Nivel cero
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Pues
sí, ya hemos empezado con los nuevos oficios y... ¿sabes qué me han encomendado
a mí? ¡El torno! ¡Me han nombrado tornera! Sí, ¡ahora me encargo de atender a
quien llama al timbre!
El
sábado fue mi gran estreno. A primera hora de la mañana, llamó la demandadera
(la que nos hace los recados). Ya el día anterior había estado bromeando con
ella sobre que tendría que tener paciencia conmigo, hasta que aprendiese...
-¡Uy,
hija! ¿Enseñarte yo? ¡Tú tendrás que tener paciencia conmigo! -respondió
risueña.
Como
todas las mañanas, llegó puntual. La saludé alegremente... y me quedé en
blanco. En voz baja, como quien pide auxilio en un examen, pregunté:
-¿Qué se supone que tengo que hacer yo ahora?
En
el mismo tono cómplice, me dio el chivatazo:
-Tienes
que darme la bolsa del pan.
-¡Aaaah,
fenomenal!
Evidentemente,
¡la experiencia es un grado! Con los apuntes de la demandadera y la ayuda y
consejos de sor Teresita (una veterana del torno) que me acompañó a lo largo
del día, ¡pasamos la prueba!
Fue
un regalo del Señor ver lo mucho que me cuidaron y animaron a lo largo de toda
la jornada. Me impresionó que, incluso quien decía que no me podría enseñar
nada, ¡me enseñó!
El
Señor nos regala a cada uno un montón de dones, pero son dones para poner al
servicio de los hermanos. Tal vez tú aún no has descubierto los tuyos, pero, no
lo dudes, ¡los tienes! La alegría, la creatividad, la capacidad de
organización, ¡o la experiencia! Todos tenemos algo que aportar a los demás.
Lo
que pasa es que a veces llevamos nuestros dones como pequeñas semillas. ¡Es el
momento de ponerlos a la luz del Sol, que es Jesucristo, dejar que las haga
brotar y crecer!
Cristo
te ha dado un montón de dones para hacer llegar Su amor a otros. ¡Es cuestión
de trabajo en equipo! Él contigo... ¡y todos nosotros juntos! Si ponemos
nuestras capacidades a trabajar en común, ¡los dones se multiplican! Así, como
en la parábola, la semilla da fruto: unos 30, otros 60... ¡hasta el ciento por
uno!
Hoy
el reto del amor es que aportes algo. Te invito a que hoy no camines en
solitario, ¡no te quedes fuera del equipo! En tu oración, pregúntaLe al Señor
cuál es el don que quiere desarrollar en ti a lo largo de este día. ¿Qué puedes
hacer para hacer más felices a los que tienes cerca? ¿Un cuento a los nietos?
¿Un paseo con tu mujer? Una cosa es clara: el don de Jesucristo es la
creatividad, ¡déjate llevar por Él y te sorprenderá! ¡Feliz día!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma