¡Cuánto júbilo interior se experimenta cuando nos damos
cuenta de lo bueno que nos acontece!
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| Robert Collins I Unsplash |
Francisco de Asís, santo patrono de la
ecología nos recuerda la importancia del respeto y de la armonía entre la
naturaleza y el hombre. Tanto es así que el papa Francisco se inspira en él
para escribir su encíclica Laudato si, en favor del
planeta Tierra.
“Laudato
si, Signore”
“Alabado
seas, Señor”.
Así
comenzaba San Francisco cada mañana, alabando:
“Alabado seas, Señor,
en todas tus criaturas,
especialmente en el Señor hermano sol,
por quien nos das el día y nos iluminas”
en todas tus criaturas,
especialmente en el Señor hermano sol,
por quien nos das el día y nos iluminas”
Cuánto
júbilo interior se experimenta cuando nos damos cuenta de lo bueno que nos
acontece. A veces,
exclamamos gritos de alegría y damos gracias por todo lo recibido.
Este entusiasmo, signo de salud
moral y espiritual, refleja una actitud de alabanza y de reconocimiento.
El entusiasmo, como se percibe
en Francisco de Asís, ayuda a reconocer la acción divina en la vida y a ver el
horizonte lleno de luz y gozo.
Esta alabanza que brota del
corazón de san Francisco es para Sor Myriam-Madeleine, monja clarisa, un canto
del hombre reconciliado con su historia personal, con la historia del mundo,
con Dios; que trae como fruto la paz interior.
Unámonos
y vivamos unos días para encontrar la armonía con San Francisco de Asís en
una comunidad de oración en Hozana.
San Francisco, nació en el
corazón de Italia, en 1182. Proveniente de una familia de nobles y prósperos
comerciantes, estaba llamado a ser un caballero. Sin embargo, decidió
despojarse de sus bienes, vivir en la pobreza y ponerse al servicio del otro,
de los más pobres y necesitados.
Él hizo de su vida una constante
oración: allí en donde vio el abandono, él llegó, acompañó y cuidó a hombres y
mujeres con lepra. Este vivo ejemplo, interpeló a jóvenes de su época quienes
se le unen y más tarde, forman la Orden de los Franciscanos, renovando así la
Iglesia de su tiempo.
El próximo jueves, 4 de octubre
es su fiesta y la Iglesia recuerda cómo san Francisco, allí donde hubo duda,
sembró la fe para continuar adelante con la misión de ser un instrumento de la
acción de Dios, un instrumento de paz.
“Fa
di me uno strumento della tua pace”
“Hazme
un instrumento de tu paz”
Señor,
haz de mi un instrumento de tu paz.
Que donde hay odio, ponga yo el
amor.
Que donde hay ofensa, ponga yo el
perdón.
Que donde hay discordia, ponga yo
la unión.
Durante los próximos días, vivan
plenamente la espiritualidad de San Francisco de Asís, de la mano de la Familia
Franciscana, para reavivar la experiencia de la fe, la paz y la alegría.
Hozana
Hozana/Lucía Villalba
Lucía Villalba
Fuente:
Aleteia
