“No
matar”. El Quinto mandamiento del Decálogo tema de la catequesis del Papa
Francisco en la Audiencia General del miércoles 10 de octubre de 2018
“La catequesis de hoy está dedicada a la
Quinta Palabra, es decir, no matar. El Quinto mandamiento: no matar.
Estamos ya en la segunda parte del Decálogo, la que se refiere a las relaciones
con el prójimo; y este mandamiento, con su formulación concisa y categórica, se
erige como un muro en defensa del valor fundamental de las relaciones humanas.
¿Y cuál es el valor fundamental de las relaciones humanas? El valor de la
vida”, lo dijo el Papa Francisco en la Audiencia General del segundo miércoles
de octubre de 2018, continuando con su ciclo de catequesis dedicadas a los
Mandamientos.
El mal, desprecio por la
vida
Se
podría decir que todo el mal que se hace en el mundo, afirma el Santo Padre, se
resume en esto: desprecio por la vida. “La vida es atacada por las guerras, por
las organizaciones que explotan al hombre, por las especulaciones sobre la
creación y la cultura del descarte, y por todos los sistemas que someten la
existencia humana a cálculos de oportunidad, mientras que un número escandaloso
de personas viven en un estado indigno del hombre. Esto es el desprecio por la
vida, es decir: matar, de alguna forma”.
Un enfoque contradictorio
Un
enfoque contradictorio también permite la supresión de la vida humana en el útero
materno en nombre de la salvaguardia de otros derechos. Pero, ¿cómo puede ser
terapéutico, civil o simplemente humano un acto que suprime la vida inocente e
indefensa en su nacimiento? Y yo les pregunto – agrega el Pontífice – ¿Es justo
quitar una vida humana para resolver un problema? ¿Qué cosa piensan ustedes?
¿Es justo? ¿Es justo pagar a un sicario para resolver un problema? No se puede,
no es justo quitar la vida a un ser humano, incluso pequeño, para resolver un
problema. Es como pagar a un sicario para resolver un problema.
La violencia y el rechazo
de la vida nacen del miedo
Para
el Papa Francisco, estos enfoques y este modo de actuar, la violencia y el
rechazo de la vida nacen del miedo. “La aceptación del otro, de hecho, es un
desafío al individualismo. Pensemos, por ejemplo – precisa el Papa – cuando se
descubre que una vida que está por nacer, es portadora de una discapacidad,
incluso de una discapacidad grave. Los padres, en estos casos dramáticos,
necesitan una verdadera cercanía, una verdadera solidaridad, para afrontar la
realidad superando temores comprensibles. En cambio, a menudo reciben consejos
apresurados para interrumpir el embarazo, es decir, esto es un modo de decir:
interrumpir el embarazo significa quitar la vida a uno, directamente”.
“Un
niño enfermo es como toda persona necesitada en la tierra, como un anciano que
necesita ayuda, como tantas personas pobres que tienen dificultades para vivir:
él, ella que se presenta como un problema, es en realidad un don de Dios que
puede sacarme del egoísmo y hacerme crecer en el amor”
Parámetros erróneos para
valorar la vida
Lo
que lleva al hombre a rechazar la vida, señala el Papa Francisco, son los
ídolos de este mundo: el dinero, el poder, el éxito. Estos son parámetros
erróneos para evaluar la vida. La única medida auténtica de la vida es el amor,
el amor con el que Dios la ama, el amor con el cual Dios ama toda vida humana.
“De hecho, el sentido positivo del mandamiento ‘No matar’, es que Dios es
amante de la vida, como acabamos de escuchar en la lectura bíblica. El secreto
de la vida se nos revela por la manera en que el Hijo de Dios la ha traído, que
se hizo hombre hasta el punto de asumir, en la cruz, el rechazo, la debilidad,
la pobreza y el dolor. En cada niño enfermo, en cada anciano débil, en cada
emigrante desesperado, en cada vida frágil y amenazada, Cristo nos busca, busca
nuestro corazón, para abrirnos la alegría del amor”.
¡No desprecien la vida!
Debemos
decir a los hombres y mujeres del mundo, alentó el Santo Padre: ¡no desprecien
la vida! La vida de los demás, pero también la suya propia, porque incluso para
ella vale el mandamiento: “No matar”. Hay que decirles a tantos jóvenes: ¡No
desprecien su existencia! ¡Deja de rechazar la obra de Dios! ¡Tú eres obra de
Dios! “Que nadie mida la vida según los engaños de este mundo – advierte el
Pontífice – sino que cada uno se acepte a sí mismo y a los demás en el nombre
del Padre que nos creó. Él es amante de la vida y todos somos tan queridos por
Él que envió a su Hijo por nosotros”.
Antes
de concluir su catequesis, el Papa Francisco expresó sus saludos a los
peregrinos de lengua española, en modo particular a los grupos provenientes de
España y América Latina. “Los animo a que siguiendo el ejemplo de Jesús, que
vino a dar su vida por nosotros, sepamos acoger y proteger la propia vida y la
de los demás en el nombre de Dios Padre. Muchas gracias”.
Renato
Martínez – Ciudad del Vaticano
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