declaración de que las
personas son iguales en su dignidad, en sus deberes y derechos, sin
discriminación alguna[6]. Al mismo tiempo lamentamos la ausencia del
reconocimiento a la diversidad de opinión política (cf. art 40), así como
también sería necesario explicitar que el derecho a la vida (cf. art.
43) debe respetarse desde el momento de la concepción del individuo hasta la
muerte natural y, a su vez, sería de desear que abarque la exclusión de la
pena de muerte».
Contra la
ideología de género
Los prelados advierten contra la inclusión de la
ideología de género en la futura Constitución:
«También resaltamos que, el art. 40 añade a la
Constitución vigente otras tres categorías como sujetos de derecho: “género,
orientación sexual e identidad de género” que provienen de una evidente
influencia de la llamada “ideología de género”, las cuales son
innecesarias, porque bastaría con la categoría “sexo” para que queden
comprendidos todos los miembros de la sociedad»
Y denuncian que dicha ideología llega a Cuba por
influencia exterior:
«El sexo viene dado por la naturaleza y no es una
construcción cultural adquirida, como propone equivocadamente la referida
ideología de género, que se caracteriza por un fuerte subjetivismo, que lleva
al individuo a decidir por sí mismo lo que es bueno y lo que es malo. De tal
manera que, dicha ideología, sostiene entre sus postulados principales que cada
persona elige su propia identidad sexual. Esta corriente ideológica ha
venido introduciéndose en Cuba, entre otros, por algunos medios oficiales y por
la influencia del mundo exterior».
Libertad
religiosa y de educación
Los obispos piden que, en base al proyecto
constitucional, el futuro reconocimiento jurídico de la Iglesia en Cuba así
como la libertad de enseñanza
«... en el Proyecto de Constitución se reconoce a
los ciudadanos “el derecho a profesar o no creencias religiosas, a cambiarlas y
a practicar la de su preferencia, con el debido respeto a otros credos y de
conformidad con la ley”.
Según lo anterior, y en correspondencia a lo que debe
ser un Estado laico moderno, los obispos cubanos reafirmamos que la libertad
de practicar la religión propia no es la simple libertad de tener creencias
religiosas, sino la libertad de cada persona de vivir conforme a los
valores de la fe que profesa, de expresarlos públicamente, teniendo por límite
el respeto al otro. En nuestro caso concreto, esta libertad implica, además,
el reconocimiento jurídico de la Iglesia y de su identidad y misión propias,
lo que incluye la posibilidad de dar a conocer su enseñanza moral de acuerdo al
Evangelio, de acceder de modo sistemático a los medios de comunicación, la
libertad de enseñanza y de evangelización, de construir edificios y de
adquirir y poseer bienes adecuados para su actividad; y la libertad de
asociarse para fines no solo estrictamente religiosos sino también educativos,
culturales, de salud y caritativos».
Familia y
definición de matrimonio
Tras exponer la doctrina católica sobre la institución
familiar, los obispos critican la definición de matrimonio en el proyecto, que
podría dar lugar a la legalización del «matrimonio» homosexual:
Los obispos consideramos mal fundado y erróneo que
aparezca en el proyecto constitucional (art. 68) una definición del matrimonio
como “la unión de dos personas con aptitud para ello, a fin de hacer vida
común”. Al expresar este criterio no pretendemos desconocer, y en modo
alguno menospreciar, la dignidad de ninguna persona, pues, a todas se les debe
respetar su condición y su participación social. La enseñanza de la Iglesia
siempre ha sido clara: el amor recíproco y complementario entre el hombre y
la mujer fundamenta la vocación al matrimonio y a la familia, estableciendo
una unidad que no puede equipararse a ninguna otra. Distinción no
significa discriminación.
Propiedad
privada
Por último, los obispos cubanos valoran positivamente
que la futura constitución reconozca la propiedad privada, condicionada al bien
común.
«Como principio, la Doctrina Social de la Iglesia reconoce
el destino universal de los bienes y la función social de la propiedad para
lograr el desarrollo integral de la persona, la familia y el bien común. Por
ello, nos complace que el Proyecto de Constitución también reconozca la
propiedad privada, aunque siempre se deberá tener en cuenta que los límites de
cualquier propiedad deben estar solamente condicionados por el principio
descrito anteriormente».
Fuente:
InfoCatólica
