Para
tocar el corazón
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer
el cariño de mis hermanas me sorprendió de nuevo.
Tengo
unos zapatos que son bastante cómodos, pero los cordones se soltaban
continuamente. Como soy un poco desastre, al final los iba pisando y se
acabaron rompiendo, así que el otro día decidí quitarlos de los zapatos.
Me
impresionó muchísimo porque, al poco tiempo, me vino una hermana con unos
cuantos cordones por si los necesitaba para los zapatos. ¿Cómo se había dado
cuenta?
Pero
no solo vino una, ¡sino hasta tres hermanas por separado!
¡Me
dejaron desbordada! Cómo toca tu interior cuando al otro, sin que tú le digas
nada, le surge intentar llegar a ti, tener un gesto de cariño, un detalle...
Cada
día aprendo más con todas, porque muchas veces pienso que a mí no se me ocurren
estos detalles, pero, viendo los detalles que tienen los demás, también me dan
ideas para poder tenerlos yo:
Por
ejemplo, recuerdo a esa mujer que se fijó en que su marido se había quedado
impactado con la imagen de la Virgen que tenemos en locutorio, y llamó pidiendo
una réplica en pequeño para regalársela por su cumpleaños; o aquella hermana
que está pendiente de servir un vaso de agua cuando ve toser a alguien en el
locutorio; o cuando veo a una hermana dejar su tiempo a un lado y dedicarle a
una persona que necesita compartir un rato...
El
que ama quiere saber cómo está el corazón de los demás, quiere acercarse al
otro, sentir con él, alegrarse en su alegría y tenderle una mano en los días
duros. El que se preocupa por amar, no se preocupa demasiado por sí mismo, sino
que anda siempre más pendiente de que los demás estén bien.
Cristo
es el Amor en persona. Él es quien vive más pendiente de ti. Su mayor ocupación
es hacerte feliz. Y tu día a día está lleno de detalles de su Amor, que muchas
veces se derrama a través de los detalles de los demás.
Hoy
el reto del amor es coger papel y boli y escribir una carta. ¿Hace cuánto
tiempo que no escribes a mano? Este es un detalle que llega hasta el fondo del
corazón: que hace bien no solo al que la recibe sino también al que la escribe.
Compártele todo lo que quizá hablando te costaría más expresarle, y no te
olvides de decirle cuánto le quieres. ¡Hoy sé un canal del Amor Cristo para el
otro!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma