Esto te puede ayudar a
buscar uno que te ayude de verdad
¿Estás
buscando un director espiritual?
Busca
a una persona que principalmente cumpla con las siguientes condiciones:
1. Acogida
El
director espiritual debe tratar al eventual dirigido desde un primer momento
con amabilidad, con respeto, dándole su lugar; crear y mantener un clima de
confianza. El primer contacto es decisivo para el dirigido, quien quiere
sentirse atendido y escuchado, en un clima de apertura, afabilidad, serenidad.
El director espiritual debe ser como un padre más que como un amigo.
2. Discreción
El
director espiritual no debe exponer a la persona dirigida ante terceros. Debe
comprometerse en guardar el sigilo aunque no sea sacerdote ni se trate de una
confesión en sentido estricto.
3. Prudencia
El
director espiritual no debe “decidir” la vida de la persona, sino proponer
elementos para que ella pueda tomar sus propias decisiones. No se trata de
manipular a nadie.
4. Exigencia
Algunas
esculturas son en un inicio un bloque de piedra; el director espiritual es como
un escultor que modela un alma para conseguir una linda escultura. El alma
es como un bloque de piedra que hay que tallar para que salga a flote la mejor
versión de la persona. La dirección espiritual no puede llevarse a cabo
cuando el director no exige, no dice lo que debería decir por, por ejemplo,
respeto humano.
5. Neutralidad
El
director espiritual debe tener cuidado en no distraer a la persona convirtiéndose
en una “referencia”; el director espiritual no debe atraer la persona hacia sí
o conquistarla para sí. El director además debe evitar establecer una
relación afectiva con la persona.
6. Competencia
Alguien
que sea piadoso, que tenga sabiduría, experiencia, madurez y una incuestionable
fidelidad al magisterio de la Iglesia, sin excluir ninguna. Que sepa llamar a
las cosas por su nombre sin rebajas, sin exigencias innecesarias.
7. Ciencia
Es
un especialista del alma, en las cosas del espíritu. Por tanto la dirección
espiritual no debe convertirse en un mero trato de ‘dos amigos’ que comparten
algo o se quieren enriquecer mutuamente. Se requiere conocimiento espiritual,
conocimiento de la vida de los santos y de las realidades del alma para
identificar las cuestiones íntimas que la persona vive y discernir qué camino
seguir.
8. Caridad
La
caridad consiste también, entre otras cosas, en regalar a la persona dirigida
todo el tiempo que sea necesario.
9. La paciencia
Virtud
necesaria para saber escuchar demostrando, al mismo tiempo, interés por lo que
dice la persona. El director espiritual debe dejar hablar al dirigido y sobre
todo propiciar un ambiente de desahogo; que el dirigido se pueda expresar sin
temor, que pueda abrir su espíritu. Las personas pueden tener situaciones
personales que externamente pueden parecer irrelevantes pero para las personas
son importantes; además porque esas situaciones tienen su trasfondo.
10. Comprensión
Ser
comprensivo es saber entrar en la situación, circunstancias y problemática de
la persona dirigida pero desde su contexto. Comprender significa captar todas
las implicaciones intrínsecas de sus dificultades o comportamientos, es decir
llegar a las causas. Ser comprensivos no significa justificar errores, como
tampoco estar de acuerdo con defectos o malos comportamientos.
11. Tener además dominio de sí para no dejarse manipular
por las circunstancias.
Henry Vargas Holguín
Fuente:
Aleteia