“Sean testigos y crean en sus sueños”, es
cuánto ha dicho el Papa Francisco a los jóvenes procedentes de varias Diócesis
de Italia congregados en el Circo Máximo, la tarde de este sábado 11 de agosto
“Vayan
con Jesús, vayan con el amor de Jesús, con este amor, la vida se hace una
carrera buena, sin ansias, sin miedos, aquella palabra que nos destruye. Sin
ansias y sin miedos. Una carrera hacia Jesús y hacia los hermanos, con el
corazón lleno de amor, de fe y de alegría”, con estas palabras el Papa
Francisco alentó a los jóvenes italianos congregados en el Circo Máximo de Roma
para la Vigilia de Oración en preparación al Sínodo de los Jóvenes, en programa
del 3 al 28 de octubre de 2018.
A los casi 70 mil jóvenes que llegaron en
peregrinación desde distintas partes de Italia bajo el lema: “Por mil caminos
hacia Roma”, el Santo Padre los animó a recibir ese gran tesoro de cultura y de
fe que han encontrado a lo largo del camino que los ha conducido hasta la
capital italiana. “Espero – agregó el Papa – que hayan respirado profundamente
las alegrías y las dificultades, la vida y la fe del pueblo italiano”.
Los discípulos de Jesús: “corren”
Comentando el pasaje del Evangelio de San
Juan (20, 1-8), donde el evangelista narra la resurrección de Jesús, el
Pontífice recordó que, esa mañana ha cambiado para siempre la historia de la
humanidad. “Tenemos tantos motivos para correr – afirmó el Papa – muchas veces
sólo porque tenemos muchas cosas que hacer y el tiempo no es suficiente. A
veces nos apresuramos porque nos atrae algo nuevo, bello, interesante. A veces,
al contrario, se corre para escapar de una amenaza, de un peligro”.
Desde esa mañana queridos jóvenes, dijo el
Obispo de Roma, la historia no es la misma. En la hora en la cual la muerte
parece triunfar, en realidad revela su derrota. “Ni siquiera la gran roca
puesta ante el sepulcro – preciso el Pontífice – ha podido resistir. Y desde
aquel momento, en todo lugar en la cual la vida es oprimida, en cada espacio en
el cual dominan la violencia, guerra, miseria, allí donde el hombre es
humillado y pisoteado, en aquel lugar puede todavía reencenderse una esperanza
de vida”.
¡Correr es arriesgar!
Por ello, queridos jóvenes, alentó el Papa
Francisco, porque son como el apóstol Juan, estoy feliz de verlos correr
impulsados por vuestro corazón, sensible a la voz del Espíritu que anima
vuestros sueños. “No se conformen de un paso prudente – agregó – se necesita la
valentía de arriesgar un salto adelante, un impulso audaz y temerario para
soñar y realizar como Jesús el Reino de Dios, y comprometerse por una humanidad
más fraterna”. La Iglesia necesita de vuestro impulso, de vuestras intuiciones
y de vuestra fe, señaló el Papa, sólo caminado juntos se hace pueblo, el pueblo
de Dios.
Ver y creer
El Evangelio también nos habla de dos verbos,
dijo el Papa, “ver y creer”. ¿De qué signos se trata? Juan nos dice que los
discípulos viendo los signos que Jesús realizaba creyeron en Él. “Esta es la
novedad revolucionaria del Evangelio – precisó el Pontífice – el sepulcro vacío
de Cristo se hace el último signo en el cual resplandece la victoria definitiva
de la vida”. Dios nos ha dado una potencia más grande de todas las injusticias
y fragilidades de la historia, más grande de nuestro pecado: Jesús ha vencido
la muerte dando su vida por nosotros. “Esa mañana del Domingo de Pascua ha
cambiado la historia – concluyó el Papa – seamos valientes”.
Renato Martínez – Ciudad del Vaticano
Vatican News